Ya le destinaban un torneo corto y aterido -que de frío ellos saben un montón- pero se ha sacudido cualquier etiqueta y ya desde el inicio le plantó cara a la Portugal de Cristiano Ronaldo con un empate a un gol que les supo a logro entrañable. Luego vino el duelo ante Hungría y otra meritoria igualada a un gol.
Hasta ahí el guion más o menos como se esperaba, un poquito arriba de las expectativas si somos sinceros. Ya se hablaba de los Halldorsson, Sigurdsson, Bjarnason, Gunnarson, Saevarsson y compañía.
Para clasificar a los octavos de final debía vencer a Austria, no una potencia pero sí, decían, un fútbol superior al suyo. Y entonces la magia, sobre el minuto 90 el marcador enseñaba otro 1-1, pero al 90+3, Arnor Traustason a pase de Bjarnason les dio un gol y un pase histórico y sorpresivo a lo octavos de final.
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Y es que Islandia es el país con menor población de los que asiste a la Eurocopa. Sus 330 mil habitantes no tienen ni comparación con los más de ocho millones y medio de austriacos o los 10 de Portugal y Hungría.
Su selección nacional es una mezcla de su pequeña liga amateur de 12 equipos llamada Urvalsdeild Karla con clubes de segundo nivel a lo largo de Europa incluyendo Alemania, Inglaterra, Suecia y Francia.
Su estadio más grande y donde juega su equipo nacional es el Laugardalsvollur que tiene una capacidad para 10 mil aficionados.
Nunca había clasificado a un torneo de gran envergadura y ha hecho un debut para el recuerdo de propios y extraños. Odín, seguramente, mira complacido a sus hijos.
Y aunque hizo una gran eliminatoria en la que solo le anotaron seis goles y tuvo seis encuentros sin tantos en contra, la duda más grande del torneo era su zona ofensiva. La que se pensaba le faltaba profundidad y eficacia.
Por su puesto, la diferencia con Inglaterra es la mayor a la que se ha enfrentado en la Euro con su multimillonaria Premier League y sus figuras de candil refulgientes y espléndidas.
Incluso muchos de los futbolistas islandeses se volcaron en halagos para el rival, “conocemos todo de la Premier League”, dijeron.
Cuando Wayne Rooney anotó el gol de los ingleses a los cuatro minutos, algunos vieron un desplome inevitable y progresivo en Islandia, pero en su lugar Ragnar Sigurdsson empató a los seis minutos y Kolbeinn Sigthorsson a los 18’ los puso adelante.
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Lo que siguió fue una defensa heroica y un juego tan emocionante como pujante. Es cierto que su fútbol por momentos parece tosco y atravesado, pero defienden a rajatabla y han encontrado la contundencia en el momento oportuno. De cuatro disparos, dos fueron goles.
El rival en cuartos de final será el local Francia. Inaccesible dicen ya muchas voces, pero lo mismo hablaron de Portugal, Austria e Inglaterra.
Quizá de esa afición tan marcada y expuesta a la Premier League, el espíritu islandés se haya fortalecido y tomado el ejemplo del Leicester, un equipo marcado por el descenso al inicio de la campaña y con más de cien años de intrascendencia con un poder económico menor, se coronó en una campaña brillante y que tuvo al mundo futbolístico al pendiente hasta la última jornada.
Ahora son ellos, los "Cenicientas" y su fútbol va buscando, como lo hizo el del Leicester, lo más grande de milagro en milagro.
