Green Bay Packers

    Ryan vs. Rodgers: el aspirante contra la leyenda

    Los quarterbacks que se medirán por el título de la NFC prometen un duelo aéreo, en el que uno de ellos sigue en busca de la inmortalidad


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    TUDN

    Matt Ryan y Aaron Rodgers se enfrentaron ya una vez en Playoffs.

    Imagen AP-NFL
    Matt Ryan y Aaron Rodgers se enfrentaron ya una vez en Playoffs.

    Por Ricardo Otero | @otero_rj|Por Ricardo Otero | @otero_rj

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    Pocos creíamos (me incluyo) que Aaron Rodgers llenaría los zapatos de Brett Favre. El legado del legendario '4' de Green Bay fue revivir una franquicia de tonos en color sepia, cuyo orgullo era haber ganado los primeros dos Super Bowls y que el trofeo de campeón de la NFL lleve el nombre de su legendario coach, Vince Lombardi.

    Pero Rodgers lo ha hecho muy bien. Al grado que, si bien el recuerdo de Favre será eterno en Wisconsin, nadie extraña ver al 'General' en el campo. Ha sido dos veces MVP de la liga y ya tiene su anillo de campeón. Sus primeros tres años en Green Bay fueron de aprendizaje bajo el cobijo de Favre, pero en los siguientes nueve ha demostrado su talento al mando de la ofensiva.

    Que nadie lo ponga en duda: tal como ocurrirá con Favre, Rodgers estará en el Salón de la Fama apenas cumpla los cinco años de retiro. A sus 33, se dio el lujo de lanzar 40 pases de anotación en la temporada. Pero lo más importante: levantó a un equipo que tenía marca de 4-6 pasando la mitad de la temporada y lo tiene en la Final de Conferencia.

    Del otro lado, un hombre al que quizás sólo le falta el anillo del Super Bowl. Matt Ryan fue la primera selección global del Draft en 2008. Desde entonces ha ocupado el puesto titular con los Falcons, a los que llevó a una marca de 11-5 en su primera temporada, lo que le valió ser el novato ofensivo del año.

    En 2010-2011, con marca de 13-3, la mejor de la NFC, perdieron el duelo divisional de manera contundente ante los Packers por 48-21, justo el año en el que Green Bay ganó el Super Bowl XLV de la mano de Rodgers. En 2012-2013 repitieron la marca de 13-3 y la siembra de honor en la conferencia, pero dejaron ir una ventaja de 17 puntos en la Final de la NFC ante los 49ers, que finalmente los vencieron 28-24.

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    Luego de tres temporadas complicadas, los Falcons volvieron a los primeros planos. Un Ryan más veterano, de 31 años de edad, tiene nuevamente ante sí la oportunidad de brillar e inmortalizarse. Pero para hacerlo deberá pasar por encima de dos futuros 'hall-of-famers': Aaron Rodgers y, de superar ese obstáculo, ya sea a Ben Roethlisberger o Tom Brady.

    Tiene las armas: fue el segundo QB con más yardas (4,944) este año y desde 2012 no baja del top 5 de la liga en ese departamento. Lanzó 38 pases de touchdown y sólo siete intercepciones. Además cuenta con dos corredores confiables, Devonta Freeman y Tevin Coleman, lo cual le da variedad a su ataque.

    La pregunta es si el mejor año de Matt Ryan es suficiente para pasarle por encima a los Packers de Aaron Rodgers.

    Porque para convertirse en leyenda, hay que derrotar a los que ya lo son.

