Más de medio millar de agentes del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de EE.UU., además de fuerzas del FBI y de la Policía local velarán por la seguridad de la 55 edición del Super Bowl de la NFL, que se celebra este domingo en Tampa (costa oeste de Florida), sin que por el momento haya amenazas creíbles, informaron este jueves las autoridades.
La seguridad se endurece para el Super Bowl LV
Tampa se prepara para evitar cualquier tipo de inconveniente en el próximo Super Bowl LV entre los Buccaneers y los Chiefs.
En la final se enfrentarán los Buccaneers de Tampa, el primer equipo que juega en casa en la historia del Super Bowl, y los Chiefs de Kansas City, que ganaron el año pasado.
Michael McPherson, jefe del Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Tampa, dijo a los medios que hasta el momento no se han recibido amenazas por parte de extremistas locales o grupos terroristas que pongan en alarma a las fuerzas de seguridad, aunque recordó que "nuestra prioridad es la seguridad" de la gente.
Por su parte, la fiscal general del estado de Florida, Ashley Moody, advirtió hoy de un "posible aumento" de trata de personas con motivo del Super Bowl este domingo, por lo que pidió a las fuerzas del orden y la comunidad empresarial de esa zona que estén atentos.
"El gran juego está a la vuelta de la esquina y nos hemos estado preparando para un posible aumento de la trata de personas en el área de la Bahía de Tampa", señaló Moody en un comunicado en el que pidió la colaboración ciudadana para "detectar y denunciar la trata de personas".
En una conferencia celebrada este miércoles, McPherson habló sobre las medidas de seguridad implementadas para la celebración de la final del fútbol americano y recordó que las fuerzas de seguridad "vigilan constantemente las amenazas que ocurren en el país".
"No hay, en este momento, amenazas creíbles para el Super Bowl, o cualquier actividad relacionada" con el evento deportivo más importante del calendario anual en Estados Unidos, dijo.
Pero las medidas de seguridad adoptadas para proteger el domingo el Raymond James Stadium de Tampa, al que solo podrán asistir 25,000 aficionados que recibirán un paquete de protección contra la covid-19, van a ser muy fuertes.
En total, más de 70 agencias realizan ya tareas de seguridad en estos días previos al gran juego en la ciudad costera de Tampa, con calles transformadas por los numerosos conos de señalización, vallas de obras y señales.
Incluso efectivos de la Policía patrullarán las calles a caballo, y quien no tenga entrada para asistir al partido no podrá acercarse al estadio.
Por su parte, el director interino del DHS, David Pekoske, dijo que no se han realizado "ajustes específicos" a las operaciones tras el asalto al Capitolio el pasado 6 de enero, pero apuntó que hay un "mayor énfasis en el trabajo de investigación e inteligencia" respecto de potenciales amenazas y si estas son creíbles.
Y como refuerzo a las medidas de seguridad, un avión sobrevolará el área de Tampa antes del Super Bowl, donde un equipo de unos 6,000 trabajadores se afanan para que todo esté listo y salga como se planeó.
Por otro lado, Roger Goodell, comisionado de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), anunció que esta organización ha invitado a cerca de 7.500 sanitarios vacunados al Super Bowl, una forma, dijo, de agradecerles y honrarles por su extraordinario servicio y dedicación continua durante la pandemia.