Era impensado que el mejor portero que tiene Argentina en estos momentos, viera desde el banco de suplentes como su equipo podía quedar eliminado en primera rond a. Pero aparecieron las manos (y los pies) salvadores de Armani, para que Messi y compañía pudieran meterse en octavos de final.
Hoy sus atajadas fueron vitales, su debut fue soñado. Un mano a mano frente a Ighalo, pudo haber sido la estocada final para el equipo dos veces campeón del Mundo, pero achicó bien, le cerró el ángulo al nigeriano y con los pies, como los arqueros de antes, salvó solemnemente su portería.
Ese tipo de salvadas fueron las que lo llevaron a ganar la Copa Libertadores, luego a defender el arco de River Plate y sin dudas, los que lo llevaron a disputar un Mundial.
Luego vino el gol de Marcos Rojo y el primer partido de Armani con la camiseta albiceleste se convirtió en histórico. No solo por haber debutado en un Mundial, ni por haber salvado el gol, sino porque consiguieron una de las victorias más épicas de los últimos años.
Bien por Armani y bien por Argentina que ahora enfrentará a Francia en octavos de final y tendrá que demostrar que no sólo con fuerza de voluntad se ganan los partidos, también se necesita fútbol, ese que no aparece por ningún lado en el equipo de Jorge Sampaoli.
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Un gol de Marcos Rojo en el final del partido le dio a la albiceleste un poco de luz en una fase de grupos muy oscura.
