El rey de la sabana se encuentra mareado. Su ferocidad no es la misma; y es que no puede atacar con toda confianza a sus presas porque tiene dudas que nublan su visión, además de una extrema necesidad de renovar sus reflejos para defenderse adecuadamente y así evitar que las heridas que le causen, le drenen vida para concretar su cacería.
Especial: Sin confianza, no hay paraíso
Disfruta el Especial de los Esmeraldas del Club León que mantienen el proyecto de Juan Pizzi para el Torneo Clausura 2016 de la Liga MX
De cara al Torneo Clausura 2016 de la Liga MX, León tiene ante sí una prueba mayúscula, de esas que exigen hasta el último gramo de esfuerzo para superarlas: conquistarse a si mismo.
En el ejercicio pasado, los Esmeraldas dieron muestras de poderío que infundieron miedo a sus rivales, siendo incluso líderes en varias jornadas. Sin embargo, una ruptura en su vestidor, reforzada con una inoperancia de escándalo en su sector defensivo le privaron de terminar la fase regular en mejor posición y, además, de trascender en la Liguilla.
Fuera del campo corrieron versiones del hartazgo del técnico Juan Antonio Pizzi y de inconformidad en la plantilla de la Fiera, debido a una escasa rotación en la nómina titular que limitaba en demasía las oportunidades de tener acción en la cancha.
Más allá de ese murmullo, en el campo, se notaba que León no estaba equilibrado. Solo superado por Pachuca en ese rubro, fue la segunda peor defensa del campeonato. Tendencia que se extendió a la Liguilla en donde aceptó seis goles en dos juegos disputados.
Y si bien los Panzas Verdes fueron la tercer mejor ofensiva, fue evidente que terminó pesando más la facilidad con la que recibían goles. Esto, más una escalofriante mutación cuando jugaban fuera de casa, en la que se agudizaba su fragilidad en la retaguardia, fue su pecado más grande.
La directiva encabezada por Jesús Martínez, hijo, apostó por sostener el proyecto de Pizzi, matiz raro en el futbol mexicano. Así, la plantilla fue poco sacudida en el Draft: la baja más sensible es la de Carlos Peña, pieza destacada en el buen funcionamiento ofensivo. Junto con él, partieron Steven Almeida y el argentino Gonzalo Ríos, elementos que tuvieron un paso sombrío por el Bajío.
Aterrizaron en la plantilla felina la misma cantidad de jugadores que salieron. Juan Ezequiel Cuevas, argentino con experiencia en el máximo circuito, de velocidad y picardía comprobada; Germán Cano, delantero que poco mostró en Pachuca y busca revancha; y, Jorge Enríquez, quien desea dar ese salto de calidad que lo lleve a consolidarse en tiempo presente, para no vivir solamente de la medalla de oro conseguida en Londres 2012.
La lógica invita a cuestionar si no hizo falta la llegada de un defensa central de peso. Sin embargo, esa es la encrucijada que Pizzi y sus hombres deberán de resolver. Quizá la presencia del 'Chatón', con su capacidad de cubrir muchos metros del campo, refuerce a un José Juan Vázquez que en ocasiones lucía rebasado en transiciones defensivas.
Si León logra afinar su precisión defensiva y su técnico tiene éxito en el convencimiento e integración de aquellos elementos que no están tranquilos en la plantilla, además del mantenimiento de su fluido ataque en carriles centrales y aprovechamiento de segundas jugadas, será un candidato serio a pelear por el título que hoy en día poseen los Tigres.
Figura a seguir: Mauro Boselli. El artillero argentino se mantiene en gran forma. Su olfato goleador, sacrificio y capacidad de secundar el ritmo de juego del equipo, lo hacen uno de los delanteros más completos de toda la Liga MX. Goles son amores, puntos y títulos; si el dorsal 17 sigue fino, la Fiera tiene garantía de anotaciones.
Pronóstico: Contendiente. La continuidad del proyecto de Juan Pizzi invita a pensar que León trabajará sobre sus puntos débiles y sostendrá los fuertes. Por lo que, sin duda alguna, es uno de los candidatos a pelear por la corona el Clausura 2016, tal y como lo hizo en el curso pasado.