El cronómetro marcaba el minuto 19 de juego en un viernes 13 futbolero. Patrice Evra circulaba la pelota por su banda izquierda intentando dar salida a Francia en su encuentro amistoso frente a Alemania. Casi instantáneo al momento en que el lateral golpeaba el balón, una explosión hizo retumbar a los casi 81 mil asistentes que se habían dado cita aquella helada noche de noviembre al Stade de France ubicado a unos kilómetros de Paris.
Francia volvió a vencer a Alemania tras aquel viernes 13 de terror
Catorce futbolistas repitieron en el XI tras el partido de hace ocho meses en el Stade de France cuando se vivió un ataque terrorista en Paris.
El recuerdo de aquel juego perdurará por siempre. Mientras la selección gala vencía 2-0 a Alemania, el ambiente, casi instantáneo tras aquella jugada de Evra sería de soledad, desastre, de miedo y muerte. Poco importaban los goles de Oliver Giroud y de André-Pierre Gignac, a nadie le supo el triunfo ante el campeón mundial cuando la noticia se regó por todo el planeta, Paris acababa de ser víctima de un ataque terrorista.
Al finalizar el partido, la afición francesa ya sabía lo que había ocurrido a tan solo unos metros del estadio. Las dos explosiones y los tiroteos que sufrieron en la capital gala obligaron a que los seguidores del equipo se quedaran protegidos en la grada y en el verde césped de la sede de la final de la Copa del Mundo de 1998.
No hay victoria ante situaciones así. Francia poco pudo alegrarse de derrotar al que ha sido históricamente su ‘bestia negra’ en el fútbol. Aquel partido de preparación rumbo a la Euro acabó por repetirse en las semifinales del torneo.
La sede no era el Stade de France, sino el Velodrome de Marsella. Francia y Alemania se volvieron a ver las caras tras aquella noche de terror y barbarie. Coincidentemente, el resultado volvió a ser el mismo, los galos derrotaron 2-0 a Alemania, solamente que en esta ocasión el juego era por las semifinales de la Euro y no era un partido amistoso.
Por Alemania alinearon seis de los 11 jugadores que habían arrancado en aquel viernes 13. Manuel Neuer, Jerome Boateng, Jonas Hector, Bastian Schweinsteiger, Thomas Müller y Julian Draxler; por Francia repitió Hugo Lloris, Patrice Evra, Bacary Sagna, Laurient Koscielny, Blaise Matuidi, Paul Pogba, Oliver Giroud y Antoine Griezmann.
Tras el silbatazo final del árbitro Nicola Rizzoli, el panorama fue diferente a lo que se vivió hace ocho meses en Paris. La afición francesa levantó las manos mientras el júbilo se apoderó de ellos; hubo abrazos de felicidad y no de consuelo, sonrisas y no llanto, gritos por el triunfo y no de temor o miedo. Los futbolistas pudieron celebrar en el campo y no tuvieron que esconderse en los vestidores por temor a algún ataque en el mismo lugar. El recuerdo perdurará, pero hoy por fortuna, solo hubo espacio para la alegría y para que Francia pudiera celebrar su pase a la gran final de la Euro.