Resulta increíble entender cómo se derrumbó en 18 meses, la supuesta estructura sólida y exitosa de Chivas del Guadalajara, un equipo que de 2015 a 2017 disputó siete finales y ganó cinco, entre Copa MX, Súper Copa, Liga MX y Concachampions, pero ahora vive en una terrible y penosa realidad.También el Rebaño llegó a tres torneos consecutivos sin jugar Liguilla desde el Apertura 2017, Clausura 2018 y el Apertura 2018, además ostenta la marca de dos triunfos en 26 partidos como local, registradas el 28 de octubre de 2017 en el 3-1 a Xolos de Tijuana, y el más reciente el pasado 21 de agosto 1-0 sobre Necaxa.La crisis rojiblanca no sólo se le puede cargar al actual cuerpo técnico encabezado por el paraguayo José Saturnino Cardozo, porque todo el resquebrajamiento, se inició todavía teniendo como responsable al mesías, Matías Almeyda, un estratega que se marchó por la puerta de atrás y enemistado con la directiva en especial con José Luis Higuera.Se estima que económicamente también ha tenido sus repercusiones para el club Guadalajara está crisis deportiva, ya que su ausencia en las tres últimas Liguillas podría haber generado pérdidas, que irían de los 72 a más de 200 millones de pesos por concepto de entradas a su estadio y consumos al interior del mismo.Esta debacle se terminó de consumar con su triste y lamentable participación en el Mundial de Clubes, donde quedaron en la peor posición que haya alcanzado un club mexicano en dicho certamen desde 1999 cuando Necaxa se instaló en el tercer lugar. Chivas es un club grande, una institución que no merece estar causando tantos sinsabores, pero también una entidad que debe estar siempre peleando por los títulos y los primeros lugares de toda competencia donde se presente y en la actualidad pareciera que los encargados de su manejo han olvidado esos puntos tan frágiles e importantes.
Jaime Lozano
Un técnico que asume con responsabilidad cada uno de los proyectos que llegan a sus manos, pero también se trata de un ex jugador preocupado por su preparación y desarrollo día a día y con esas herramientas llega a la dirección técnica de la selección Sub-23, misma que buscará calificar a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Jaime desde su etapa como futbolista siempre se comportó como un tipo de una sola línea, y bajo esos parámetros se condujo tras dejar las canchas, se trata de un entrenador en ciernes, pero estudioso y siempre buscando atesorar lo más que pueda para salir a competir en su nueva faceta.Sin dudarlo podemos pensar que será un personaje importante en el nuevo esquema de las selecciones mexicanas, pero también para estar cerca del próximo técnico del Tricolor, Gerardo Martino a quien ha analizado y seguido respecto a sus métodos y filosofías de trabajo. Lozano desde que supo que Martino era una de las opciones de la Federación Mexicana de Futbol (FMF) para llegar a la selección, se dedicó a observar y desmenuzar su forma de plantear los partidos de sus equipos y desde entonces entendió de la manera de desarrollar sus estrategias del ex estratega del Barcelona. Jaime Lozano se podría perfilar para ser uno de los asesores de Gerardo Martino para el proceso mundialista para Qatar 2022.