La última foto colgada en Instagram por Rafael Henzel antes de abordar el chárter número 2933 con destino a Medellín, Colombia, señala el despegue desde Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, y no desde Brasil. La compañía dueña de la aeronave, cuyo fuselaje acabó partido por la mitad, era venezolana; y en el espacio aéreo brasileño se prohíben los vuelos fletados por operadores no procedentes del país de origen o de destino.
Con el Chapecoense iban 21 periodistas cubriendo la historia de la “Cenicienta” del Brasil
Sólo sobrevivió el locutor de Radio Oeste Capital de Chapecó, Rafael Henzel Valmorbida. Entre los muertos hay trabajadores de Fox Sports y TV Globo.
Henzel Valmorbida es el único periodista sobreviviente de la tragedia que cobró las vidas de otros 20 colegas de los medios de comunicación. Los primeros reportes indicaban la presencia de 22 periodistas tripulantes, aunque el también presentador radiofónico Iván Carlos Agnoletto cedió su acreditación al fallecido Gelson Galiotto. “Yo estaba acreditado para la cobertura”, declaró aquél, “pero mi colega (Galiotto) tenía ese deseo de realizar una final internacional”.
Las delegaciones periodísticas más grandes viajando con la Asociación Chapecoense de Fútbol hacia Medellín pertenecían a Globo Television y a Fox Sports Brasil. Junto con los talentos cuyo trabajo se aprecia a cuadro en las pantallas, viajaban también camarógrafos, fotógrafos, sonidistas y productores.
“Ari tenía la capacidad de grabar video con calidad de cine a la velocidad propia del periodismo”, dijo el reportero de Globo, Pedro Bassan, a Associated Press acerca de su finado compañero Ari Araujo, con quien laboró por más de dos décadas en los sets de televisión.
Fox Sports confirmó las pérdidas de seis de sus periodistas. Entre ellas se halla la de Mário Sérgio Pontes de Paiva, popular comentarista cuya trayectoria como jugador profesional incluyó a escuadras grandes del Brasileirao tales como el Flamengo y el Fluminense de Río de Janeiro, así como el Sao Paulo FC y el Palmeiras de la ciudad más poblada de Brasil. También vistió la legendaria Verdeamarelha del Jogo Bonito de los años ochenta y dirigió en banquillos más de 10 temporadas antes de unirse a la prensa deportiva.
Los equipos periodísticos abordo del jet venezolano también contaban con experiencia en la prensa escrita. Guilherme Van Der Laars, de Globo, cimentó su prolongada carrera en las redacciones de los periódicos Lance! y Extra, reporteando Copas del Mundo de la FIFA y Olimpiadas. Varios de ellos trabajaron activamente en Río 2016.
La historia del Chapecoense en la ruta rumbo a su primera final de Copa Sudamericana era presentada en Brasil como un “cuento de hadas”, pues el club de Chapecó en el estado de Santa Catarina (suroeste) no tiene los títulos ni la historia de los gigantes del balompié amazónico. En un contexto de agitación política y crisis económica en la nación más habitada de América del Sur, el Chapecoense brindaba material de interés periodístico, y de esperanza y de sueños de gloria, para el resto de los brasileños.