Antes de empezar con la cábala sobre si a México le interesaba un empate entre Suecia y Corea, sus próximos rivales, dejemos claro una cosa: lo único y seguro que sí le vale es ganar a ambas. Además, aplacando la euforia de la victoria contra Alemania y viendo el fútbol que ofrecen tanto Suecia como Corea del Sur, ganarles sería lo normal.
Suecia venció a Corea y se postula como rival por el pase a octavos en el grupo de México
Los europeos vencieron a unos inocentes coreanos que no fueron capaces de superar el planteamiento defensivo de los nórdicos
Suecia vino a Rusia a no jugar a nada. Forma parte de esos combinados nacionales anodinos cuyo objetivo en el Mundial es defenderse y ver si pasan rondas con el empate a cero como gran estrategia. Tienen como modelo futbolístico a la selección de Grecia del año 2004 que conquistó la Eurocopa a base de uno a ceros y cerrojazo. Suecia es como aquella Grecia. Su único problema es que han de marcar al menos un gol y no está Zlatan Ibrahimović. Corea, por su parte, ya no es aquel cohete del Mundial que se disputó en su país y Japón. Son más ordenados y buscan un toque que no siempre encuentran. Su gran pecado: la inocencia.
Con este caldo de cultivo, el juego entre ambos equipos no iba a pasar a los anales de la Historia de los Mundiales. Ambos estuvieron 45 minutos en el terreno de juego sin que pasara absolutamente nada. Los suecos confirmaron que defensivamente son, probablemente, la mejor selección en Rusia, pero sólo tienen un recurso cara al gol: los córner. De ahí llegaron las únicas dos ocasiones del partido para la selección amarilla. Una fue muy clara. Corea, por su parte, buscaron alguna arrancada de Son por las bandas y nada más.
La mejor noticia del partido llegó justo antes el descanso. Suecia trenzó una jugada con más de tres pases seguidos que acabó en oportunidad de gol, pero Berg, en vez de rematar, buscó un pase de la muerte sin rematador. Cosa que fue obvia ya que el rematador es él. Suecia se estiró y en 3 minutos creó dos ocasiones claras más, una de ellas, como no, tras un córner. Su empujón final no tuvo recompensa.
Después del descanso Suecia pensó que de vez en cuando puede saltarse su modelo ultra defensivo, sobre todo, porque Corea no presentó ninguna resistencia. Así que los nórdicos se fueron al ataque, pero la mordiente no es su fuerte. Subir implica asumir riesgos defensivos. Los asiáticos buscaron precisamente eso tras el breve desmelene de los suecos en ataque. Con las líneas vikingas menos juntas, Corea lanzó una contra por la banda izquierda, la de Son (su mejor hombre), cuyo centro al área encontró la cabeza de Koo Ja-cheo que casi marca. Su cabezazo se marchó al exterior de la red.
El partido se animó. Otra vez los suecos a balón parado y con su guion de siempre estuvieron a punto de marcar en el minuto 56. El encuentro comenzó a ser de ida y vuelta. Los coreanos probaron de nuevo por la banda, esta vez por la derecha, pero el pase de la muerte lo despejó Jansson a córner. Como dato curioso fue que los coreanos no botaron ningún saque de esquina al área, sabiendo que la estatura y solidez defensiva de los suecos les llevaba a marrar una y otra vez esa opción.
La polémica llegó en el minuto 60 y cuando más bonito estaba el partido. Un derribo del central coreano Kim sobre Claesson en un barullo en el área pareció penal claro. El árbitro, a escasos tres metros de la jugada, no lo concedió. El juego prosiguió con una contra de Corea cuando el VAR intervino. Desde la central se avisó al juez del encuentro, el salvadoreño Joel Aguilar, de que era penal claro. Éste solicitó la revisión en pantalla y rectificó su decisión. Fue muy claro. El exquisito lanzamiento del capitán de Suecia, Andreas Granqvist, se marchó al fondo del arco defendido por Woo, la estrella coreana hasta el momento.
El nuevo escenario complicó el esquema de Corea. Ellos buscaban la apertura sueca y desbordar por las bandas. No contaban con recibir un gol. Ahora les tocaba atacar creando jugadas contra el muro sueco. Corea se encaminó en búsqueda de la hazaña. La sobriedad de la defensa europea no les dejó más opción que tímidos disparos lejanos que rebotaban una y otra vez en algún defensor amarillo.
Los coreanos agotaron las ideas sin capacidad futbolística ni tiempo para la gesta. Suecia diseñó su partido perfecto y arrancó tres valiosos puntos del partido clave de su grupo. Previsiblemente se pegarán con México y Alemania por pasar a octavos, toda vez que Corea lo tendrá muy cuesta arriba contra los aztecas y germanos (además se lesionó Park). El resultado no es ni bueno ni malo para México. El Tri tiene trescientos argumentos para superar a ambas selecciones.