Sin deberla ni temerla, el autobús de la selección de Togo en el cual viajaba el letal goleador Emmanuel Adebayor fue atacado por rebeldes a disparos de arma de fuego de alto calibre. El equipo togolés se dirigía a la región de Cabinda en Angola, país organizador de la Copa Africana del 2010.
El país que albergará la Copa Africana es rico en petróleo pero pobre en lo demás
El torneo a celebrarse en Gabón puede sufrir los mismos problemas que Angola en 2010, donde hubo incidentes de violencia.
En los hechos murieron tres integrantes de la delegación togolesa y Adebayor aseguró que fue uno de los peores momentos de su vida. Inmediatamente se retiró de su selección. Dos compañeros de equipo resultaron heridos y el resto logró evitar las balas echándose debajo de los asientos del vehículo.
El ataque se lo atribuyeron guerrilleros de la región de Cabinda que persiguen la separación de Angola: este país del sur de África tiene 25 millones de habitantes y produce casi 2 millones de barriles de petróleo diarios (casi lo mismo que Noruega). Sin embargo, los yacimientos están localizados en Cabinda y por ello los guerrilleros desean la separación. El ataque estaba dirigido a los escoltas angoleños y no a los futbolistas togoleses.
En los primeros días de 2017 será el turno de Gabón para hospedar la Copa Africana de Naciones. A diferencia de Angola, Gabón sólo tiene un millón y medio de habitantes y sus reservas petroleras son bastante menores. No obstante, el dinero ganado con las exportaciones del petróleo representa casi el 50% del presupuesto del gobierno gabonés. De hecho, Gabón sólo exporta crudo (70%), minerales (20%) y madera (10%).
Como consecuencia, la economía de Gabón es similar a la de Angola (y a la de varios países en vías de desarrollo) donde la abundancia de los recursos naturales sólo ha generado el aumento de la deuda pública, la devastación ambiental y la pobreza generalizada. Como en otras Copas Africanas de Naciones, es probable que los estadios luzcan vacíos, pues los aficionados locales tienen necesidades más apremiantes que comprar boletos para ver partidos de fútbol.
Gabón 2017 tiene el reto de no repetir lo sucedido en Angola 2010 con Togo. Se argumentará que es cuestión de incrementar las medidas de seguridad, aunque la verdadera solución yace en el terreno de la economía.