Estar entre los mejores 16 seleccionados del mundo no es algo que se presente todos los días. A ello hay que sumarle cuando es tu ‘primera vez’, y sí entre comillas porque a veces el fútbol está sujeto a cuestiones políticas y en consecuencia, esas indican que los dos triunfos de Rusia en su Copa del Mundo, los tienen a un ligero paso de debutar en octavos de final.
La noche que Rusia no durmió
Cheryshev llegó a tres goles en el torneo para emparejar a Cristiano Ronaldo en la cima del goleo. Rusia tiene un pie en la siguiente ronda.
Y es que Rusia está muy cerca de meterse a la segunda ronda de una Copa del Mundo por primera vez bajo ese nombre, pues anteriormente ya lo había logrado con el nombre de la URSS, pero como tal, está a un paso.
Este martes, el equipo de Cherchesov le pegó 3-1 a Egipto en San Petersburgo, pero la fiesta fue en Moscú.
Tras un primer tiempo de incertidumbre, un autogol, el tercer tanto de Cheryshev para empatar a CR7 en la cima de goleo y el sentenciador gol de Dzyuba, puso la mesa para desatar la locura y la fiesta en las calles.
Miles y miles de rusos llegaron al centro de Moscú con banderas, trompetas, playeras y todo lo que fuera necesario para festejar el triunfo de su selección, triunfo que se convirtió en la segunda victoria consecutiva en una Copa del Mundo, poca cosa.
Cualquier lugar era bueno para brincar, cantar y para explotar la garganta con el famoso “Ro-shí-a”, que en realidad es Rusia con el acento del idioma local.
Hombres y mujeres lanzándose a una fuente ante la mirada relajada de la policía, ríos y ríos de aficionados intentando llegar al Kremlin y miles y miles de litros de cerveza circulando por los rincones de la capital.
Los claxons ofuscaban el espectacular iluminado del Teatro Bolshoi que fue custodiado como la hermosa pieza de arquitectura que es por la policía rusa, ante la pasión desbordada.
Rusia por fin festejó el fútbol, Rusia festeja su Mundial y a una Copa del Mundo siempre le vendrá bien que el equipo local se mantenga en el torneo.