Dos años después de haber heredado la franquicia de los Houston Oilers, la ciudad de Tennessee estaba de plácemes porque los recientemente llamados Tennessee Titans (luego de llamarse de 1997 a 1998 Tennessee Oilers) estaban cerca de disputar el Super Bowl XXXIV ante los entonces St. Louis Rams. Ahora, vuelven a tocar la puerta del 'Súper Domingo' y del resultado de la Final de la Conferencia Americana ante los Kansas City Chiefs, depende que repitan su presencia ahí.
Recordando a los Titans que participaron en el Super Bowl XXXIV
Protagonista de uno de los finales más agónicos del 'gran domingo', el equipo de Tennessee busca llegar lejos de nuevo.
El año de 1999 fue especial para la naciente franquicia de la NFL, pues estrenaron casa, que en aquel entonces se llamaba Adelphia Coliseum (hoy Nissan Stadium), también estrenaron nombre, logo, uniformes y con un renovado brío el equipo, bajo la conducción de Jeff Fisher como su head coach, acabó con marca de 13-3, en el segundo lugar de la División Central de la Conferencia Americana (en aquel año la alineción era de tres divisiones y no de cuatro como ahora).
Los emblemas de ese equipo, a la ofensiva, eran su quarterback Steve McNair y su corredor, Eddie George. A la defensiva estaban como líderes un Jevon Kearse como linebacker estelar y en la defensiva secundaria tenían a Samari Rolle. En aquella Postemporada, los Titans eliminaron a los Buffalo Bills en la etapa de comodines, en el Playoff Divisional a los Indianapolis Colts, en la Final de la Conferencia Americana a los Jacksonville Jaguars y se clasificaban al Super Bowl por primera vez en la historia, considerando incluso el pasado del equipo como Houston Oilers.
Esa era la parte emocionante, con lo que parecía ser un inicio como organización en la NFL más que exitoso, llegando muy pronto a la gran vitrina del emparrillado profesional. La mala noticia es que en frente tenían un gran equipo como rival, con una ofensiva portentosa, comandados por el head coach Dick Vermeil, quien ensambló un talentoso grupo de jugadores que primero fueron vistos con desdén y luego respetados por lo que eran capaces de hacer.
Esos St. Louis Rams llegaban encabezados por un Kurt Warner como su quarterback, con la historia de Cenicienta que podría verse coronada con un título de Super Bowl, con Marshall Faulk como su corredor y con un espectacular dueto de receptores como Isaac Bruce y Torry Holt, que ese año acumularon 18 pases de touchdown.
El Super Bowl XXXIV se disputó en el Georgia Dome, en Atlanta, un sitio cercano a la casa de los Titans, lo cual ayudó sobremanera a que poblaran las gradas del estadio techado casa de los Falcons. Era la primera vez desde 1987 que un quarterback negro estaba en el gran juego como titular, desde que Doug Williams se coronara con los Washington Redskins en el SB XXII.
Aquella ocasión, durante la primera mitad sobre todo, la defensa de los Titans se dedicó a bajarle los humos a la máquina de hacer puntos que era la ofensiva de los Rams, maltratando a Warner con capturas y derribos luego de que se deshiciera del ovoide, un esfuerzo que derivó en que al medio tiempo la prolífica ofensiva de St. Louis solo fuera capaz de anotar nueve puntos, producto de tres goles de campo de Jeff Wilkins.
Los Titans no resistieron más y esa heroica defensa comenzó a resquebrajarse luego de que la ofensiva los tuviera en el campo tiempo extra por no generar drives largos. A finales del tercer cuarto Warner se conectó con Holt en pase de 9 yardas para ampliar a 16-0 la ventaja de los Rams y parecía que la suerte estaba echada ante un inoperante ataque de Tennessee. Pero no todo estaba dicho.
La siguiente serie ofensiva de los campeones de la AFC derivó en un touchdown, una carrera de una yarda de Eddie George que le daba vida a Tennesse, y aunque fallaron la conversión de dos puntos, en su siguiente drive, ya en el último cuarto éste, los Titans volvieron a anotar con su corredor estrella en acarreo de dos yardas para meter de lleno a un equipo que parecía desahuciado. Restando 2:12 en el partido, con gol de campo de 43 yardas de Al Del Greco, se empataba 16-16 el partido, dando esperanzas a Tennessee.
Para su mala fortuna, Kurt Warner respondió con un bombazo, un pase de 73 yardas que Isaac Bruce se encargó de transformar en touchdown para poner el score 23-16 con 1:54 restando en el partido, en el único desliz que tuvo la defensa de Tennessee aquel día. Los Titans no bajaron los brazos y decidieron dar la pelea hasta el último segundo y, literalmente, hasta la última yarda.
A trompicones y dadas las circunstancias, Tennessee se las arregló para mover las cadenas, a veces con más drama y sufrimiento de lo deseado pero se las arreglaron para llegar dentro de la yarda 10 pero con seis segundos únicamente en el reloj, ya sin tiempos fuera para los Titans que dependían solamente de una jugada para anotar o quedarse con las ganas de alargar el partido y pelear por el campeonato de la NFL.
Lo que sucedió en los siguientes seis segundos sigue siendo hasta nuestros días una de las jugadas más icónicas y dramáticas que se hayan registrado en el Super Bowl, cuando en trayectoria de quick slant McNair se conectó con Kevin Dyson, quien se enfilaba a toda velocidad tras capturar el balón hacia el end zone y casi empatar el juego, pero la rápida, casi inmediata reacción del linebacker Mike Jones le impidió recorrer las escasas yardas que le faltaban para aterrizar en 'tierra prometida' y por más que estiró el brazo en el que portaba el ovoide, haciendo el máximo esfuerzo por romper el plano imaginario de la línea de gol, Dyson se quedó a escasas pulgadas de anotar. El reloj expiró y Tennessee se quedó en la orilla del título.
Desde entonces, los Titans han clasificado apenas en seis ocasiones a los Playoffs, en 2010 Derek Fisher dejó de ser su entrenador principal, Eddie George fue entronizado al Salón de la Fama del futbol colegial (Ohio State) y aquel quarterback que los llevó al Super Bowl XXXIV, Steve McNair, murió el 4 de julio de 2009 a la edad de 36 años, cuando ese día fue balaceado en múltiples ocasiones por su entonces novia, Sahel Kazemi, de apenas 20 años de edad, quien luego de asesinar al quarterback, ella se suicidó, para sellar un capítulo triste en la historia de esos Titans que serán recordados por haberse quedado tan cerca.