Tigres sigue demostrando su gran estrategia como institución de fútbol que aspira a entrar a las más altas esferas del balompié y despliega su poderío económico adquiriendo jugadores y distribuyendo su potencial de diversas maneras.No se trata sólo de tener dinero y comprar por comprar. Hay que saber utilizar los recursos y entender que hay que saber invertir para el corto, mediano y largo plazo.Lo primero que se debe hacer es mantenerse en una búsqueda permanente de talento y no esperar a que se presente la necesidad para salir a comprar. Esto ayuda a tener mucho mejores condiciones de negociación y mantenerse fuera de los reflectores y de la calentura de los mercados de piernas en el mundo.Luego hay que entender que no todos los futbolistas adquiridos tienen cabida inmediata en el equipo por lo que bien vale la pena prestarlos o dejarlos incluso en su equipo original para que sigan teniendo actividad, se mantengan a ritmo e incluso se revaloren para traerlos en el futuro, venderlos o usarlos como carta de cambio.El concepto también aplica para futbolistas jóvenes traídos del extranjero que al igual que los de la cantera necesitan fogueo para consolidarse en algunos años.Bajo esta idea Tigres ha tendido sus redes y hoy entre los futbolistas foráneos que juegan en el primer equipo y los que están repartidos en otros clubes y en fuerzas inferiores se cuentan más de 30 elementos.Futbolistas como el central colombiano Meza o los Quiñones son claras muestras de que el talento se puede ir cultivando poco a poco y no todo se tiene que adquirir para “hoy” o para que jueguen “aquí”. El negocio del fútbol para los equipos importantes es un ajedrez deportivo y financiero que tiene que saberse hacer con mucha astucia para que el resultado sea positivo.Creo que hoy Tigres marca punta de lanza mucho más allá de lo que pueda lograr en un torneo dentro del terreno de juego y demuestra que el fútbol moderno se juega en los escritorios tanto como en el césped.Bien vale la pena voltear a ver lo que la directiva de Tigres está haciendo y más allá de rivalidades aprender “todos de todos” para que nuestra Liga sea cada vez más fuerte y tenga un potencial de desarrollo como las mejores competencias del mundo.
Por:
Antonio Nelli.
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