FIFA

    Capítulo tres: El Mundial de Norteamérica; muro, discriminación e inseguridad

    Estados Unidos, México y Canadá buscarán organizar el Mundial del 2026 de manera conjunta, pero no todo es color de rosa. Analizamos los pros y los contras del evento.


    Por:
    TUDN

    El Team USA y el Tri dieron una muestra de unidad en el juego que celebraron el pasado 11 de noviembre en Columbus.

    Imagen Getty Images
    El Team USA y el Tri dieron una muestra de unidad en el juego que celebraron el pasado 11 de noviembre en Columbus.

    Por Omar Carrillo H.
    @OmarCarrilloHH

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    Es cierto que cuando el Mundial del 2026 se realice -si es que la FIFA decide darle la organización conjunta a Estados Unidos, México y Canadá-, las condiciones políticas y sociales de las tres naciones habrán cambiado.

    Pero también es cierto que las determinaciones que se tomen hoy, pueden afectar a la competencia dentro de nueve años.

    Más allá de lo económico o de la infraestructura de cada uno de los países, el verdadero reto de la organización de esa Copa del Mundo será hacerlo funcional, aún con la diversidad de problemas particulares o generales de cada nación. O los que sostiene con sus vecinos.

    Ahora mismo, la política liberal y de inclusión de Canadá, liderada por el primer ministro Justin Trudeau, que entre otras cosas ha logrado conformar un gabinete con diversidad étnica y equidad de género (15 ministras y 15 ministros), así como la recepción de 25 mil refugiados sirios. Y que además combate el cambio climático y mantiene una posición abierta sobre el aborto y la legalización de la mariguana, contrasta con la del gobierno conservador de Donald Trump.

    Al igual que su perfil de paz social que en el 2016 lo ubicó como el octavo país más pacífico del mundo, contrasta con la violencia e inseguridad que se vive en México.

    El presidente de Estados Unidos ha optado por una política nacionalista de cierre de fronteras y persecusión de inmigrantes ilegales.

    Ha puesto en marcha una orden ejecutiva para construir un muro a lo largo de su frontera con México y ha buscado insistentemente prohibir la entrada de refugiados islámicos así como de ciudadanos de Irán, Siria, Irak, Somalia, Sudán, Yemen y Libia con el objetivo de, según él, “mantener a los terroristas islamistas radicales" fuera del país.

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    Además ha optado por poner en duda el Tratado de Libre Comercio, precisamente, con las dos naciones con las que ahora se ha lanzado a la aventura mundialista y ha amenazado con renegociarlo cuando no con suspenderlo.

    Pero Estados Unidos deberá recordar que la FIFA mantiene una campaña permanente desde hace algunos años en contra de la discriminación y el racismo.

    Apoyada en la resolución del Congreso extraordinario celebrado en Buenos Aires en el 2001 en la que fijó su postura al respecto. Y en el cual hizo un llamado “a todas las personas involucradas directa o indirectamente en el fútbol -en todos los niveles y países- que formen un frente común compartiendo información y experiencias para terminar de manera eficaz y definitiva con toda manifestación racista, sea del tipo que fuere”.

    El tercer miembro de la candidatura, tiene también sus problemas. El narcotráfico y el crimen organizado han permeado todos los niveles de la sociedad mexicana y la violencia que les acompaña siembra caos por donde pasa.

    Algunas cifras de investigadores calculan que entre el 2007 y el 2015 se registraron 208 mil 143 homicidios dolosos y 25 mil desaparecidos. Lo que hace un total de 233 mil 143 personas asesinadas o desaparecidas.

    Por supuesto, las cifras de otro tipo de crímenes como robo, asalto a mano armada, etc, son igual de alarmantes y por el momento no hay visos de que disminuyan pronto.

    Los Canguros se han puesto los guantes de box para pelear contra Estados Unidos, Canadá y México por la sede mundialista 2026.
    El romance entre Australia y el fútbol inició en 1988 con la inauguración en Sydney del primer estadio con cancha rectangular para este deporte.
    En el 2009, la federación australiana detalló un plan para albergar el Mundial 2022, el cual fue ganado sospechosamente por Qatar.
    El plan estipulaba 12 ciudades sede desde Sydney hasta Melbourne pasando por Perth: únicamente se construirían dos estadios nuevos.
    Y es que la infraestructura ya estaba construida: Australia es un país con una gigantesca cultura deportiva.
    No obstante, la cultura deportiva australiana era dominada por el rugby, deporte en el que su selección, 'Los Wallabies', es potencia mundial.
    En Canberra, el único estadio con cancha rectangular tiene capacidad para 25 mil asistentes y ahí el plan precisaba la construcción de uno nuevo.
    Al Melbourne Cricket Ground le caben más de 80 mil aficionados y tiene cancha oval para la práctica del cricket.
    El fútbol en Australia puede beneficiarse aún más de la pasión polideportiva de su gente ¿cómo hacer para darle ese 'empujoncito'?
    Respuesta: con la Copa del Mundo de la FIFA. Pero primero habría que armar una selección competitiva que lograse calificar a las citas mundialistas.
    Tras más de 30 años sin ir al Mundial, Australia dio la sorpresa eliminando a Uruguay en Sydney para ir a Alemania 2006.
    Entonces Australia enloqueció por el fútbol. Los estadios del ovoide del rugby se convirtieron de pronto en estadios para el balón esférico del número 5.
    'Los Socceroos' son capaces de llevar tanto colorido a los Mundiales de fútbol como 'Los Wallabies' lo llevan a los de rugby.
    Los Canguros no renunciarán a su sueño mundialista sin antes luchar.
    Para que la afición por el fútbol no decayera, Australia debía apostar fuerte: cambiar Oceanía por Asia.
    Tras Alemania 2006, los australianos se mudaron a la confederación asiática, donde había otras selecciones emergentes como Japón o Corea del Sur.
    Teniendo espectaculares recintos con capacidad para más de 50 mil fanáticos, como en Brisbane, los Canguros lucharían contra los Tigres de Asia.
    La Copa Asiática 2015 fue todo un éxito de organización. Fue un evento sobrio donde el fútbol fue lo importante.
    El torneo continental además sirvió para comprobar que hay otro gigante cuyo amor por el fútbol comienza a despertar: China.
    Para aficiones multitudinarias y pasionales, como la japonesa, viajar a Australia es más sencillo que ir a Europa o a Norteamérica.
    La Copa Asiática 2015 fue la prueba final para Australia. Debían ganarla sí o sí para comprobar el crecimiento.
    Y lo lograron. Un país que solía ser fácilmente eliminado en los repechajes ante los equipos de Sudamérica de pronto se volvió un hueso muy duro de roer.
    Australia aún no tiene genios individuales del fútbol, pero como en el rugby, el equipo es lo más importante.
    Un equipo que no había ganado nada finalmente alzó su primer título y estará en la Copa Confederaciones 2017 de Rusia.
    Australia es una escuadra de jugadores 'millennials' (como Massimo Luongo) y quiere la primera Copa del Mundo en Oceanía en el Nuevo Milenio.

