Alemania es 5.7 veces más valiosa que México

La afición mexicana ya está en Rusia, y como cada cuatro años, con la ilusión intacta de ver a la Selección trascender, pero para lograr el tan ansiado “quinto partido” hay que ir paso por paso y el primero es la selección alemana, la campeona del mundo, aquella que parece invencible y cuya plantilla tiene un valor de 857 millones 162 mil 686 dólares, eso quiere decir que posee casi seis veces el valor de la selección azteca que consta de 182 millones 163 mil 643 dólares. Sólo hay dos combinados nacionales con un valor más alto que la de los alemanes, Francia con un precio 1080 mdd y España con 1030 mdd, según números del portal Transfermarket.

Hirving Lozano no sólo es el futbolista sensación y el que tuvo mejor año en Europa de todo el plantel mexicano, sino también es el más caro con un valor en el mercado de 29.5 mdd, aunque el PSV, equipo en el que milita “el chucky”, está tasando al jugador en una cantidad cercana a los 40 mdd. Aun así, Lozano no costaría ni la mitad de los 94.4 mdd que cualquier club tendría que pagar por el tricampeón de Europa y estrella del Real Madrid, Toni Kross.

Aunque no es sólo el aspecto económico el que los números le dan ventaja a los alemanes; la estatura promedio de su equipo es de 185 centímetros, 7 más que los del conjunto dirigido por Juan Carlos Osorio. El jugador de menor estatura de los germanos es Joshua Kimmich, con 1.76 metros, mientras que Javier Aquino con su 1.67 hace que la diferencia sea notoria entre unos y otros.

Pero hay un dato en el que hay más paridad: el promedio de edad. Alemania tiene en Mario Gómez a su jugador más viejo con 32 años y a Timo Werner como el más joven con 22 años y 3 meses, su promedio de edad es de 26.69 años. Los verdes, por su parte, cuentan con Rafa Márquez con 39 años y Edson Alvarez con 20, como sus representantes en tales rubros, la edad promedio de la escuadra nacional que representan es de 27.4 años.

Al final de cuentas, los números indican tendencias, pero en la cancha no cuentan, en la cancha los jugadores deciden, construyen y destruyen las historias que quedan en la memoria y (a veces) en el corazón de la afición.