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    Los Cubs vuelven a nacer, pero los Indians extienden una agonía de casi siete décadas

    La afición de la novena de Cleveland perdió su mayor oportunidad de ganar un título que no logran desde 1948


    Por:
    TUDN

    ¿Cuánto más esperarán los Indians por un título?

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    ¿Cuánto más esperarán los Indians por un título?

    Chicago no duerme. Es difícil saberlo, pero quizás ninguno de los seis campeonatos de los Bulls, el de los Bears, o ni siquiera los tres de los White Sox hayan levantado semejante expectativa. Hay cosas que ocurren una sola vez en la vida y para los Cubs el día llegó.

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    Pero Cleveland tuvo, como dice el refrán, que bailar con la más fea. La sequía de 68 años sin un título no es poca cosa. De hacer sido otro el rival, los focos habrían estado más expuestos sobre ellos, pero 108 años son más y simplemente quedaron como comparsas de la Serie Mundial más emocionante y significativa de la historia.

    Los jugadores latinos no solo son personajes sino que son protagonistas en el equipo de Cleveland que vive un momento histórico.
    El segunda base Michael Martínez ha encajado muy bien para transmitir su experiencia en el remate de la temporada de Indians. En el día de descanso previo al regreso al Progressive Field aprovechó para quitarse la tensión con un poco de fútbol.
    El jugador de República Dominicana, a sus 34 años, ha tenido una temporada pareja en ofensiva pero mejor aún en la defensa.
    El bateador designado Carlos Santana es un elemento clave de Indians. El jugador de República Dominicana, de 30 años, es brillante en la ofensiva.
    Santana tiene un alto promedio para embasarse gracias a su capacidad en el bate. En la postemporada fue determinante.
    El tercera base José Ramírez es otro de la armada de República Dominicana en Indians. A sus 24 años es otra de las grandes promesas en la ofensiva de la novena de Cleveland.
    Danny Salazar, lanzador de 26 años, es el cuarto jugador de República Dominicana en Indians. Está en el equipo desde 2013.
    El catcher brasileño Yan Gomez fue el segundo jugador de su país en disputar una Serie Mundial y ganarla. El de Sao Paulo, a sus 27 años, está en Indians desde 2013.
    A sus 27 años, el puertorriqueño Roberto Pérez ha sido clave como catcher y ha madurado durante las dos últimas temporadas con el equipo de Cleveland.
    El parador en corto Francisco Lindor es uno de los fijos en la novena de Cleveland. Con dos temporadas en el equipo y más de 150 partidos en 2016 es uno de los representativos.
    Incluso, la celebración de Lindor con su salto en el aire y saludo a Rajai Davis es una de las imágenes para la memoria histórica de los hinchas de Cleveland.
    Aunque no está en el roster de 25 activos, el jardinero izquierdo Abraham Almonte jugó 67 partidos de la actual temporada, pero salió positivo por dopaje y fue sancionado. Aunque ya cumplió su castigo, el dominicano no pudo estar en postemporada como parte del castigo.
    El shortstop puertorriqueño Erik González estuvo en 21 partidos con Indians. A sus 25 años, a pesar de no estar en el roster activo, aportó durante la temporada regular.
    El lanzador venezolano Carlos Carrasco se quedó por fuera luego de un golpe que le fracturó un dedo en un partido el 17 de septiembre contra Detroit y con eso se acabó su temporada. No obstante, ha apoyado al equipo desde su recuperación.

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    Los jugadores latinos no solo son personajes sino que son protagonistas en el equipo de Cleveland que vive un momento histórico.

    Probablemente también, el Juego 7 de la Serie Mundial de 2016 haya sido el más cruel de la historia. Uno terminaría su condena y el otro la alargaría por tiempo indefinido. Ver el vaso medio lleno o medio vacío. La tristeza de los Indians, derrotados en casa luego de tener la serie a su merced por 3-1, difícilmente encontrará consuelo.

    La paradoja, además, es que pese a que no es una celebración oficial en Estados Unidos, millones de hispanos en su territorio celebran el día de los muertos, una tradición mexicana, el 2 de noviembre, justo cuando se realizó el Juego 7. Uno de los dos permanece en la zozobra.

    Esta fue la noche que muchas generaciones de fanáticos de los Cubs estuvieron esperando por años y de las que se hablará por mucho tiempo.
    La noche en que la W voló por todo lo alto.
    La noche en la que los Cubs lograron acabar con la sequía de 108 años y finalmente ganar el Clásico de Otoño.
    A pesar de jugar en el Progressive Field, el estadio de los Indios de Cleveland se pintó de azul, pues cientos de fans de los Cubs se lanzaron a Ohio para ver el partido y ser testigos de una noche histórica.
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    El juego arrancó bien. Los Cubs empezaron la primera entrada arriba en el marcador y después mantuvieron la ventaja para ir en la quinta entrada con cómoda ventaja de cinco carreras contra uno.
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    En la quinta entrada salió el lanzador Kyle Hendricks y subió a la lomita de las angustias Jon Lester.
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    Sin embargo, en la quinta baja los Indians lograron remontar y marcador se puso cinco carreras por tres, por lo que la maldición de la cabra volvió a hacerse presente en la mente de más de uno.
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    En la sexta, las plegarias de muchos surtieron efecto, pues David Ross anotó un home run que puso el marcador seis carreras a favor de los Cubs.
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    En las inmediaciones del Wrigley Field, nadie se quería perder ninguna jugada. Las miradas estaban atentas a los monitores.
    El partido se empató seis a seis y tuvieron que ir a tiempo extra. La lluvia paró el juego por unos momentos.
    Finalmente, en la décima entrada, los Cubs ganaron ocho carreras a siete y lograron hacerse con el título que muchas generaciones soñaron.

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    Esta fue la noche que muchas generaciones de fanáticos de los Cubs estuvieron esperando por años y de las que se hablará por mucho tiempo.
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