Carácter competitivo, así recuerda el entorno cercano de Didier Deschamps su infancia en su natal ciudad de Bayona, en donde quería ganar a como diera lugar cualquier tipo de encuentros de pelota vasca y de rugby, deportes de los que aprendió el temperamento, solidaridad y disciplina que hoy lo tienen como el tercer personaje en la historia del fútbol que gana la Copa del Mundo como jugador y técnico.
Didier Deschamps, del niño que quiso dedicarse al rugby al técnico del título de Francia
La decisión que marcó el mandato del estratega fue haber apartado de forma definitiva a Karim Benzema por una situación extrafutbolística

Su experiencia en Francia 98 y su paso por el Mónaco, Juventus y Olympique de Marsella hicieron que en 2012 asumiera el cargo como seleccionador nacional. Y entonces, una severa decisión marcó su mandato, luego de que apartara a Karim Benzema de las convocatorias debido a que el delantero quiso chantajear con un video de corte sexual a su compañero Mathieú Valbuena.
Y Didier aguantó la oleada de críticas, la sequía que en todo momento mostró Olivier Giroud en la delantera. Ni siquiera titubeó a pesar de perder en la Final de la Eurocopa 2016 ante la Portugal de Cristiano Ronaldo, de hecho, se fortaleció más, apareció Kylian Mbappé en el radar y nominó a Antoine Griezmann como el comandante de su ofensiva. Supo entonces que debía aferrarse a sus preceptos disciplinarios para sobrevivir, aferrarse a la suya o morir en el intento.





























La sobriedad define su personalidad, emuló la hazaña que había conseguido Mario ‘Lobo’ Zagallo, quien levantó el título en la cancha en 1958, 1962 y desde el banquillo en 1970. El otro había sido Franz Beckenbauer, quien lo hizo como capitán en 1974 y después como timonel en 1990, ahora fue el turno de Deschamps, hace 20 años en el Mundial de Francia fue quien traía el gafete, ahora consolaba a los croatas como estratega tras haberse impuesto 4-2 en la máxima instancia.
Aquel niño que hasta los ocho años era jugador de rugby, ahora, a sus 49 años, levanta por segunda vez una Copa del Mundo, hace dos décadas ganó la condecoración a Caballero a la Legión de Honor en Francia por ser el capitán de la selección en el título, ahora no merece menos que eso por ser el cerebro magistral de este segundo logro.


































































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