    Definidas las finales de conferencia de la NFL con los Halcones de Atlanta recibiendo a los Empacadores de Green Bay en la NFC y los Patriotas de Nueva Inglaterra haciendo los honores a los Acereros de Pittsburgh en la AFC, haremos un recuento de cómo llegaron a estas instancias los cuatro contendientes.
    New England clasificó a los playoffs como el mejor equipo de la División Este y sembrado N°1 de la Conferencia Americana con récord de 14-2. Curiosamente, las únicas dos derrotas del equipo de Boston fueron como local ante buenos conjuntos defensivos como Buffalo y Seattle.
    Los Patriots arrancaron la temporada con tres triunfos al hilo pese a la ausencia de Tom Brady, suspendido por el caso del Defletegate, en la que el equipo se vio contundente anotando más de 23 puntos en todos los juegos contra Arizona, Miami y Houston. El invicto terminó en la Semana 4 con la visita de los Bills que nulificaron la ofensiva de Jacoby Brissett.
    Entonces Brady entró en acción en la visita a Cleveland donde mostró que sigue con un nivel impresionante y que llegaba con sed de venganza por el castigo, tirando 406 yardas en su debut en la campaña y tres touchdowns, todos con Martellus Bennett.
    Los Pats hilvanaron cuatro victorias más de forma contundente para irse a la semana de descanso con marca de 7-1. Arrollaron a los Browns, Bengals y sorprendió su triunfo en Pittsburgh y la revancha por paliza 41-25 sobre los Bills en Buffalo.
    New England volvió a la actividad en la Semana 10 con el juego estelar de la campaña por la visita de los Seahawks. Un rival importante y con cuentas pendientes tras el Super Bowl XLIX. Seattle se encargó de frustrar la conexión Brady-Gronk, y con soberbia actuación de Doug Baldwin con 3 TDs, le propinó su segunda derrota a los hombres de Belichick.
    Además de volver a ser derrotados, los Patriotas perdieron por el resto de la temporada a su ala cerrada estrella, Rob Gronkowski tras un severo golpe del safety Earl Thomas.
    Sin embargo, el calendario fue benevolente con los Pats pues siguieron tres juegos bastante a modo ante 49ers, Jets y Rams donde el conjunto de azul y plata se proyectó hacia los playoffs sin mayor esfuerzo alcanzando récord de 10-2 para el último cuarto de la campaña 2016.
    En la Semana 14, Brady dio una cátedra en Lunes por la Noche antes Baltimore, una formidable defensiva ante la que lanzó 400 yardas y tres touchdowns. Después Nueva Inglaterra visitó a Denver y logró una victoria significativa que condenó al último campeón.
    Los Pats cerraron la campaña con sendas palizas sobre Jets y Dolphins para ligar siete victorias. Brady lo volvió a hacer y perder solo uno de sus 12 juegos lo puso como candidato a ganar el MVP.
    Su marca de 14 ganados y dos perdidos le permitió a New England descansar una semana para preparar su primer juego de playoffs y en la Ronda Divisional no necesitó emplear mayor esfuerzo para superar a Houston. Los Texans regalaron el partido ante unos Patriots que, si bien no se mostraron aplastantes, hicieron lo justo para doblegar a su rival y meterse por sexto año consecutivo a la final de la AFC, donde recibirán a Pittsburgh.
    Pittsburgh se clasificó a los playoffs como campeón de la División Norte con récord de 11-5 que le permitió ser el sembrado N° 3 de la AFC. Tres de sus cinco derrotas ocurrieron como visitante y sufrió dos descalabros en casa por los triunfos de Patrios y Cowboys en Heinz Field.
    Los Steelers comenzaron la campaña con paso victorioso pues apalearon 38-16 a Washington a domicilio y luego dieron cuenta de un rival divisional al vencer por ocho puntos a Cincinnati. Después del arranque 2-0 vino una sorprendente paliza 3-34 en su visita a Philadelphia ante el novato Carson Wentz, sin embargo el equipo se recuperó muy rápido.
    En la Semana 4, Pittsburgh volvió a su estadio y le propinó una tremenda apaleada a Kansas City de 43-14, logrando su margen más amplio en el año y con Roethlisberger lanzando cinco pases de touchdown.
    Luego volvió a ganar sin problemas ante los Jets con 4 TDs más de su QB, pera después caer en su visita a Miami. Ese día se lesionó el 
<i>Big Ben</i> y luego vino la tercera derrota con la visita de New England. Los Acereros se fueron con marca de 4-3 a la semana de descanso.
    Tras el 
