Por Luis Óscar Rosas
El ego sentenció a Mourinho
El desmedido egocentrismo del entrenador portugués acabó por desgastar su relación con el Chelsea mas allá de la lastimosa temporada en la Premier.
El desorbitado egocentrismo de Mourinho le jugó en contra y otra vez fue despedido de Stamford Bridge. Aunque parecía un secreto a voces, la destitución del estratega portugués como timonel del Chelsea sorprendió a propios y extraños, y se apoderó de los titulares en la prensa deportiva por el prestigio que el portugués no ha cesado de pregonar a lo largo de su carrera como entrenador.
Tener al equipo en el decimosexto lugar de la Premier League, a un punto de los puestos del descenso en Inglaterra, es completamente inaceptable para un director técnico que se jacta de ser el mejor del mundo, y por lo visto el bochornoso accionar de los ‘Blues’ acabó por colmar la paciencia del dueño Román Abramóvich que, de supuesto común acuerdo con el luso, determinó finalizar su relación pese al reciente campeonato conseguido la campaña anterior.
Han sido cuatro meses y medio de pesadilla para Mourinho en lo que va de la presente temporada. Nueve derrotas en 16 partidos de Liga inglesa. 15 puntos de 48 posibles. Números muy pobres para un hombre que habla de excelencia. Un rendimiento tan mediocre es simplemente insostenible para un entrenador que fue ídolo y regresó con la consigna de ganar la Champions League.
En medio de un mar de críticas por varias semanas, ‘Mou’ intentó salir del paso asumiendo la responsabilidad del pésimo andar en la Premier, el cual se agudizó el 27 de octubre cuando el Stoke City los eliminó de la Copa de la Liga en penales. A partir de ese punto, las miradas se postraron en el banquillo blue, previendo la inminente marcha del llamado ‘ The Special One’.
Precisamente esa condición de autonombrarse ‘especial’ es la que le está cobrando factura a Mourinho pues una vez más quedó claro que el fútbol no tiene memoria y se suele olvidar del glorioso pasado.
Tres títulos de la Premier, la FA Cup, la Community Shield y tres Copas de la Liga, son los logros que Mourinho le deja al Chelsea en dos etapas. Un equipo que antes del arribo del portugués en 2004 tenía un solo campeonato de Liga que ocurrió hace 60 años. Fácil. ‘Mou’ es el técnico más exitoso en los 110 años de historia del club.
Notable palmarés bajo las órdenes de José que hoy queda de lado por un pésimo semestre pero que lleva de trasfondo el no sacarse la espina de conseguir el gran objetivo: ganar la Liga de Campeones de Europa.
Mourinho se quedó a la orilla llevando al Chelsea a disputar tres semifinales de Champions League, dos en su primera etapa donde el Liverpool de Benítez fue su verdugo (2005 y 2007) y la última en su vuelta cuando el Atlético de Simeone lo privó de enfrentar a sus ex pupilos del Madrid (2014).
En sus cinco temporadas completas al frente del Chelsea siempre lo clasificó a la siguiente ronda de la Champions. Tan solo en esta edición, y pese al paupérrimo andar en Liga, se encargó de que sus Blues avanzaran como líderes de grupo dejándolos en octavos de final donde se verán las caras con el PSG, buscando la revancha por la eliminación del año pasado.
Cifras sorprendentes y cuantiosos éxitos entregó el portugués al club de Londres, pero además de los trofeos, Mourinho ubicó al Chelsea dentro de la elite europea y le dio un sitio en el mapa futbolístico, pues aunque suene exagerado, antes de su llegada era un club que pasaba desapercibido en el Viejo Continente.
Saberse ganador tras levantar dos Orejonas con el Porto (2004) y el Inter de Milán (2010) que lo llevaron a dirigir al Real Madrid, forjó en José una personalidad abrumadora y un ego inquebrantable que le han conseguido varios ‘enemigos’ a los cuales disfruta provocar. Así como convertirse en uno de los personajes más célebres del balompié mundial por sus polémicas declaraciones.
Pero ese mismo egocentrismo con la perfección como estandarte le cuesta quedarse sin trabajo al acumular resultados mediocres semana a semana en la Premier y estando en el ojo del huracán por sus señalamientos a los árbitros y la controversia con la doctora del equipo.
Su berrinche por el ingreso de Eva Carneiro a la cancha para atender a Eden Hazard contra el Swansea en la jornada inaugural de la Premier, fue el primer indicio de una futura fractura con el Chelsea que detonó este lunes con la novena derrota ante Leicester City, donde ‘Mou’ dijo sentirse traicionado por sus jugadores.
El vínculo no podía resistir tanto tiempo luego de evidentes problemas con sus estrellas, pues no solo el crack belga tuvo un mal gesto con Mourinho, también tuvo diferencias con Diego Costa, Pedro y Courtois, y aunque algunos como Terry, Cahill y Fábregas intentaron salir en su defensa, la situación en el seno de Stamford Bridge iba a terminar por reventar tarde o temprano.
Mourinho acostumbró al Chelsea, sus jugadores y seguidores a aspirar por todo pero su egolatría hasta en la derrota culminó en un rompimiento definitivo fuera de Londres aunque su futuro podría no estar tan lejos si en una de esas lo buscan los poderosos vecinos de Manchester.