Mundial Rusia 2018

    Día 13 | ¿Quién dijo que Perú ya no se jugaba nada ante Australia?

    La 'Blanquirroja' llegó a Sochi para su duelo ante Australia sin aspiraciones de clasificar, pero jugó por un honor que desconocía desde hace 40 años.


    Por:
    Ricardo Otero.

    Aficionados de Perú tras terminar el partido ante Australia, en Sochi.

    Imagen Ricardo Otero
    Aficionados de Perú tras terminar el partido ante Australia, en Sochi.

    SOCHI, Rusia.- "No se va, no se va, Gareca no se va", fue el cántico de unas 200 personas afuera del hotel de concentración de la selección de Perú, en Sochi, al momento en el que su entrenador salió para tomar el autobús que los llevó al estadio.

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    La capital olímpica invernal de 2014 se volvió en una pequeña Lima con motivo del partido ante Australia, que cerró su participación en el Mundial. Con dos derrotas a cuestas, Perú llegó a este choque sin opciones de clasificar a Octavos de Final.

    Pero decirle a un país que no jugaba en un Mundial desde hace 36 años que no se juega nada es como escupir al cielo. Una generación entera de peruanos tuvo que conformarse con ver a otros países disputar el torneo desde México 1986, mientras que sus padres se deleitaron con Cubillas, Oblitas y Chumpitaz, la Perú que llegó a la segunda ronda en México 1970 y Argentina 1978 e incluso la que estuvo a nada de dejar fuera a Argentina de México 1986 y a la que salvó... ¡un gol de Ricardo Gareca!

    La generación actual tiene a Guerrero, Farfán y Cueva y pudo gritar por primera vez un gol en Mundial gracias a André Carrillo, quien prendió una volea digna de un crack internacional y luego vio a Paolo Guerrero, por quien intercedieron incluso sus rivales de este torneo, concretar una victoria que Perú no conocía desde hace 40 años y 15 días.

    Por eso los peruanos se contaron por decenas de miles en la tranquila Sochi, que disfruta sus días más venturosos del año, con una temperatura cercana a lo tropical, atípica en Rusia. Despidieron a sus jugadores al salir del hotel rumbo al estadio como si fueran héroes.

    El deporte, que no solo el fútbol, es tan democrático que le permite a todos jugar sus torneos particulares y ganarlos o perderlos acorde a sus metas. La Copa FIFA está al alcance de un grupo reducido, pero el honor y la alegría de sus compatriotas los pueden alcanzar todos.

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    Eso puede explicar por qué Panamá celebró el gol de Felipe Baloy como si fuera el del empate ante Inglaterra y porque los peruanos ya postulan a Ricardo Gareca para ser su presidente.

    Pero aún en medio de la alegría de un pueblo, un desconsolado Christian Cueva rompió en llanto al terminar el partido, consciente de que el penal que falló ante Dinamarca fue crucial al final para que Perú no fuera más lejos en Rusia 2018.

    Porque aún con la alegría que nunca había vivido una generación, los peruanos saben que pueden llegar más lejos y volver a ser esa potencia sudamericana de los años 70.

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