La ola de expresiones vulgares en contra del fútbol femenil continúa sumergiendo al balón luego de que George Becali, propietario del club rumano Steaua de Bucarest, declarara que se iría del fútbol si fuera obligado a hacer un equipo de mujeres.
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"La mujer fue creada para atraer al sexo opuesto, no para jugar fútbol," dijo el dueño del Steaua de Bucarest de Rumanía.
"La hembra no fue hecha para el fútbol. Su cuerpo no está capacitado para patear el balón. Es hasta peligroso. Más bien fue creada para ser hermosa y atraer al sexo contrario," explicó.
De sesenta años, Becali usualmente aparece en la prensa rumana no solamente por dirigir al Steaua, sino también por su carrera política pagada con su propia fortuna, la cual amasó tras el fin del comunismo en Rumania.
Los negocios que iniciaron por ahí de los años noventa importando tabaco de Turquía y ropa de China y de Taiwán rápidamente pasaron a ser bienes raíces y venta de terrenos al gobierno rumano y al ministerio de defensa.
Gracias a sus transacciones con burócratas ligados al ejército rumano, en 2003 logró adquirir más del 50% del equipo de fútbol de las fuerzas armadas: el mítico Steaua. En 2005, sin embargo, autoridades rumanas lo acusaron de fraude fiscal y Becali logró evadir la acusación dejando al club en la bancarrota.
De modo que debió fundar un nuevo club que utiliza los colores y las siglas del viejo Steaua: el FC SB. Mientras tanto, dejó en claro que "jamás aceptaría a ningún homosexual en su equipo de fútbol."
Becali también usó su dinero para financiar partidos políticos tales como la Democracia Cristiana y el Liberal Nacionalista. Ha ocupado asientos en el parlamento de su país y también ganó una elección para llegar al Parlamento Europeo en Bruselas.
Nunca ha ocultado sus posiciones conservadoras:
"Estamos dañando a las mujeres al permitirles jugar fútbol o practicar box. Deberían jugar balonmano o voleibol. Nada de deportes rudos."
Becali puso más leña en el fuego de la misoginia y la intolerancia al argumentar que el fútbol femenil es cosa de Satanás.