Capítulo 1: Joe Montana pudo vestir de azul y plata, pero fue despreciado por Tom Landry
El mítico exquarterback de los 49ers estuvo en la mira de los Dallas Cowboys, pero su coach lo dejó pasar en el Draft de 1979
Tex Schramm (gerente general, Dallas Cowboys): " Vamos con Montana".
Gil Brandt (jefe de evaluación de talento, Dallas Cowboys): "Sí señor, adelante".
Tom Landry (head coach, Dallas Cowboys): "Un momento".
Schramm: "¿Qué ocurre?"
Landry: "Votemos".
Schramm: "Bueno, rápido. Yo digo Montana".
Brandt: "Yo digo Montana".
Landry: " Yo digo que lo voy a cortar si lo elegimos".
Brandt: "¿Lo vas a cortar? ¿Acaso no has comentado mil veces que te encanta este chico?"
Landry: "Me encanta, pero les voy a ser sincero: nunca imaginé que realmente se iba a presentar la oportunidad de reclutarlo, y la verdad es que ya tenemos tres mariscales. Los tres conocen el sistema. Van a competir en el campamento de entrenamiento, le van a ganar y lo vamos a cortar".
Schramm: "Aguarden un instante. ¿Estamos diciendo que (Glenn) Carano es mejor que Montana?"
Brandt: "A mí no me mires".
Landry: "No digo que Carano sea mejor que Montana. Sólo digo que le va a ganar en el campamento de entrenamiento porque conoce el sistema".
Brandt: "¿Y por qué no ir a la temporada con cuatro mariscales?"
Landry: "No voy a ir a la temporada con cuatro mariscales".
Schramm: "A ver, a ver. (Roger) Staubach tiene 37 años. Alguien tendrá que ocupar su lugar en poco tiempo. Me gusta la idea de que (Danny) White se mida con Montana, y que gane el mejor".
Landry: "Creí que los tres estábamos de acuerdo en que confiábamos en White".
Schramm: "Confiamos en White, Tom. Pero también los tres estamos de acuerdo en que tenemos una selección que hacer, y Montana es por mucho el mejor jugador disponible en este momento".
Brandt: "Yo también confío en White. Pero si quiere el puesto de Staubach, se lo tendrá que ganar; y podemos darle un rival mejor que Carano. Yo voto por reclutar a Montana".
Schramm: "Yo también".
Landry: "Yo no".
Schramm: "Tom, se acaba el tiempo. No hay nadie que siquiera se le acerque a Montana en nuestra pizarra".
Landry : "¿Qué tal Doug Cosbie?"
Brandt: "¿Quién?"
Landry: "Doug Cosbie, de Santa Clara".
Brandt: " ¿Un ala cerrada?"
Landry: "Exacto, y lo sumamos a la competencia por ser el sucesor de Billy Joe DuPree".
Brandt: "Pero a DuPree le quedan más temporadas en el tanque que a Staubach. Con ese mismo razonamiento, ¿ por qué no tomamos a Montana, y lo sumamos a la competencia por ser el sucesor de Staubach?"
Landry: "Porque voy a terminar cortándolo en menos de cinco meses. ¿De qué forma tengo que decirlo, para que me entiendan?"
Brandt: "Bueno, si insistes con eso de que lo vas a cortar..."
Schramm: "Se acabó el tiempo, vamos con Cosbie".
Esta es una típica conversación en el “war room” de un equipo de la NFL durante el Draft. Ocurrió en 1979 y ni siquiera fue para una selección alta, sino para la número 76, en la tercera ronda.
Tom Landry es reconocido como uno de los grandes íconos históricos de los Cowboys, al llevarlos a cinco Super Bowls y ganar dos títulos, sin embargo, aquella vez le fallaron la intuición y sus ganas de proteger a Danny White.
Joe Montana pudo ser el reemplazo natural de Roger Staubach, sin embargo, tres años después, en el Candlestick Park, el QB de los 49ers roló en una jugada hacia su derecha y prácticamente acorralado lanzó un pase al fondo de la zona de anotación que atrapó Dwight Clark con un espectacular salto. Quedaban 51 segundos en el reloj de la Final de la NFC, San Francisco empataba el partido en ese momento y con el punto extra fue al Super Bowl XLI, por marcador de 28-27, a costa de los Cowboys, quienes aún contaban con Landry y cuyo líder de la ofensiva era Danny White.
Con el paso del tiempo, esa jugada resultó ser la transición en la NFC: Dallas dejó de ser el equipo dominante para dar paso a la más grande dinastía de la liga en los años 80. Montana y Clark fueron elegidos en el Draft de 1979, de hecho, el segundo de ellos hasta la décima ronda. Es conocida como "The Catch".
Dallas se hundió en esa década. Aquella ante San Francisco fue la segunda de tres Finales de Conferencia perdidas de manera consecutiva y después de ello, sólo llegaron a Playoffs en dos temporadas entre 1983 y 1988, cuando terminó la era de Landry.
En 1989, el primer año con Jimmy Johnson al mando, Dallas terminó con marca de 1-15 y San Francisco ganó su cuarto Super Bowl, aún con Montana como su quarterback titular. Afortunadamente para los Cowboys, Johnson montó una gran dinastía en los 90 y le dio tres títulos a los Cowboys, pero esa ya es otra historia.
Volviendo a aquel Draft de 1979, Bill Walsh, coach de los 49ers, era un manojo de nervios. Pasaron cinco turnos más que pudieran tomar a Montana, a quien estaba decidido a llevarse a la Bahía.
De hecho, la selección de Montana fue una especie de “tormenta perfecta”. San Francisco había tenido la peor marca de la temporada anterior, por lo que “ganó” el derecho de elegir la primera selección global, sin embargo, desde un año antes la habían cedido a los Buffalo Bills como parte del canje por O.J. Simpson, quien estuvo lejos de sus mejores actuaciones del pasado en su ciudad natal.
Si ustedes piensan que entonces Montana pudo ser el elegido por Walsh para la primera selección global, se equivocan. El nuevo coach de los 49ers le había echado el ojo a Phil Simms, pero tanto Simms como Jack Thompson y Steve Fuller fueron elegidos en la primera ronda en las elecciones 7, 3 y 23 respectivamente. Montana fue el cuarto quarterback elegido, el primero que tuvo disponible San Francisco al momento de tomar su primer prospecto.
Aún así, Walsh no se fue de inmediato por Montana. En la segunda ronda tomaron al receptor abierto James Owens y su futuro -y legendario- quarterback fue su segundo ‘pick’. Walsh tomó a un equipo con marca de 2-14 y en tres años los hizo campeones de la NFL con un quarterback que fue despreciado por todos los equipos de la liga al menos una vez, especialmente por los Cowboys.
“Joe Cool” cambió el juego. Fue el pilar de un innovador sistema ofensivo conocido como la “West Coast Offense”, que privilegia el ataque aéreo por encima del terrestre. Años después, junto a otras leyendas como Jerry Rice, John Taylor y Roger Craig, encabezó a uno de los más grandes equipos de fútbol americano se que haya visto. Sólo una difícil lesión que lo dejó fuera casi dos temporadas completas evitó que ganara su quinto Super Bowl. O incluso más.
Es cierto que el legado de Tom Landry es gigantesco, incluso con este error del cual, como todos en el Draft, no podía ser consciente al cometerlo. Sus campeonatos no son parte del “hubiera”, de ese raro mundo hipotético, donde tal vez habría cortado a Montana en menos de cinco meses.