MOSCÚ.- El Estadio del Spartak no fue suficiente para albergar a todos los argentinos que viajaron a Moscú para ver a su selección en su debut en Rusia 2018, pero para eso existe el Fan Fest.
Día 3: La carismática Islandia empieza la conquista de Rusia
El Fan Fest de Moscú inició como una sucursal de Buenos Aires y terminó rendida ante el esfuerzo de la debutante Islandia.
El punto de reunión principal para los aficionados después del estadio está al sur de la ciudad, en la Universidad Estatal de Moscú, un edificio que aún conserva motivos de la Unión Soviética y cuya explanada fue ocupada para montar todo el aparato de entretenimiento para los aficionados.
Llegar ahí implica cierto esfuerzo. Hay que bajar en la estación en la estación Vorobyovy gory de la Línea 1 del metro y caminar dos kilómetros y medio, incluida una fuerte pendiente de subida.
El Fan Fest está ubicado en el lado exterior del Río Moscú, a la altura del Estadio Luzhniki, que está en el lado interior del cuerpo de agua. Llegué cuando ya se jugaba el segundo tiempo del Francia vs. Australia, con la desesperación de los galos por marcar el gol que los despegara del entonces sorprendente empate parcial. El tanto de Paul Pogba desató la locura de sus aficionados que una y otra vez cantaban " On à gagné, on à gagné!" ("¡Ganamos, ganamos!") tras un partido que en el papel lucía para tener menos sufrimiento.
Mucha gente más llegó para el Argentina-Islandia y ese lugar parecía una sucursal de Buenos Aires,con banderas y pancartas de las diferentes provincias del país, cánticos y el fervor a la deidad de su número 10.
Y sin embargo, no fue la tarde de Argentina. El gol de Sergio Agüero parecía darle una tarde tranquila a la albceleste que vestía de negro, pero un error de Willy Caballero y el tino de Alfred Finnbogason apagaron a los miles que hicieron el viaje desde el cono sur.
La posesión del balón de más del 70 por ciento del tiempo, los constantes cortes de los ataques por parte de una ordenada defensa nórdica y, para colmo, el penal fallado por el nuevo d10s del fútbol argentino no solo pararon los cánticos hispanos, sino que se empezaron a escuchar cada vez más las onomatopeyas vikingas en ritmo con los aplausos a lo alto, sí, esos que conquistaron al mundo en la Euro...
¡¡¡UH!!! Clap.
¡¡¡UH!!! Clap.
Los argentinos cantaban menos; los no argentinos con playera albiceleste -que hubo varios así con bufandas y sombreros mexicanos- guardaron silencio. El resto, hacia el final del partido gritaban "¡¡¡UH!!!" y aplaudían, con playeras de Brasil y Colombia.
Y el empate a Islandia seguramente le supo como si pasara a la Final. No era para menos: importunaron al subcampeón mundial.
Porque ahora todos queremos ver a Islandia.
¡¡¡UH!!!