Diego A. Pinzón | Enviado especial
Colombia marcó el ritmo, pero Japón lo supo bailar y fue el alma de la fiesta | OPINIÓN
El conjunto que dirige José Néstor Pékerman jugó con un hombre menos desde el inicio del partido y no supo recomponer el rumbo ante Japón.
MOSCÚ, Rusia - Una derrota con la que Colombia no contaba. En la suma de puntos de José Néstor Pékerman, el partido ante Japón significaba tres unidades que lo catapultara a los primeros dos lugares del grupo H.
¿Salieron confiados a la cancha? No lo creo. Sin embargo, la expulsión de Carlos Sánchez termina condicionando un partido en el cual Colombia marcó el ritmo, pero el baile se lo gozó Japón.
En la expulsión muchos culparán a Dávinson Sánchez de regalar la oportunidad inicial para los japoneses, pero la conclusión de la jugada fue determinante en la acción.
La mano de 'La Roca' fue infantil. Primero, porque quizás -nunca lo sabremos- David Ospina alcanzaba a llegar a detener el disparo. Segundo, porque aún si Ospina no alcanzara, era preferible que Japón anotara pero mantenerse con once jugadores y no perder a una ficha clave como Sánchez en el mediocampo.
Colombia mandó en el primer tiempo, fue superior a un Japón que se dedicó a guardar energías y mantener el resultado. El gol de Juan Fernando Quintero fue un bálsamo que bañó a los cafeteros de esperanza y los llevó al descanso con un ímpetu diferente.
Pero, Japón tenía otra idea. La ausencia de un jugador que recuperara en el mediocampo colombiano, le abrió espacios a una selección nipona que supo aprovecharlos. Si no fuera por algunas intervenciones de Ospina y la falta de acierto japonés, el resultado podría haber sido más abultado.
Sin embargo y como los errores se pagan caro, en una indecisión de Ospina en la salida de un tiro de esquina llegó el segundo tanto japonés. Además, el ingreso de Carlos Bacca como último refuerzo condicionó a Colombia a jugársela toda con dos delanteros centro, pero sin nadie que les distribuyera balones.
Falcao finalmente debutó en un Mundial
James Rodríguez, quien no fue titular producto de una fatiga muscular la cual se le notó en los 30 minutos que estuvo en el campo, no tenía cómo recibir para generar opciones de gol. El que mejor habría marcado el paso en este baile era Mateus Uribe, un futbolista con recambio, velocidad, un alto nivel de recuperación y con buena pegada desde fuera del área, cosas de las cuales Colombia carecía de cara al arco japonés.
Decir que el Mundial se le acabó a Colombia es apresurado, pero entender que la montaña que tendrá que escalar ahora para avanzar a segunda ronda está muy empinada quizás no sea tan desacertado. La ausencia de Sánchez pesará bastante en el encuentro ante Polonia por la segunda fecha del grupo, y habrá que esperar a quién decide Pékerman poner en su lugar. Espero que se decante por una pareja entre Uribe y Wilmar Barrios.
Ahora Pékerman deberá coreografiar otro baile, en el cual tenga mayor solidez defensiva y que le permita a Falcao y a James tener socios en ataque. La esperanza está en que Polonia y Senegal tengan que bailar cumbia o en que Colombia aprenda a dominar los pasos de la polonesa o los que marca el retumbar del sabar.