Mundial Rusia 2018

    Florentino Pérez enturbia el clima de la selección española tras anunciar el fichaje de Lopetegui por el Real Madrid

    El anuncio de la contratación de Julen Lopetegui ha desmoronado el ambiente del combinado nacional que debutará el viernes contra Portugal


    Por:
    Adrián Segovia.

    Asumirá la dirección técnica una vez finalizado el Mundial de Rusia 2018.

    Imagen Getty Images
    Asumirá la dirección técnica una vez finalizado el Mundial de Rusia 2018.

    Florentino Pérez la ha liado. La voracidad del mandatario blanco no conoce fronteras y ha roto el clima tranquilidad que reinaba en la Selección española de fútbol. Algunos fans desplazados dicen medio de broma que el presidente del Real Madrid les debería pagar sus boletos de regreso. De momento, la ilusión se ha roto. Además, todo apunta a que el fichaje se consumó a espaldas del presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, quién ha entrado en cólera.

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    La intrahistoria ya la conocen. Zidane dejó plantado a Florentino harto de sus desplantes y de vivir con una continua soga al cuello, aflojada sólo con los constantes éxitos del francés. Se marchó antes de darle un argumento al presidente para echarlo. Si algo sabe un hombre de la casa es precisamente que la paciencia sin títulos no va con Florentino Pérez. El Real Madrid se puso manos a la obra con un objetivo claro: traer un entrenador antes del comienzo del Mundial.

    El perfil estaba claramente definido. Joven; con experiencia en Champions; exfutbolista; conocedor de la casa (no necesariamente ex, pero sí dócil con la grandeza del club); respetado y respetable; con buen talante para tratar con los jugadores más complejos del vestuario y competitivo. Cuatro son los casos abiertos con la plantilla: Ronaldo, Bale, Neymar y el debate del portero. Algo que deberá saber afrontar el nuevo técnico. De la primera lista salieron dos favoritos, toda vez que Joachim Löw, por quien suspiraba el presidente blanco, se autodescartó tras la primera llamada de los emisarios blancos. Así las cosas, Pochettino fue el número uno de la lista; Klopp el dos y, el tercero en discordia, Allegri. Contrario a lo que se dijo, Guti pasaba todas las exigencias excepto la más importante: la experiencia. Sin ser descartado, sólo hubiera llegado si esta semana no hubiera llegado nadie.

    El técnico argentino quería venir. Al principio todos se creyeron el rumor de que tenía una cláusula liberatoria si le llamaba el Real Madrid. Era falso. En cualquier caso, llamaron al temible Levy, el máximo mandatario del Tottenham Hotspur. En el Madrid nadie se olvida de él después del ´verano Modric´ (el futbolista se declaró en rebeldía para poder fichar por el club blanco) y el fichaje de Bale (encarecido cada semana por Levy). El empresario británico odia al Real Madrid. Es un secreto a voces. Su respuesta fue clara: ´Ni por 100 millones de libras lo vendo´. Fin de la conversación. Y Pochettino no se iba a meter en un lío de rebeldías. Le quedan muchos años como entrenador y mil trenes llegarán. En resumen, la directiva del Madrid se resignó a descartar a Mauricio como nuevo técnico. De ahí el retraso en anunciar algo la semana pasada. Muchos clubes con aspiraciones a ser grandes necesitan un Levy en su gestión. Ni harto ni perezoso, el inglés renovó a Kane, por si se daba una segunda llamada del Real Madrid. Jaque mate.

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    Tras esta renuncia, los madrileños añadieron un requisito: no pagarían a ningún club por un traspaso de un entrenador. Mientras el mismo lunes analizaban el plan de llamadas a Klopp y Allegri, surgió el nombre de un viejo conocido: Julen Lopetegui. Ya en 2015 pensaron en él, pero en aquél entonces Rafa Benítez tenía más nombre, empaque y condiciones. El vasco quedó descartado.

    ´¿Por qué no, Julen?´, comentó ayer uno de los asesores a Florentino. Dicho y hecho. En menos de 12 horas habían cerrado al actual seleccionador de España sin importarles en absoluto lo que le podía suceder a la selección ya en Rusia, que el viernes debutará ante Portugal. Poco antes del anuncio oficial, Florentino telefoneó a Luis Rubiales, elegido hace poco presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Se armó Troya. Rubiales abandonó el Congreso de la FIFA dónde mañana se designa la sede del Mundial 2026. El mandatario ha vuelto a Krasnodar, centro de operaciones del equipo español en Rusia. Según adelantó Marca, el directivo dijo: "No es el momento de hablar, pero tomaremos la decisión que más convenga a la selección. Haremos las cosas con responsabilidad".

    Incluso podría darse la situación del cese de Lopetegui, algo que nadie desea pero es algo que está encima de la mesa.


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