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    Los Canguros se han puesto los guantes de box para pelear contra Estados Unidos, Canadá y México por la sede mundialista 2026.

    Ante la FIFA, al igual que ante los ojos del mundo, tanto Canadá como Estados Unidos y México deberán garantizar la seguridad y la libre circulación de las selecciones nacionales que compitan en el 2026 sean cristianos, musulmanes, judios, budistas o de cualquier otra religión. Y también la de los aficionados que les sigan en la justa.

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    Es cierto que faltan nueve años, pero para dos de los tres socios que pretenden la candidatura no resultará sencillo conseguirlo -si no toman medidas ahora mismo-, sin embargo con las actuales administraciones tanto de Donald Trump como de Enrique Peña Nieto no parece que eso vaya a ocurrir pronto.

    México y Estados Unidos, dos de los tres candidatos junto a Canadá para recibir el Mundial de 2026, ya han sido sedes mundialistas, por lo que vale la pena revisar cuáles de sus estadios pueden volver a recibir este evento. Uno de los puntos claves es la capacidad, que debe ser mínimo de 40 mil espectadores para primera fase y de 80 mil para finales, además de sitios de palcos, baños y espacios para la prensa.
    El estadio Azteca tiene capacidad para aproximadamente 85 mil espectadores y es sin duda uno de los candidatos para ser sede de la inauguración o de la final de un Mundial.
    El estadio Rose Bowl en Los Angeles fue la sede de la final de Estados Unidos en 1994, con una capacidad actual de 91 mil espectadores.
    El estadio Tres de Marzo también está ubicado en Guadalajara y tiene capacidad para 25 mil personas.
    El estadio Sergio León Chávez de Irapuato recibió 33 mil espectadores en 1986. Este quedaría descartado.
    El Gillette Stadium en las afueras de Boston tiene capacidad para 61 mil personas.
    El Soldier Field, hogar de los Chicago Bears en la NFL, tiene capacidad para 67 mil espectadores.
    El estadio Cotton Bowl de Dallas puede recibir 67 mil espectadores.
    El Pontiac Silverdome en Detroit puede recibir 80 mil espectadores.
    El estadio Olímpico Universitario en Ciudad de México tiene capacidad para más de 65 mil espectadores.
    El viejo Giants Stadium en Nueva York tiene capacidad de 77 mil personas, en una ciudad que en la actualidad tiene dos equipos en la MLS.
    El estadio Tecnológico en Monterrey tiene capacidad para 34 mil espectadores en un escenario en el que se vive con intensidad el fútbol, pero que no sería apto por su capacidad actual.
    Con una capacidad de 43 mil personas, el estadio Universitario de Monterrey es el otro escenario en esa ciudad y sí estaría acondicionado para ser sede mundialista.
    El estadio Citrus Bowl en Orlando puede recibir unos 70 mil espectadores.
    El Stanford Stadium en San Francisco tenía la posibilidad de albergar unos 80 mil espectadores, cifra que se redujo a 50 mil tras unas remodelaciones.
    El Robert F. Kennedy Memorial Stadium en Washington, donde juega como local DC United, es capaz de recibir un poco más de 45 mil espectadores. Es uno de los estadios que sería tenido en cuenta para las primeras fases.
    El estadio de Corregidora en Querétaro tenía capacidad para 40 mil espectadores, pero en la actualidad puede albergar poco más de 35 mil, por lo que sería descartado a menos que fuera reacondicionado.
    El estadio Cuauhtémoc en Puebla tiene una capacidad de poco más de 51 mil espectadores y es conocido como 'Coloso de Maravillas'. Es el estadio más alto de México con 45.9 metros de altura.
    Conocido como 'La Bombonera', el estadio Nemesio Díez de Toluca puede albergar 30 mil espectadores y quedaría descartado por su poca capacidad.

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    Imagen Mexsport y Getty Images
    México y Estados Unidos, dos de los tres candidatos junto a Canadá para recibir el Mundial de 2026, ya han sido sedes mundialistas, por lo que vale la pena revisar cuáles de sus estadios pueden volver a recibir este evento. Uno de los puntos claves es la capacidad, que debe ser mínimo de 40 mil espectadores para primera fase y de 80 mil para finales, además de sitios de palcos, baños y espacios para la prensa.
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