¿De verdad pensamos que la selección “B” debió llegar más lejos en la Copa Oro? Una cosa es lo que nos gustaría que pasara y otra muy diferente es lo que realmente puede suceder.Si hacemos un análisis objetivo, cosa que muy raras veces sucede cuando hablamos de la Selección Nacional, tenemos que caer por fuerza en la conclusión de que el nivel de plantel que se reunió cumplió con el promedio de rendimiento esperado en base a la calidad y experiencia de quienes lo integraron.Y no pretendo ser ofensivo ni despectivo con esa afirmación, sino simplemente establecer parámetros claros para hacer una crítica con fundamento.No debemos de olvidar que hace dos años en el mismo torneo, la Selección de Jamaica y la de Panamá le hicieron ver su suerte a la selección “A” de nuestro país que dirigía Miguel Herrera y que resultamos campeones luego de cuestionables decisiones arbitrales que nos favorecieron.Desde que se determinó crear dos equipos para los compromisos del verano teníamos que tener claro que la mira no podía estar tan alto para el torneo en los Estados Unidos por obvias razones.La experiencia de los convocados, la capacidad goleadora y la experiencia en este tipo de compromisos no establecían ninguna base clara de superioridad como para asegurar que seríamos campeones por lo cual el hacernos hoy los sorprendidos con lo que pasó me parece un ejercicio falto de fundamento.No defiendo a Osorio y ni soy su “fan” pero tampoco creo que todo lo que sucedió en la Copa Oro se deba exclusivamente a él. Incluso las famosas rotaciones tampoco creo que sean el factor decisivo de la eliminación.Es cierto que el colombiano no se ayuda mucho con su proceder y que en ocasiones su desempeño público puede resultar hasta chocante, pero de eso a que con un cambio de entrenador vaya a cambiar todo me parece que no.Podemos repasar una y otra vez la lista de técnicos que lo han precedido y con todos más o menos hemos llegado siempre al mismo sitio, ¿por qué? Pues porque ese es nuestro nivel y es lo que podemos aspirar dentro del mundo futbolístico hasta ahora.Rasgarnos las vestiduras y señalar un culpable absoluto es negar quiénes somos y sobre todo cerrar los ojos a lo que tenemos que seguir haciendo durante años para poder ponernos al nivel de los grandes líderes de este deporte.Si quieren “matar” a alguien, ahí está Osorio, pero si queremos progresar hay que seguir trabajando con un sistema cómo se viene haciendo en Selecciones Nacionales y más allá del técnico en turno y de sus peculiaridades entender que el asunto no recae en una sola persona.¿De verdad pensamos que íbamos a llegar más lejos? ¿Por qué?