Por: Dan Fridman Stalnicovitz
Amigos de NFL.com/Español, en el camino al Super Bowl 50 el equipo que ha representado a la Conferencia Nacional en las últimas dos ocasiones en un ‘Súper Domingo’ son los Seattle Seahawks.
Para poner esto en perspectiva, en la NFC un equipo no repetía en un Super Bowl antes de los Seahawks desde que los Dallas Cowboys lo hicieron con aquella dinastía del entrenador en jefe Jimmy Johnson y los estelares ‘Triplets’ Troy Aikman, Emmitt Smith y Michael Irvin en la temporadas de 1992 y 1993, es decir, habían pasado 22 campañas para que esto sucediera.
Muy temprano en su carrera, el elusivo y espectacular quarterback de los Seahawks, Russell Wilson, llegó al pináculo de ganar un Super Bowl y a conseguir, como describí en el párrafo anterior, algo que nadie en más de dos décadas había logrado, repetir con un equipo de la Conferencia Nacional en un Super Bowl.
Wilson, que fue seleccionado hasta la tercera ronda del Draft del 2012, ha llevado a Seattle a los playoffs en sus tres campañas completas como profesional pero, por lo que se puede ver por sus actuaciones en el terreno de juego en este 2015, el éxito temprano se le ha subido a la cabeza.
Recuerdo muy bien cuando lo conocí en la semana del Super Bowl XLVII, su equipo había sido eliminado agónicamente por los Atlanta Falcons en los playoffs y, en vez de tomar vacaciones, se dedicó a estar presente durante toda la semana del Super Bowl, viendo los entrenamientos de 49ers y Ravens y según sus propias palabras con NFL.com/Español aprendiendo como era el entorno de un Super Bowl porque su objetivo era estar ahí el siguiente año.
Wilson y los Seahawks lo lograron y ganaron ante los Denver Broncos la edición XLVIII superando por completo a la supuesta máquina de Peyton Manning.
En ese momento yo pronostiqué que era el inicio de una nueva dinastía, un equipo joven, dedicado, disciplinado, lleno de grandes jugadores a la ofensiva y la defensiva me recordaban justamente a aquellos Cowboys de los 90.
Pero tras perder el pasado Super Bowl ante los New England Patriots con una intercepción justamente de Wilson en la parte final del partido, el receso para esta temporada fue llena de una actitud muy diferente no solo del quarterback, pero en especial de él en un equipo que sigue siendo muy talentoso.
El muchacho centrado, humilde, que reconocía en su ataque terrestre y una espectacular defensiva secundaria las fortalezas de su equipo se volvió un estrella en las pasarelas, reclamando un contrato al nivel de los mejores quarterbacks en la NFL, amenazando con no presentarse en los entrenamientos, actitud que fue copiada y “mejorada” por el profundo Kam Chancellor, quien al ver que Wilson acabó firmando ese acuerdo, exigió el mismo trato y se perdió el inicio de la temporada.
Errores mentales, malas decisiones a la hora de elegir a sus receptores, inclusive al momento de decidir si correr o pasar, falta de ritmo ofensivo son muestra de falta de preparación, algo muy raro en Russell Wilson y cuestión que le ha costado juegos a su equipo que ha perdido más de lo que ha ganado en el 2015.
Es momento de que Russell Wilson vuelva a los inicios, sea un ejemplo de bien para su equipo, recupere esa humildad que lo llevó muy rápido a la cima de la NFL, tiene mucho camino por recorrer, está a penas en su cuarta temporada en la liga, tiene con qué convertirse en una leyenda, pero aún le falta bastante trayectoria para estar al nivel histórico de los Tom Brady, Peyton Manning, inclusive los Drew Brees o Aaron Rodgers.
Por ahora, su equipo está en una situación crítica en el 2015, marca de 4-5 a tres juegos del líder del Oeste de la NFC, los Arizona Cardinals y fuera de la postemporada.
Hay un dicho muy revelador que menciona que “La juventud es una enfermedad que se cura con el tiempo”, y este es el momento para que Russell Wilson madure, recapacite y vuelva a la fórmula del éxito, si no lo hace, difícilmente volverá al nivel que se espera.