Costa Rica tiene ya talento en Europa para ser el nuevo Gigante de la Concacaf.

Quizás ya nadie recuerde que Costa Rica debió ser primer lugar del hexagonal para Brasil 2014. Tras una cuestionable decisión arbitral (y burocrática), un campo azotado por tormentas de nieve y ráfagas de hielo en Colorado fue escenario de la victoria de Estados Unidos sobre los costarricenses que marcó la diferencia a favor de los norteamericanos.

Ya en el mundial, como se sabe, Costa Rica dejó las cosas en claro.

La lista de futbolistas ticos para el amistoso del domingo ante Rusia en Krasnodar es rica en titulares de clubes de ligas competitivas de Europa. Sin ir más lejos, hay más costarricenses en mejores equipos europeos que rusos (éstos sólo juegan en su liga que, alarmantemente, cuenta nada más con un par de clubes en Champions League; menos incluso que la liga portuguesa, donde juegan Bryan Ruiz y Joel Campbell).

Línea por línea, Costa Rica parece incluso una mejor selección que el anfitrión del próximo mundial.

Pero regresemos al hexagonal. Si consideramos la convocatoria de Jürgen Klinsmann para el amistoso contra Cuba, Estados Unidos tiene sólo seis futbolistas con minutos en escuadras importantes: Brooks del Hertha, Cameron del Stoke City, Chandler del Eintracht Frankfurt, Fabián Johnson del Gladbach, el niño maravilla Pulisic del Dortmund y Bobby Wood del Hamburgo. Quitando a Pulisic, el Team USA tendría menos calidad que Costa Rica.

Los dirigidos por Óscar ‘Macho’ Ramírez cuentan con el gran lateral del sorprendente Everon, Bryan Oviedo; con el central que tiene en la banca al mexicano Diego Reyes en el Espanyol, Óscar Duarte; con Giancarlo González del Palermo italiano y con el titular inamovible del Dépor La Coruña, Celso Borges. Contando a Ruiz y a Campbell del Sporting de Portugal, sólo falta mencionar al portero titular del Real Madrid, Keylor Navas.

Comparar a Costa Rica con México, de acuerdo a presencia importante en Europa, resulta más complicado. Héctor Moreno y Andrés Guardado son titulares del monarca de una liga relativamente pequeña; Reyes aún no se consolida; Guillermo Ochoa sufre un grave bajón futbolístico y los mexicanos regados en Portugal más o menos juegan tanto como los ticos del Sporting.

Acaso el gran momento de Chicharito Hernández inclina la balanza a favor del Tri, pero es justo decir que ambas selecciones tienen calidad parecida.

Con un equipo que ya sabe lo que es romperla mundialmente, y que además tiene minutos constantes en Europa, a nadie debería sorprender el favoritismo de Costa Rica. Si Estados Unidos y México intentan sacar ventajas de la nieve o del Estadio Azteca, habrán aceptado indirectamente que Costa Rica es el nuevo gigante de la Concacaf.