Mundial Rusia 2018

    Opinión | La Argentina de la sangre, el sudor y las lágrimas

    A la Albiceleste le cuesta todo el doble a pesar de tener nombres rutilantes. Clasificó con agonía a los octavos de final, igual que había hecho para estar en el Mundial, y no puede darse el lujo de no poner el alma en cada pelota. Así hizo ante Nigeria, que se repita.


    Por:
    Gustavo García.

    TOPSHOT - Argentina's midfielder Javier Mascherano (2nd-R) speaks to Turkish referee Cuneyt Cakir (L) during the Russia 2018 World Cup Group D football match between Nigeria and Argentina at the Saint Petersburg Stadium in Saint Petersburg on June 26, 2018. (Photo by Giuseppe CACACE / AFP) / RESTRICTED TO EDITORIAL USE - NO MOBILE PUSH ALERTS/DOWNLOADS (Photo credit should read GIUSEPPE CACACE/AFP/Getty Images)

    Imagen GIUSEPPE CACACE/AFP/Getty Images
    TOPSHOT - Argentina's midfielder Javier Mascherano (2nd-R) speaks to Turkish referee Cuneyt Cakir (L) during the Russia 2018 World Cup Group D football match between Nigeria and Argentina at the Saint Petersburg Stadium in Saint Petersburg on June 26, 2018. (Photo by Giuseppe CACACE / AFP) / RESTRICTED TO EDITORIAL USE - NO MOBILE PUSH ALERTS/DOWNLOADS (Photo credit should read GIUSEPPE CACACE/AFP/Getty Images)

    La imagen de Javier Mascherano sangrando resume a la perfección a esta Argentina. Todo le cuesta, cada juego se le hace cuesta arriba, debe dejarse la piel y la sangre en los partidos para poder ganarlos. No le alcanza con nombres rutilantes o varias estrellas de las mejores ligas del mundo, mucho menos le alcanza con la camiseta.

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    Un repaso a su campaña en las Eliminatorias de la Conmebol delata el sudor que tiene que derramar en cada paso. Se clasificó al Mundial de Rusia en la última jornada. Lo hizo por la ventana, igual que ahora para llegar a los octavos de final en un grupo altamente favorable. No es casualidad que el punto en común entre aquella agonía y la de ahora sea Lionel Messi.

    En la complicada ciudad de Quito, desfavorable históricamente para la Albiceleste, 'Leo' jugó su partido más decisivo en la selección argentina. Tres goles para asemejarse al del Barcelona, limpiando su imagen, al menos hasta que empezara a rodar la pelota en Rusia. Ayer, cuando Argentina estaba otra vez en coma, se alzó como líder futbolístico -la función que se espera del mejor del mundo- y abrió la esperanza ante Nigeria.

    Tampoco fue producto del azar ver a Messi tirándose al piso sobre el final del partido para recuperar una pelota, como si fuera un defensor más. Tal vez fue para devolverle gentilezas a Marcos Rojo, que antes se había vestido de Messi para definir con calidad el boleto a octavos. Sin embargo, lo más probable es que se haya raspado contra el césped para demostrar que él también puede.

    Y esa es la actitud que precisa esta selección argentina. No puede darse el lujo de no correr, de no meter, de no poner sobre la mesa todo lo que tiene. No le sobra nada, sino todo lo contrario.

    No fue magia lo que convirtió a este grupo, que pasó de no mostrar corazón en los dos primeros compromisos a dejar el alma en cada pelota frente a los africanos. La transformación llegó gracias a la gente, que contagió a los jugadores.

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    La tremenda demostración de apoyo que los aficionados argentinos les dieron a estos jugadores, un día antes del choque decisivo, no podía dejar indiferente ni al más frío. Si no salían a comerse a los rivales o a trabar con la cabeza los balones divididos es que ya no había remedio. Los contagiaron a tal punto que volvió a verse ese fuego sagrado que siempre destacó al fútbol argentino.


    Las lágrimas que derramó más de una vez Messi por la frustración de no poder ser el mismo del Barça se lavaron parcialmente ayer, con otras lágrimas, pero de alegría. Una alegría que, como todo en el fútbol, es efímera. Se viene Francia, un rival de cuidado y candidato a ganar la Copa. Habrá que derramar litros de sudor y sangre para ganarle. Otra no queda.

    Argentina se impuso 2-1 contra Nigeria en el grupo D y con el triunfo de Croacia 2-1 contra Islandia quedó de segundo para clasificar a octavos de final del Mundial Rusia 2018.
    Jorge Sampaoli puso en cancha un equipo experimentado que tuvo la iniciativa en el comienzo del partido.
    Al minuto 14 llegó el gol de Argentina por medio de Lionel Messi, que así tuvo su primer tanto en Rusia 2018 para poner el 1-0.
    Ese gol de Messi fue una descarga luego del penalti errado contra Islandia. Con ese resultado, Argentina pasaba a octavos de final.
    La celebració de Diego Maradona fue la muestra de cómo le volvió el alma al cuerpo a muchos dentro de todo el ambiente de nerviosismo.
    Messi incluso tuvo la opción de aumentar el marcador con un tiro libre que golpeó en el palo derecho del arquero.
    Al final del primer tiempo, Argentina estaba arriba en el marcador 1-0 mientra que Croacia e Islandia igualaban sin goles.
    Este partido marcó el debut de Franco Armani, que al final aportaría para evitar que la cuenta fuera mayor.
    Sin embargo, al minuto 6, el juesz Cuneyt Cakir marcó un penalti a favor de Nigeria y Victor Moses puso allí el 1-1 para Nigeria.
    Nigeria lograba una igualdad que poco reflejaba la dinámica del partido pero que sí dejaba claro el poderío africano.
    Con ese marcador, Nigeria clasificaba a los octavos de final muy a pesar de que más adelante Croacia e Islandia estuvieron 1-1.
    Los argentisno se aferraron a cualquier clase de ayuda para alcanzar los octavos de final, pues en la cancha lucían confundidos.
    Javier Mascherano, que cometió la falta del penalti, estuvo tan alterado en el juego que incluso jugó ensangrentado buena parte del segundo tiempo.
    Argentina aguantaba los contragolpes de Nigeria, mientras buscaban el tanto que les diera el cupo a la segunda fase.
    Cakir fue protagonista en un momento dado del partido porque un balón golpeó en la mano de Rojo cuando estaba en el área, pero el juez central lo revisó en el VAR y no lo consideró falta de penalti.
    Messi se echó el equipo al hombro y buscó lo que parecía imposible por la poca claridad para llegar al arco nigeriano.
    Así llegó un centro por la derecha para que Marco Rojo pateara con su pierna derecha para enviarlo al minuto 41 del segundo tiempo al fondo de la red y poner el 2-1 para Argentina.
    Ese 2-1 de Argentina conincidió luego con el segundo gol de Croacia para imponerse contra su rival por los octavos, Islandia, y así tener una doble alegría.
    Argentina logró una clasificación casi que impensada pero que con el triunfo 2-1 contra Nigeria y el paso a octavos de final de Mundial Rusia 2018.

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    Argentina se impuso 2-1 contra Nigeria en el grupo D y con el triunfo de Croacia 2-1 contra Islandia quedó de segundo para clasificar a octavos de final del Mundial Rusia 2018.
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