<i>bye</i>, el cual Pittsburgh no supo aprovechar para ajustar errores, los Steelers volvieron a perder dos encuentros consecutivos muy dolorosos, ya que fueron ante sus archirrivales. Primero cayeron en Baltimore y luego Dallas y sus increíbles novatos les ganaron en Heinz Field en el mejor partido de la temporada regular. En ambos, ‘Big Ben’ volvió a los controles."
    El equipo de negro y amarillo estaba 4-5 entrando a la Semana 11 y entonces vino la gran explosión de los 
<i>Killer Bs</i> que empezaron a acumular yardas y touchdowns al por mayor. Le’Veon Bell corrió para 620 yardas y cinco touchdowns en los cuatro juegos siguiente mientras Antonio Brown superó las 1100 yardas y tuvo un juego con tres recepciones de anotación.
    Además de acumular yardas, Pittsburgh sacó cuatro triunfos vitales para revivir - sobre Browns, Colts, Giants y Bills - que al final terminaron siendo siete en total para concluir el año con victorias apretadas antes sus tres rivales de la AFC Norte.
    Amarraron el título de la División Norte de la AFC con el triunfo 31-27 sobre los Ravens en la Semana 16, el Día de Navidad. Al final terminaron la emporada con récord de 11-5.
    Los Acereros avanzaron a la postemporada como el mejor equipo en la ronda de comodines y ahí dieron cuenta de los Dolphins cobrando revancha de la derrota en la Semana 6. Pittsburgh le ganó 30-12 a Miami con par de touchdowns de Bell y Brown.
    Luego superaron 18-16 a Kansas City con seis goles de campo de Chris Boswell, quien se sumó al grupo de 
<i>Killer Bs</i> para entrar a la final de la Conferencia Americana donde visitarán a los Patriots.
    Atlanta se metió a los playoffs como el mejor equipo de la División Sur de la Nacional y sembrado N° 2 de la NFC por su récord de 11-5. Tres de sus derrotas fueron por un margen menor a los tres puntos y cayó en tres ocasiones como local en el Georgia Dome.
    Los Falcons empezaron el año con un sorprendente descalabro en casa ante Tampa Bay para luego acumular cuatro victorias al hilo ante rivales que en el papel se veían mucho más fuertes. Atlanta ganó en Oakland y New Orleans, luego arrolló a Carolina de local y viajó a Denver para imponerse a los campeones y alcanzar marca de 4-1.
    Durante esos juegos, Matt Ryan puso sobre la mesa su candidatura para ser el MVP de la temporada. El quarterback de Atlanta lanzó 1740 yardas y 12 touchdowns en cinco partidos, el mejor de ellos ante las Panteras a quienes les hizo 503 yardas y cuatro pases de anotación.
    Después de la notable racha ganadora, los Halcones acumularon dos tropiezos duros primero en su visita a Seattle y luego en su estadio ante San Diego que le arrebató el triunfo al final.
    El equipo de Dan Quinn enderezó el rumbo con dos triunfos muy buenos. Primero en juegazo aéreo que acabó 33-32 sobre Green Bay, donde Ryan completó el 80 por ciento de sus pases y tuvo 3 touchdowns, y luego vengándose de Tampa Bay con tunda 43-28 a domicilio.
    El 13 de noviembre los Falcons perdieron en Philadelphia y se marcharon a la semana de descanso con marca de 6-4. Volvieron a la actividad pegándole 38-19 a Arizona y de nuevo volvió a perder en casa en el último segundo. Kansas City le ganó 29-28 con juegazo del ídolo local Eric Berry y arruinaba los festejos en búsqueda del título divisional.
    Pero Atlanta supo aprovechar las concesiones que le dejó el calendario, cerrando la temporada ante cuatro equipos con récord perdedor, a los cuales derrotó pese a no contar con su receptor estrella, Julio Jones, por lesión.
    Cuatro triunfos promediando 38.5 puntos por juego. Rams, 49ers, Panthers y Saints fueron las víctimas para que los Falcons confirmaran su gran momento y el liderato de la NFC Sur como la mejor ofensiva de la NFL.
    Su marca de 11 ganados y cinco perdidos le permitió descansar en el 
<i>Wild Card</i> y por ellos su primer juego de postemporada llegó hasta la Ronda Divisional donde apaleó 36-20 a los Seattle Seahawks.
    Matt Ryan tuvo 338 yardas y 3 TDs. El juego sirvió para tomar revancha ante los ‘Hawks y, sobre todo, para dejar en claro que Atlanta es un equipo contendiente con un ataque sumamente poderoso que puede acabar a cualquier defensiva. Ahora esperan a Green Bay por el boleto al Super Bowl.
    Green Bay entró a los playoffs como el líder de la División Norte de la Conferencia Nacional con récord de 10-6, que le valió ser el equipo N°4 en la NFC. Las seis derrotas de los Empacadores ocurrieron en un lapso negativo de 10 semanas y dos de sus caídas fueron en el respetado Campo Lambeau.
