Hasta antes de la llegada de llegada de Dirk Nowitzki a la organización de los Dallas Mavericks, en 1998, este equipo era mayoritariamente perdedor, con quizás un par de buenas temporadas desde su nacimiento en 1980 como franquicia de expansión en la NBA. Pero solo eso.
La era post Dirk Nowitzki para los Dallas Mavericks
El equipo texano vivió grandes años con el jugador alemán, pero ahora comienza un nuevo capítulo.
La presencia de los Mavs en la Final de la Conferencia del Oeste en 1987-88 ante los LA Lakers, una serie que incluso se fue a lo máximo, era el capítulo dorado en la breve pero gris historia de este equipo, hasta que la organización decidió apostar por un canje con los Milwaukee Bucks (equipo que originalmente seleccionó a Nowitzki) para llevar a sus filas al prometedor jugador alemán.
La llegada de Dirk a Dallas y dueto con Mark Cuban
En ese mismo canje que llevó a Nowitzki de Milwaukee a Dallas, y que involucró a varios equipos, llegó a los Mavs Steve Nash. Dos años más tarde, comprando en 285 millones de dólares a la franquicia, en poder en ese entonces de Ross Perot Jr., un multimillonario texano, Mark Cuban tomó control como el nuevo dueño.
La constitución de esta mancuerna dueño-jugador estrella que conformaron Mark Cuban y Dirk Nowitzki, derivó en la mejor época que ha vivido la franquicia en sus casi 40 años de existencia.
A partir de la temporada 2000-01 los Mavericks hilvanaron 11 viajes consecutivos a los Playoffs, incluyendo una participación en 2005-06 a las Finales de la NBA ante el Miami Heat, que perdieron, para luego culminar con el primer y único título en la historia de la franquicia, cuando derrotaron, vengándose, a Miami en 2010-11, con el triunvirato de LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh.
Nowitzki atrajo el reconocimiento hacia su estilo de juego por ser un jugador de gran tamaño (2.13 metros) y con un impecable tiro de larga distancia, no solo vistoso y efectivo, sino que ganaba juegos, series y hasta un título, y que de manera paralela, puso a los Mavericks en el mapa de la respetabilidad. No fue necesariamente un basquetbolista con grandes cualidades defensivas, pero pese a ellos, fue capaz de superar la barrera de los 1,000 bloqueos y casi los 12 mil rebotes recuperados.
El fin de la era Nowitzki
Nowitzki se retiró apenas la temporada pasada tras culminar (7.3) con el promedio más bajo de puntos en su carrera de 21 temporadas, todas ellas con Dallas, y aunque sus últimos tres años fueron de un notorio declive en su juego y rendimiento físico, y en las que el equipo no logró clasificarse a la Postemporada, ya se vislumbraba el fin de la era del alemán en Dallas y que era urgente mirar hacia adelante.
El 9 de abril de 2019 Nowitzki jugó su último partido como profesional, ante los San Antonio Spurs en el que registró un doble doble (20 puntos y 10 asistencias). Un día más tarde anunció su retiro, dejando detrás suyo una carrera que de manera inapelable ha sido fantástica, siendo el único jugador en registrar al menos 31,000 puntos, 10 mil rebotes, 3 mil asistencias, mil robos, mil tapones y mil triples en la historia de la NBA.
Nowitzki deja enormes zapatos por llenarse: fue campeón de la NBA en 2011, MVP de las Finales de ese año, 14 veces seleccionado al All Star Game, cuatro veces nombrado al equipo ideal, cinco al segundo y otras tres al tercer mejor quinteto de la liga, campeón del concurso de triples y un respetado compañero y rival.
Las maniobras de Cuban para un nuevo capítulo
Pero nada es para siempre y Cuban sabía que Nowitzki no era eterno, y al mismo tiempo con la presión de vovler a tener un equipo no solo vistoso, alegre para jugar de la mano del coach Rick Carlisle, compitiendo y pensando en los Playoffs. Teniendo eso en mente, un primer movimiento fue negociar con los New York Knicks a su gran joya y hallazgo, el letón Kristaps Porzingis, quien en sus primeros tres años en la Gran Manzana probó tener un talento inédito en la NBA.
El hartazgo de 'El Unicornio' por estar en un entorno viciado como los Knicks y su quizá irreparable mediocridad (mientras siga James Dolan como su dueño) y la necesidad de Dallas de mejorar llevaron a un canje que mandó a Porzingis al norte de Texas para emprender una nueva etapa teniendo como credenciales sus 22.7 puntos de promedio antes de sufrir una lesión que le impediría concluir la temporada de 2017-18 y enteramente la de 2018-19. Pero el 'plan maestro' de Cuban no estaba concluido.
En una ruta similar a la de Nowitzki para llegar a Dallas hace más de 20 años, un joven esloveno que ya acaparaba los reflectores en el Real Madrid Baloncesto de la Liga Endesa con su magia, talento y futuro promisorio. Luka Doncic fue reclutado como la tecera selección global del Draft de la NBA en 2018 por los Atlanta Hawks, quienes decidieron pactar un canje en el que los Mavs, que en la quinta posición tomaron a Trae Young, intercambiaron jugadores y las piezas estaban acomodándose.
Doncic no solo siguió haciendo en la NBA lo que ya hacía y deslumbraba a todos en el RM Baloncesto en la Liga ACB, sino que se reinventó, mostró todavía cuán profundo y variado era su repertorio y con una media de 21.2 puntos, 7.8 rebotes y 6.0 asistencias por partido, se fue en solitario a ganar el premio al Novato del Año en 2018-19.
Esta temporada Doncic promedia 30.0 puntos y 9.2 asistencias y tiene a los Mavericks con marca de 16-7, la tercera mejor foja de la competitiva Conferencia del Oeste pero más allá de los números, que no son poca cosa y que hacen que muchos levanten las cejas, la posibilidad de tener un equipazo en el futuro cercano con el esloveno y el letón como los pilares y herederos del legado de Dirk Nowitzki, hace a los fans en Dallas esbozar una sonrisa con enorme esperanza.