Todo comenzó con un simple pero poderoso gesto minutos antes del arranque de un partido regular de futbol americano. Colin Kaepernick, en ese entonces mariscal de campo de los San Francisco 49ers, decidió quedarse sentado durante la entonación del himno nacional de los Estados Unidos como señal de protesta por las injusticias sociales en contra de la comunidad afroestadounidense.
"¡Estás despedido!": Repaso a la polémica entre Donald Trump y la NFL
De cara al arranque de la temporada regular 2018, repasamos uno de los capítulos más vergonzosos del mandatario estadounidense en contra de los jugadores de la NFL.
Lo que desataría después dicho gesto pasaría a la historia del deporte moderno como un acto desafiante en una época turbulenta y represiva para la sociedad estadounidense.
“No voy a levantarme para mostrar orgullo a la bandera de un país que oprime a la gente de color. No estoy buscando aprobación. Tengo que levantarme por la gente que está siendo oprimida. Es más grande que el futbol americano, si me lo quitan o mis patrocinios, no me importa, sé que protesté por lo que es correcto”, sentenció Kaepernick tras su "rebelde" comportamiento.
Las críticas no tardaron en lloverle al QB de San Francisco. El gesto de Kaepernick incomodó al statu quo: desde entrenadores, directivos, y periodistas, hasta fanáticos y sí, por supuesto, políticos.
Donald Trump, entonces candidato presidencial del partido republicano, condenó la acción del jugador de los 49ers y, como si fuera un tema nada delicado, se atrevió a decir que "debería buscar un país mejor para él".
Entonces, Kaepernick volvió a protestar de forma pacífica, pero esta vez posando una rodilla sobre el césped mientras se entonaba el himno nacional estadounidense. La motivación seguía siendo la misma: no se levantaría hasta transmitir su mensaje a la sociedad sobre los abusos policiales en contra de las minorías en la Unión Americana.
La acción de Kaepernick trascendió los emparrillados. Poco a poco atletas de otras disciplinas se unieron al quarterback imitando el peculiar gesto y mostrando públicamente su apoyo a la causa. Y después más y más jugadores de la NFL llevaron a cabo el silencioso ritual.
La bomba estalló cuando Donald Trump, sin filtro ni razonamiento alguno, insultó públicamente, durante un mitin en Alabama, a todos aquellos jugadores que, a su parecer, le habían faltado el respeto a los símbolos patrios.
"¿No les encantaría ver (actuar) a uno de estos propietarios de la NFL, cuando alguien le falta al respeto a nuestra bandera? ¿No les gustaría escucharlos decir, 'saquen a ese hijo de p*** fuera del campo de inmediato. ¡Fuera! Estás despedido'?", preguntó el mandatario a los presentes quienes aplaudieron sus palabras.
Tras los insultos de Trump, el Comisionado de la NFL, Roger Goodell, respaldó a los jugadores y defendió su derecho a la libre expresión. "Los comentarios divisorios como estos demuestran una desafortunada falta de respeto por la NFL, nuestro gran juego y todos nuestros jugadores", sentenció el mandamás de la liga.
Trump continuó con sus ataques en redes sociales, a tal punto de culpar los bajos niveles de audiencia de la NFL por las protestas que se llevaban a cabo en casi todos los partidos.
Llegó el Super Bowl LII y con ello la negativa de algunos jugadores de los campeones Philadelphia Eagles de asistir a la tradicional ceremonia en la Casa Blanca, esto después de que Donald Trump fuera elegido presidente de los Estados Unidos.
A menos de una semana del inicio de la temporada regular 2018 de la NFL, ver algo parecido en los emparrillados luce como una posibilidad. Si bien Colin Kaepernick ya no está en la NFL, su mensaje sigue vivo al igual, desafortunadamente, que el ánimo divisorio de Donald Trump.