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    Con hasta diez naturalizados Catar ahora es el nuevo 'gigante' de Asia

    La selección del país de menos de tres millones de habitantes cuenta con nacionales de Sudán, Iraq, Yemen, Argelia y Marruecos.


    Por:
    TUDN

    El goleador Almoez Ali nació en Sudán.

    Imagen Getty Images.
    El goleador Almoez Ali nació en Sudán.

    El camino victorioso de Catar ante Japón en la final de la Copa Asiática fue abierto por el goleador Almoez Ali, nacido en 1996 en Jartum, capital de Sudán, país de África oriental.

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    Otros jugadores del 11 titular catarí que nacieron en otros países son el argelino Boualem Khoukhi, el iraquí Bassam Al-Rawi y el portugués Ró-Ró. Asimismo, pese a que Abdulaziz Hatem y Assim Madibo nacieron en Doha, ambos son de padres sudaneses.

    La presencia de migrantes de Sudán en Catar se explica por la guerra civil sudanesa que causó alrededor de millón y medio de muertes. El conflicto acabó en 2005 partiendo al país por la mitad entre el Sudán musulmán y Sudán del Sur mayoritariamente cristiano.

    Con dos golazos, un penalti y una inquebrantable voluntad, Qatar vence 3-1 a Japón para coronarse por vez primera monarca de Asia en la Final de la Copa Asiática.
    El estadio Sheikh Zayed Sports City albergó la Final de la Copa Asiática de Naciones en Abu Dabi, en los Emiratos Árabes Unidos. Qatar y Japón las selecciones protagonistas, buscando la gloria continental.
    El equipo japonés fue el que tomó la iniciativa, como equipo grande de la Confederación Asiática, pero el empuje e ímpetu de los nipones no duró mucho, fue aplacado de manera contundente.
    A los 12 minutos, con gol de chilena, espectacular, por parte de Almoez Ali, la selección catarí se fue al frente en el marcador.
    La acrobática chilena fue tan bien ejecutada que resultó en un tiro esquinado, muy bien colocada y que botó antes de llegar al portero Shuichi Gonda, quien no pudo alcanzar la pelota.
    El festejo fue rotundo, enorme, acordo al pedazo de gol que había marcado el atacante catarí.
    Una abrumadora mayoría catarí en las tribunas, dada la cercanía de Qatar con los emiratos Árabes Unidos servía de empuje para los futuros anfitriones de la Copa Mundial 2022.
    Para Japón el gol sirvió como una especie de medicina, al menos en el corto plazo porque la actitud de los minutos iniciales regresó, con mayor posesión del esférico.
    Pero los cataríes estaban empecinados en dejar una grata impresión en esta edición de la Copa Asiática.
    Y a los 27 minutos dieron otro golpe de autoridad con este cañonazo de larga distancia, un tiro desde fuera del área, con comba y muy bien colocado.
    Gonda (12) puso cara de consternación ante el disparo. El tiro llevaba muy malas intenciones.
    Y así de colocado fue el tiro de Abdulaziz Hatem, inalcanzable.
    Y contra todos los pronósticos, la selección de Qatar ya estaba ganando 2-0 antes de la primera media hora del partido.
    A los 61 minutos se produjo un muy fuerte choque entre Hassan Al Heidos y Genki Haraguchi.
    Al Heidos tuvo que ser sacado del campo en camilla, no pudo continuar y aunque Haraguchi salió por su propio pie, tampoco pudo seguir en el partido.
    A los 67 minutos se vino la reacción de los nipones. Todo el segundo tiempo, hasta antes del primer gol japonés, fue de asedio.
    Takumi Minamino definió así a la salida del guardameta Saad Al Sheeb, una definición oportuna y con gran técnica para eludir al meta catarí.
    Los del Sol Naciente albergaban esperanzas con este gol y con un mundo de tiempo por delante, ya tan solo era un gol el déficit.
    Pero a pesar de que Japón tocó la puerta muchas veces no logró empatar y en una de las escasas llegadas de la segunda parte para Qatar, hubo una mano en el área nipona. Se revisó la jugada.
    El árbitro, tras revisar la jugada determinó que la mano fue deliberada, y el airado reclamo de los jugadores japoneses de nada sirvió, se marcó el penalti en favor de Qatar.
    Y a los 83 minutos, Akram Afif se encargó de convertirlo. El estadio en Abu Dabi estalló en júbilo por la aburmadora mayoría catarí.
    Aunque todavía quedaban minutos del tiempo regular y el que se hrbaia de añadir, este gol ya dejaba sensaciones de victoria para los futuros anfitriones mundialistas.
    Japón, la máxima selección ganadora de la Copa Asiática, con cuatro conquistas, no pudo añadir una más a sus atiborradas vitrinas.
    La afición de Qatar se hace mucha ilusión porque nunca había llegado tan lejos en la competición continental y en tres años tendrán opportunidad de seguir demostrando.

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    Imagen Reuters
    Con dos golazos, un penalti y una inquebrantable voluntad, Qatar vence 3-1 a Japón para coronarse por vez primera monarca de Asia en la Final de la Copa Asiática.


    Por otra parte, la mayor parte de los seleccionados cataríes son miembros del proyecto gubernamental de la Academia Aspire. Críticos de la monarquía catarí sostienen que dicha academia sirve para naturalizar futbolistas de países pobres desde niños y así esquivar los reglamentos FIFA.

    El caso de Almoez Ali ejemplifica el modo: tras ser integrado a la Academia Aspire, tuvo pasos fugaces por el club Eupen de Bélgica y por el equipo Cultural Leonesa de la tercera división española, antes de regresar a la liga catarí. Tanto el Eupen como la Cultural Leonesa son propiedad de Aspire.

    Intentando combatir la 'naturalización express', la FIFA reformó sus reglas para requerir un mínimo de cinco años seguidos jugando en el país de la selección a la cual se quiere representar, además de la naturalización legal.

    De modo que los seleccionados de Catar con más de una nacionalidad juegan en clubes como el Al-Duhail SC, que recién fichó al zaguero marroquí Mehdi Benatia, procedente de la Juventus de la Serie A.

    Ante Japón, Catar contaba también en su banquillo con el egipcio Ahmed Alaaeldin, el sudanés Hamid Ismail, el francés Karim Boudiaf y el somalí Ali Afif.

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