Hablando de tácticas, los comentarios de Ricardo Antonio La Volpe suelen caer pesados, como los de un viejo gruñón y sabelotodo. Es el fastidio causado por quien viene de otra época e intenta conectar el pasado y el presente despojando a lo ‘nuevo’ de su aura de novedad.
El Tri de Osorio: una crítica desde el Lavolpismo
El 'Bigotón' es muy escéptico de esquemas como el usado por el colombiano ante Chile y Estados Unidos.
En su reciente y fugaz paso por el América, estando con comentaristas, La Volpe vertía elogios para Jesús Manuel Corona e Hirving Lozano. Según él, los sistemas de su selección mexicana (2002-2006) reflejaron la falta de extremos habilidosos y veloces, desequilibrantes, capaces de iniciar próximos a la banda y acabar en posición de remate a gol.
Teniendo esa materia prima, dice, se abre un mundo de posibilidades. Y también un mundo de riesgos.
¿El más grande? Que los extremos no bajen a defender y desprotejan la retaguardia. Cuando está en Argentina, el ‘Bigotón’ sostiene que el 4-3-3 puesto de moda por el Barcelona ya existía antes en su tierra natal. Pero que cayó en desuso porque los de adelante se desentendían de lo demás.
Aquí un ejemplo. Hace unos años, la Roma contrató al estratega francés Rudi García, quien abanderaba cierto discurso guardiolista usando el mismo parado táctico. Contra rivales menores de la Serie A, el marfileño Gervinho y el serbio Adem Ljajić pulverizaban defensas arrancando por banda y terminando en zona peligrosa.
Contra escuadras como el Mánchester City y el propio Bayern Múnich de Guardiola, sin embargo, el mediocampo romanista conformado por Miralem Pjanic, Daniele de Rossi y Radja Nainggolan tenía tantos hoyos como un queso suizo. En otras palabras, demasiado espacio para tan solo tres pares de piernas. García acabó en la calle.
Juan Carlos Osorio no es tonto y sabe que a los desequilibrantes mexicanos aún les falta en lo defensivo. Por eso alineó (para sorpresa de todos) a cuatro defensas centrales durante la última visita estadounidense al Estadio Azteca. El objetivo de Salcedo y de Alanís en las laterales era simple y llanamente cubrir las espaldas de Hirving Lozano y de Carlos Vela. Nada más.
Esta solución tiene el efecto secundario de partir a la escuadra entre los que defienden y los que atacan. Así, el Team USA se mostró algo más peligroso cuando avanzó algunos metros sobre el campo, sin mover nada tácticamente. Generando peligro por pura superioridad numérica.
Para La Volpe, el Barcelona de Guardiola resucitó un sistema olvidado, haciéndolo tan efectivo que incluso el Real Madrid de Zinedine Zidane lo replica con éxito. Pero esos son otros contextos.
En el fútbol de selecciones, México ocupa otro lugar en el escalafón mundial y, si Osorio no logra hacer que su escuadra defienda y ataque como una colectividad, entonces comprobará el porqué La Volpe piensa que el 4-3-3 cayó en desuso, como en su momento lo comprobó el francés Rudi García.