Jugarle al adivino en una Copa del Mundo es casi siempre un ejercicio estéril. Pero no por eso hay que dejar de intentarlo, ¿cierto? Aquí, pues, mis pronósticos mundialistas.
Opinión | Pronósticos mundialistas
Querer imponer nuestras expectativas en un Mundial resulta siempre inútil, pero no existe fanático en el mundo que no lo haga.
Campeón.- Hasta hace poco tiempo habría jurado que Alemania repetiría en Rusia, una hazaña que el mundo no ha visto en más de medio siglo. La base alemana es la misma y los nuevos jugadores, esos que le hicieron la vida imposible al resto en la Confederaciones, suman una nueva velocidad al equipo de Löw. Aun así, me parece que los alemanes llegan a Rusia en un momento raro. En los últimos amistosos se han vistió lejos de aquella aplanadora de años pasados. Creo, entonces, que el favorito es Brasil, al que le ocurre exactamente lo contrario. El equipo brasileño se recompuso táctica y anímicamente después de la debacle historica del 2014. Neymar está sano y virtuoso. Brasil es favorito, pero por muy poco.
Las sorpresas.- Para mí, el caballo negro (no tan negro, porque ha jugado a gran nivel por un buen tiempo) debe ser Francia. El equipo francés es un prodigio de velocidad y fuerza. Su delantera es capaz de obras de arte casi inigualables. Sus jugadores jóvenes, producto de su maravilloso sistema de fuerzas básicas (superado solo por el alemán en el mundo), bien podrían quedarse con el torneo. Son mis favoritos para dar la sorpresa, seguidos muy de cerca de...
Equipos que quiero ver sobresalir.- Colombia y Perú juegan un futbol envidiable. La alegría del equipo peruano, junto con la conmovedora pasión de su fanaticada al regresar a un Mundial, me da auténtica envidia. Colombia es, después de Brasil, el equipo más talentoso de América Latina. ¿Quién para a Colombia si el equipo de Pekerman juega a la velocidad a la que puede jugar, por dentro, por fuera, con virtuosismo o mera fuerza? Es un equipazo que merecía mejor suerte hace cuatro años y hoy vuelve a tener una oportunidad de oro.
Decepciones.- No me sorprendería que Rusia quedara fuera en la primera ronda. Uruguay es un rival de cuidado para un equipo ruso sin mucho gol. Egipto, que parecería un flan, está lejos de serlo, y mucho más si Salah se recupera a tiempo. Islandia, que se ganó el corazón del mundo en la Euro, difícilmente saldrá de su grupo. Ahora bien: si Islandia vuelve a conectarse con la magia, el que podría pasar un mal rato puede ser Argentina. Incluso si califica a las siguientes fases, el equipo de Messi (porque es de Messi; de nadie más) no llega a Rusia con el potencial que merecería la subcampeona del mundo. Dudo que Messi logre levantar la Copa FIFA, aunque lo merezca más que nadie.
¿Y México?.- Lo he dicho antes y lo repito. Esta generación de futbolistas mexicanos es, en muchos sentidos, la mejor que ha dado nuestro futbol. Al menos si el parámetro es el potencial ofensivo y la variedad técnica. ¿Cuándo habíamos tenido siete atacantes de talentos tan distintos y notables como los de este equipo? En el pasado debíamos conformarnos con confiarle todo a Borgetti o a (Dios santo) Omar Bravo o el Kikín Fonseca. Ahora tenemos a Jiménez, Peralta y Chicharito en la punta y a Lozano, Vela, Aquino y Corona por afuera. Eso debería ser una fiesta. Por desgracia, el equipo no tiene equilibrio atrás y eso nos terminará costando. Es triste: siempre habíamos tenido talento entre la central y la contención y ahora estamos cortos en ambos terrenos.
A eso hay que sumar la mala suerte del sorteo: México enfrenta primero al campeón del mundo y luego, en octavos, al favorito del torneo. No podría ser peor. ¿Mi apuesta? Perderemos con los alemanes, venceremos a coreanos y suecos y luego caeremos, por muy poco, con Brasil. Un Mundial normal, para variar.
¿Y usted, lector, que cree?
¡Que ruede ya el balón!