    Los Packers arrancaron la temporada con un cerrado triunfo en Jacksonville y luego cayeron en su visita a Minnesota. La siguiente semana hicieron su debut como locales donde le pegaron a Detroit y apenas en la Semana 4 les tocó descanso. Regresaron al Lambeau y cosecharon otra victoria sobre los Giants para ponerse 3-1.
    Entonces vino la visita de los Cowboys en la Semana 6 y ahí perdieron el invicto en casa. Dallas exhibió la debilidad defensiva de Green Bay 30-16 y Aaaron Rodgers dejó ver una extraña irregularidad en su juego.
    Cuatro días después vencieron 26-10 a los Bears y luego volvieron a jugar de visitantes perdiendo por un punto en un juego espectacular en Atlanta. En la Semana 9 se encendieron los focos rojos al caer otra vez en el Lambeau Field ante los Colts de Andrew Luck y todavía estaba por llegar lo peor.
    Tras dos descalabros que los tenían con marca de .500, el calendario mostraba tres visitas: Tennessee, Washington y Philadelphia, el equipo perdió dos de ellas y acumuló cuatro derrotas al hilo. El 4-6 hacia creer que los Packers estaban sin opciones de ir a la postemporada.
    Fue entonces cuando Rodgers dijo que confiaba que el equipo podía revertir la mala racha y colarse a los playoffs. Lo siguiente fue espeluznante. Comenzando por los Eagles, Green Bay cerró el año ganándole además a Texans, Seahawks, Bears, Vikings y Lions.
    Seis victorias consecutivas para alcanzar el 10-6 y de paso amarrar el campeonato de la NFC Norte. Rodgers consiguió 1667 yardas y 15 touchdowns en ese lapso de seis juegos, para disparar sus cifras de los 10 primeros.
    A-Rod sacó la casta y despejó las dudas sobre su desempeño acaparando elogios por sus impresionantes actuaciones. Ese cierre y su incremento en la postemporada le ha valido ser el favorito de muchos para MVP de la campaña.
    Los Empacadores recibieron a Gigantes en la ronda de comodines y apalearon 38-13 a NY con 362 yardas y 4 TDs para Aaron Rodgers, aunque perdieron a su hombre de confianza, el receptor Jordy Nelson.
    En el juego divisional tuvieron que visitar a Dallas. El mejor partido en lo que va de los playoffs, Green Bay se impuso 34-31 a los Cowboys con goles de campo de Mason Crosby, pero impulsado por otro juegazo del ‘12’ que cada vez luce mejor. Ahora están en la final de la Nacional donde visitarán Atlanta, como el equipo más enrachado de la NFC con ocho victorias seguidas.
    En materia de favoritismo los dos partidos lucen muy parejos en el papel, pues se trata de cuatro equipos que se han visto dominantes con sus rivales y llegan muy embalados a la postemporada. Todos tienen una importante racha de triunfos seguidos: Falcons (5), Packers y Patriots (8) y Steelers (9) lo que hace más difícil decantarse por un ganador claro.
    Por experiencia la ventaja está del lado de New England y Green Bay pues son los que más presencias en postemporada han tenido en los últimos 10 años.
    Los Patriotas tienen una racha impresionante pues solo una vez no han avanzado en las 10 más recientes campañas. En 2007 y 2011 perdieron el Super Bowl pero salieron campeones en 2014. Este es su sexto año consecutivo en la final de la AFC, un récord en la NFL. Mientras los Acereros no clasificaron cuatro veces en ese lapso.
    Por su parte los Empacadores han clasificado a playoffs ocho veces en 10 campañas, solo perdiéndose dos años la postemporada. Ganaron el Super Bowl en 2010 y disputaron la final de la NFC en 2014. En tanto, los Halcones no pasaban a playoffs desde hace cuatro años y se perdieron seis veces la postemporada desde 2007.
    No obstante, para las casas de apuesta los favoritos son Atlanta (-5) y New England (-5.5) debido a su mejor récord en la temporada regular, donde se ubicaron como el #2 de la NFC y #1 de la AFC respectivamente.
    Muchos apuntan a Green Bay para representar a la Conferencia Nacional y, aunque el pronóstico es más reservado en la Americana, no sería extraño que Pittsburgh consiga quitarse la paternidad de los Patriots y con ello se reedite el Super Bowl XLV donde enfrentaron a los Packers.
    En la NFL cualquier cosa puede pasar, y con esos cuatro mariscales de campo comandando las ofensivas, nada está escrito. Lo que sí es seguro es que el domingo tendremos dos choques de alarido para definir a los equipos que disputarán el Super Bowl LI en el NRG Stadium de Houston el próximo 5 de febrero.

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