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Peyton Manning se ha negado a tener un destino parecido al de Dan Marino. El legendario quarterback de los Miami Dolphins que se hizo “Rey de las estadísticas” pero nunca ganó un Super Bowl. Peyton ya ganó uno, pero no parece ser suficiente ante los números y su longevidad. Necesita otro Trofeo Vince Lombardi para culminar una carrera sin interrogantes.
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Un factor que juega en favor de Peyton Manning y de todo el equipo de los Denver Broncos es la extraordinaria defensiva que presentaron en 2015. Desde el inicio de temporada mostraron disciplina estratégica traducida en una tremenda presión a los quarterbacks rivales y una cobertura precisa a los receptores. Aprendimos de la defensiva de Denver que no es necesaria una defensa “asesina”, “intimidante” y golpeadora.
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Jugar el Super Bowl es una oportunidad de grandeza, pero en el caso de los Broncos ha sido una experiencia muy desagradable en 5 ocasiones. En sus 5 derrotas (récord NFL), fueron superados claramente, en ninguno dieron pelea final, incluso los apalearon con magnitud histórica. ¿Podrán soportar otra derrota así? La sexta, nadie la quiere, es el nivel de compromiso que tendrán.
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Tom Brady hizo lo que pudo a pesar de recibir una golpiza por parte de la defensiva de los Broncos. Su labor tiene que ser considerada admirable: Los Patriots compitieron hasta el final a pesar de que no tienen corredores, los receptores son de nivel medio (excepto Rob Gronkowski), la línea ofensiva fue vencida por la defensa de Denver. A pesar de todo… los condujo a un posible empate, que no se dio porque tampoco contó con pateador.
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Es probable que esté cerca el final de la “Era” Bill Belichick en los New England Patriots. El veterano coach buscaba llegar por décima ocasión al Super Bowl: Estuvo 2 veces con los New York Giants, una con New England Patriots de entrenador asistente y los 6 como entrenador en jefe de los mismos Patriots. Si Tom Brady quiere jugar otros 10 años, quizá no sea con Belichick en la banca, quizá sí, nunca se sabe ante un espíritu competitivo.
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