De ser el duelo más defensivo del que haya memoria en mucho tiempo, los Seattle Seahawks y los Arizona Cardinals ofrecieron un extraño espectáculo en el University of Phoenix Stadium que terminó en empate 6-6, simplemente porque ninguno quiso ganar.
Seahawks y Cardinals se cansan de fallar y firman empate
Seattle y Arizona empataron 6-6 en el duelo del domingo por la noche, tras sendas fallas de goles de campo de ambos equipos para ganar
La defensa de los Seahawks aguantó estoica durante los 60 minutos de tiempo regular y compensó el pobre accionar de su aparato ofensivo, incluso con un gol de campo bloqueado en el segundo cuarto por parte de Bobby Wagner.
Tras los cuatro cuartos, el marcador mostraba un atípico 3-3, luego de que Steve Hauschka lo empatara con una patada de 40 yardas.
Los Cardinals ganaron el volado para el tiempo extra y en su primera ofensiva, Chandler Catanzaro conectó un gol de campo de 45 yardas, pero inmediatamente respondieron los Seahawks con otro de 36 yardas de Hauschka.
En su siguiente drive, Arizona llegó hasta la yarda 1 enemiga, por lo que parecía inminente su victoria, pero cuando Cantazaro salió a patear para acabar el partido, primero fueron castigados por un retraso de juego, y después la patada pegó en el poste.
Seattle tuvo su oportunidad y por primera vez en todo el partido montaron drive largo, y pusieron el ovoide en la yarda 9 enemiga, desde donde Hauschka tuvo su oportunidad, pero si lo de Cantazaro no era suficiente, el eficaz pateador de los Seahawks le pegó horrible al balón y lo mandó desviado.
El duelo más atípico de la temporada, terminó con el resultado más extraño que ofrece el futbol americano.