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    Michael Jordan y la mentalidad que lo superó todo

    Dentro de su leyenda, las fallas son parte importante de su vida... y de qué manera.


    Por:
    TUDN

    Michael Jordan, el hombre de la mentalidad ganadora que nunca se cansó de fallar para poder seguir creciendo a pesar de ello.

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    Michael Jordan, el hombre de la mentalidad ganadora que nunca se cansó de fallar para poder seguir creciendo a pesar de ello.

    Quien intente hablar de Michael Jordan tiene muchos problemas para conseguir datos para llenar un palmarés y así demostrar que fue un ganador, que es considerado uno de los mejores jugadores de baloncesto de la historia y ser humano superior en muchos sentidos, cuando en realidad, se puede resumir en una cosa: su poderosa mentalidad.

    Hemos escuchado que la mente domina al cuerpo, que nuestra actitud ante la vida afecta cómo la vivimos y que la mentalidad es responsable de nuestros pensamientos y según pensamos es cómo actuamos y de acuerdo a ello es como recibimos bueno ó malo lo que nos pasa en la vida.

    Así creció y se desarrolló Michael Jeffrey Jordan. Un hombre que fue rechazado casi todo el inicio de su vida, que incluso, la leyenda del ‘deporte ráfaga’ no fue tomado en cuenta para jugar en el equipo de la universidad en la que él quería jugar y a pesar de todo, continuó su entrenamiento diariamente a las 6:00 de la mañana. Porque dejar de intentar es perder la oportunidad.


    "Puedo aceptar el fracaso; todos fracasan en algo. Pero no puedo aceptar el no intentarlo", Michael Jordan en I Can't Accept Not Trying: Michael Jordan on the Pursuit of Excellence(1994), de Michael Jordan, Mark Vancil y Sandro Miller.


    Y es ahí donde empieza a contarse la historia de éxito de un hombre que en su determinación, entrenaba más que nunca cuando perdía, esperando mejorar para la siguiente oportunidad de jugar, de competir en búsqueda de la victoria. Un principio que aplicó en todos los aspectos de su vida.

    Pero no sólo las oportunidades se pierden si no se intenta, sino que en una de sus frases más famosas, deja claro que el fallar es el principio del desarrollo que te lleva al triunfo, siempre y cuando tengas la mentalidad que te ayude a superarlo.


    "He fallado más de 9,000 tiros en mi carrera. He perdido casi 300 juegos. Veintiséis veces, se me ha confiado para tomar el tiro ganador y lo he perdido. He fallado una y otra vez en mi vida. Y es por eso que tengo éxito", Michael Jordan en Nike Culture: The Sign of the Swoosh (1998), de Robert Goldman y Stephen Papson.


    Una persona con mentalidad de 7 no puede obtener resultados de 10, porque en su mente está el tope antes de llegar al 8, toma decisiones de 7, creencias de 7 y a la postre, resultados de 7. Una persona con creencias de 10 puede tomar decisiones de 10 y en esa cadena conseguir mejores resultados. Es decir, se cumple la premisa de que si se piensa que existen límites, se encontrarán, de lo contrario se podrá lograr mucho más y así vivió y lo sigue haciendo el miembro del Salón de la Fama.


    "Nunca digas nunca, porque los límites, como los miedos, a menudo son solo una ilusión", Michael Jordan en su discurso de introducción al Salón de la Fama (2009).


    Pero así como la mentalidad es importante, también lo es saber hacer las cosas con la técnica y protocolos adecuados para la actividad que se desempeña, el reto de seguir en la preparación, entrenamiento y estudio es poner atención a lo básico.


    "Puedes practicar un tiro 8 horas al día, pero si tu técnica es incorrecta, solo serás muy bueno tirando canastas de manera incorrecta. Estudia los fundamentos y el nivel de todo lo que hagas mejorará", Michael Jordan en The Champion’s Comeback: How Great Athletes Recover, Reflect and Reignite (2016) de Jim Afremow.


    Resulta increíble que el seis veces ganador de anillos con Chicago Bulls y 10 veces máximo anotador en la NBA, cinco ocasiones nombrado el Jugador Más Valioso (MVP) de la temporada y seis veces de las finales hubiera fallado tantas veces.

    Cuando se entiende que su mentalidad era tan dominante que lo hacía levantarse para volver a intentarlo. Sin restricciones autoimpuestas, con metas altas que le ayudaron a imaginar y pensar en grande es como encontró la cosecha de lo que sembró en su vida.

    Lo curioso en estos días cuando sus 1,072 partidos son sólo un número en quince temporadas y 14 juegos All-Star y que su salario inicial fue de 550,000 dólares, llegó a ganar 33 millones de dólares cuando jugaba en Chicago.

    El detalle es que se habla más de su mentalidad en el mundo de los negocios que en el del deporte, que aquellos que nunca lo vieron jugar, si han leído sus libros, o conocido sus historias de superación que siguen incrementando la leyenda de un deportista que lo dio todo en cada área de su vida: Michael Jordan.


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