La cuarta entrega de la serie llevó a conocer el pasado de Phil Jackson como jugador de la NBA, su trabajo como entrenador en Puerto Rico y su llegada a los Bulls donde comprendió a Dennis Rodman pero además el duelo más personal de la escuadra de Chicago contra los Detroit Pistons que a la postre llevaron a un campeonato que puso a Michael Jordan a la altura de Larry Bird y ‘Magic’ Johnson.
The last dance, episodio 4: Jordan a la altura de Bird y Magic
La evolución de Jordan para pensar en el juego de equipo y mejorar como escuadra.
La fiesta de las vacaciones de Dennis Rodman se alargó más de las 48 horas que le dieron de vacaciones. El mismo Jordan fue por él a sacarlo de la cama para llevarlo de vuelta a los entrenamientos.
Un día, hablando con Phil Jackson, Rodman encajó con el pensamiento del entrenador pues ambos conocían de la cultura de los indios estadounidenses. Para el coach, Donnis era un ‘Heyoka’, o ‘alguien que camina al revés’, cosa que entendía perfectamente pues cuando jugaba, era también rebelde.
Su llegada a los Knicks como seleccionado de segunda ronda del draft revoloteó en la cabeza del periodista Rick Telander quien recordó que Jackson como jugador “siempre estaba golpeando a alguien” y que era como una versión anterior de Rodman.
Estuvo once años con los Knicks y logró dos campeonatos, pero siempre era como un hippie.
Tras ser jugador se convirtió en entrenador y dirigió en Puerto Rico donde se jugaba de una forma férrea, intensa y hasta personal y ese aprendizaje lo llevó a dirigir en la CBA a los Albany Patroons en 1983. Al año siguiente logró el campeonato con ellos y lo llamaron de los Bulls para ser en asistente de Stan Albeck.
La salida de Collins para que Phil Jackson tomara la dirección del equipo no fue una idea bien recibida por Michael Jordan pues sentía que le quitaría la pelota de las manos por el famoso triángulo ofensivo que terminó por desatar un cambio de mentalidad en MJ, pues evolucionó su forma de pensar para preocuparse más por el equipo que por los reconocimientos personales.
De ahí a contar la dolorosa historia de su dolorosa rivalidad con los Detroit Pistons, un equipo fuerte, duro y físico que los derrotó y que también provocó una evolución en Jordan, que preparó su cuerpo para ganar músculo, y para sumar los esfuerzos encaminados a que sus compañeros también fueran mejoras.
Para 1997 llegó el enfrentamiento más personal, ese donde ni Michael Jordan ni nadie se echó para atrás, donde a pesar del empujón de Rodman, Scottie Pippen no armó alboroto y siguió jugando para aplastar la serie 4-0.
Pero también se cuenta la historia del acceso de Jordan al paraíso de aquellos que habían hecho historia en el baloncesto. Cuando se enfrentó a Earvin ‘Magic’ Jordan en la final de 1991, donde todo se acomodó para un juego de equipo con grandes chispazos personales, donde Jordan entendió la valía de sus compañeros y así ganaron su primer título en cinco juegos ante Los Angeles Lakers de Magic Johnson quien declaró tras el juego, que prefería perder ante los Bulls de Michael Jordan que ante nadie más.
Para Jordan significó el título que lo colocaba a la altura de Larry Bird y el mismo Earvin ‘Magic’ Johnson. Una lucha de siete años que se coronó con el abrazo al trofeo Larry O’Brien.