En México aún retumba aquel gol de Carlo Costly. El atacante hondureño fue el artífice del segundo Aztecazo en la historia de partidos eliminatorios del Tri en el Coloso de Santa Úrsula.
México está listo para cobrar venganza ante Honduras y hacerle sentir el Azteca al Team USA
El Tri está a solo una semana de sus dos compromisos eliminatorios más importantes rumbo a Rusia 2018.
Esa derrota sigue doliendo y para México es momento de cobrar ventaja.
Una victoria del Tri en el Estadio Azteca ante una de las versiones más flojas de Honduras dejaría a México como líder en solitario del Hexagonal con 13 puntos, prácticamente las mismas unidades que cosechó en la pasada eliminatoria rumbo a Brasil.
México llega pulido y en buen momento. Más allá de la derrota de Croacia, que se puede definir como oportuna, el Tri goza de un instante futbolístico dulce, con muchos jugadores atravesando un buen momento. De aquella selección azteca que perdió ante Honduras quedan varios jugadores, aunque muy poco de aquel mal nivel que se atravesaba.
Luego de vencer a Costa Rica, el Tri tiene la labor de volver a hacer sentir el Estadio Azteca a quien lo visite, y que mejor que hacerlo frente a una selección que hace muchos años ganó el respeto del balompié azteca y que coronó esa sensación con el también llamado “Haztecazo”.
Pero tras Honduras viene lo bueno. México puede perder cualquier juego ante cualquier rival, sin embargo, en el manual eliminatorio está escrito con palabras rojas y en mayúsculas: PROHIBIDO PERDER EN EL AZTECA CONTRA ESTADOS UNIDOS.
Así, en un ambiente complicado por factores externos al fútbol, México recibirá en un juego de orgullo a los Estados Unidos. Pese a que una derrota no significaría nada para el cuadro de Juan Carlos Osorio, moral y mentalmente sacudiría muchas fibras sensibles entre la afición el caer ante el rival más importante del Tri en la zona. Repetimos, hay juegos que no se pierden y el de Estados Unidos.
Vencer al cuadro de Bruce Arena y tener una nueva jornada perfecta metería a México al Mundial. Si bien matemáticamente aún le faltaría un último paso, sí sentenciaría ese pase que con tranquilidad inició Juan Carlos Osorio.
Los juegos amistosos quedaron atrás. La máxima presión ha iniciado para el timonel colombiano y los seleccionados mexicanos. Tras la hecatombe que significó la goleada de Chile en la pasada Copa América, el equipo azteca no se puede dar el lujo de vivir otro verano de pesadilla en el que hay eliminatoria, Copa Confederaciones y Copa Oro.
A diferencia de otros años, este México es mucho mejor, futbolísticamente y mentalmente. Ahora solo basta demostrarlo donde se debe.