QB Frankenstein: El pasador perfecto: Preciso como Aaron Rodgers, fuerte como el ‘Big Ben’

Es el sueño de todo entrenador de la NFL y de los ejecutivos. Claro, puede parecer imposible, dado los tipos raros como Aaron Rodgers, Andrew Luck y Russell Wilson. Pero, ¿qué pasaría si, en lugar de la esperanza de descubrir una joya, usted podría diseñarlo en un laboratorio, mezclando lo mejor de cada quarterback de la liga? Ese podría quedar así:

... la exactitud de Aaron Rodgers (AP-NFL).

La precisión es el rasgo más importante en un pasador, ya que afecta directamente su capacidad para realizar la función central de su trabajo: conseguir poner el ovoide en las manos de sus receptores. Rodgers es uno de los más precisos en la NFL. El MVP reinante de la liga, que no lanzó intercepciones en casa la temporada pasada, incluyendo playoffs, puede pasar el ovoide por pequeñas oberturas, tiene velocidad y el toque para poner la pelota donde debe ir. Considerando esto completó casi el 70 por ciento de sus pases en la Ronda Divisional ante los Cowboys, a pesar del hecho de que prácticamente estuvo parado sobre un pie durante gran parte del juego. Clásico ejemplo: Troy Aikman (AP-NFL).

... la dureza de Ben Roethlisberger (AP-NFL).

Quieres a alguien que pueda estar justo ahí, sabiendo que el disparo se acerca, a sabiendas de que no es probable que escape, y aun así esté concentrado para hacer su lanzamiento sin pestañear. Quieres a alguien que tendrá un sólido éxito y hacerlo bien de nuevo para lograr una jugada grande en el próximo instante ¿Cuántas veces hemos visto a Roethlisberger hacer exactamente esto en su larga carrera liderando a los Steelers? Clásico ejemplo: Roger Staubach (AP-NFL).

... La rapidez mental de Peyton Manning (AP-NFL).

Cada quarterback que fue titular en la NFL la temporada pasada es inteligente; para ganar realmente una ventaja se necesita de alguien brillante. Manning sabe dónde está todo el mundo dentro del campo a la hora de la jugada. Su habilidad para leer las defensivas rivales es incomparable. El veterano mariscal de los Broncos lee con la velocidad del rayo y sabe cómo tomar la decisión correcta rápidamente, él no trata de forzar los tiros donde no deben de ir. También sabe cómo hacer la jugada correcta para darle a la ofensiva la oportunidad de una jugada exitosa. Clásico ejemplo: Steve Young (AP-NFL).

... el liderazgo de Tom Brady (AP-NFL).

Esta cualidad es la más difícil de cuantificar, pero se desea que el quarterback elegido logre el respeto de sus compañeros, después de haber demostrado que puede llevar la ofensiva cuando es necesario. Brady lo hizo desde su primera temporada como titular en New England y desde entonces se ha posicionado como uno de los mejores en la posición. Claro, cuanto más gana, más eficaz es como líder. Algunos podrían preguntarse si el escándalo de los balones desinflados obstaculizará la capacidad de Brady para dirigir, pero no se ve que sea un factor; los jugadores en el vestuario tienen un vínculo especial y no se verán afectado por eso en absoluto. Clásico ejemplo: Lynn Dickey (AP-NFL).

... el físico de Cam Newton (AP-NFL).

Los quarterbacks con gran físico hacen la vida más difícil a las defensivas oponentes en muchos aspectos. No sólo es difícil tirarlos (detrás de la línea de scrimmage o el otro lado), pero a menudo dejan a la defensa menos uno en la cobertura. Entre su altura y peso y demás habilidades atléticas, la estrella de los Panthers presenta un desafío enorme aun cuando no corre con la pelota en sus manos. Clásico ejemplo: Brett Favre (AP-NFL).

... el toque de Drew Brees (AP-NFL).

Puedes lanzar la bola más rápida del mundo, pero si no la controlas, no irás a ningún lado como pitcher. Del mismo modo los quarterbacks tienen que ser capaz de lanzar con tacto. Así como lo ha demostrado a lo largo de los años con los Saints, Brees puede entregar la pelota con gran velocidad cuando la situación lo requiere. PERO también puede lanzar con precisión cuando se requiere, con el fin de colocar la pelota en el punto exacto para que el receptor haga la gran jugada. Clásico ejemplo: Joe Montana (AP-NFL).

... el brazo de Matthew Stafford (AP-NFL).

La fuerza en el brazo no es algo que puedas seleccionar, porque los otros elementos de un quarterback son más significantes. Pero mientras estamos soñando con el pasador perfecto, vamos a darle a nuestro hombre lo que Stafford tiene. Si pudiéramos combinar el brazo con toque, sería difícil de superar. Clásico ejemplo: John Elway (AP-NFL).

... la habilidad para correr de Russell Wilson (AP-NFL).

Wilson también destaca en otras categorías, incluyendo el liderazgo, inteligencia y competitividad, lo que hace de su habilidad para correr el más peligroso. Cuando todo el mundo está cubierto se puede despegar y es muy efectivo al correr. Hay que considerar lo que hizo en el 2014, 849 yardas en 119 acarreos – la mejor cuarta marca en una temporada por un pasador que intentó 300 o más pases. Clásico ejemplo: Fran Tarkenton (AP-NFL).

... la competitividad de Andrew Luck (AP-NFL).

Este tipo cuenta con varios partidos ganados en el último instante (nueve regresos en el último cuarto) en sus tres años de carrera. Hay que considerar el rally ganador que los Colts dieron ante los Chiefs en los Playoffs 2013. Posee gran versatilidad tanto por aire como por tierra, lo que lo hace difícil de contener. Clásico ejemplo: Dan Fouts (AP-NFL).