Nuevo episodio oscuro del fútbol mexicano en el Mundial de Clubes. Las Chivas Rayadas del Guadalajara pasó de la ilusión al fracaso en un partido en el que debió haber goleado al Kashima Antlers y en el que acabó perdiendo 3-2 y quedando eliminado.
Chivas hace un papelón en el Mundial de Clubes y queda eliminado por el Kashima Antlers
Un nuevo ridículo del fútbol mexicano, ahora en Emiratos Árabes. La escuadra japonesa se impuso 3-2 y jugará Semifinales ante Real Madrid.
“Fracaso”, “Fiasco”, “Papelón”, “Debacle”, “Ridículo”. Distintos adjetivos podrían definir la -brevísima- participación del Rebaño Sagrado en Emiratos Árabes Unidos donde, como ha sucedido en muchas otras ocasiones, se pensaba en jugar las Semifinales -contra el Real Madrid- antes de vencer al rival en turno.
Desde hace meses se justificaba el terrible torneo mexicano de Chivas con su participación en el Mundial de Clubes. Se hablaba de “salvar el año” pensando en una digna participación del Rebaño en los EAU. Sin embargo, esta derrota anticipada desnuda nuevamente las carencias de un equipo venido a menos, mal estructurado, mal reforzado y que lleva meses sin dar buenos resultados. Guadalajara está en crisis y el Mundial de Clubes le acaba de terminar de abrir los ojos a todo el mundo.
Kashima le ganó con muy poco a unas Chivas que en el trámite del partido fueron mejores. El 3-2 resulta un poco exagerado en el marcador pues, pese a todo, los japoneses tampoco fueron superiores del todo a los mexicanos.
Chivas comenzó ganando muy pronto. Una estupenda jugada de Isaác Brizuela desde la banda derecha terminó en un gran centro que Ángel Zaldívar no desaprovechó para que, de cabeza, anotara el 1-0 con un gol de vestidor.
El Rebaño era una avalancha de buen fútbol. Tenía la pelota, hacía un gran pressing a la salida japonesa, paseaba perfectamente la pelota, y sobre todo, culminaba sus jugadas. Parecía que las Chivas no tendrían problema para poner el 2-0 en el marcador.
Pero llegó el eterno problema del fútbol mexicano: la definición. Y la otra gran deuda: ‘matar’ el partido cuando se tienen las oportunidades para hacerlo.
Primero fue Brizuela en una gran jugada quien no liquidó el partido. Y luego, en un contragolpe tras una mala salida del Kashima, Orbelín Pineda reventó el poste cuando tenía un par de mejores opciones.
Chivas se iba al descanso con gran superioridad futbolística, pero con un frágil 1-0 en el marcador.
El complemento le cobraría a Chivas las que falló. Tras un pésimo segundo tiempo, a Kashima le bastó con apretar un poco a la defensa mexicana para ponerla de rodillas y darle la vuelta al marcador.
Primero, una gran jugada por izquierda que terminó con un gol de Nagaki a los 49 minutos.
Luego, l a polémica en el partido tras un penal muy discutible de Michael Pérez. El silbante no fue al VAR, no tuvo revisión y el Kashima se fue al frente en el marcador por conducto de Jorginho a los 69 minutos.
La debacle rojiblanca llegó al minuto 84. Chivas había dejado de presionar, de ser agresivos, de tener la pelota, de generar peligro. Mientras que al Kashima Antlers los contragolpes le quedaban como anillo al dedo.
Así, llegaría el 3-1. Derechazo de Hiroaki Abe que entró en el ángulo del arco que defendía Raúl Gudiño. El partido quedaba prácticamente liquidado.
Todavía las Chivas pudieron reducir el marcador gracias a un penal revisado por el VAR. Alan Pulido falló la pena máxima, pero en el contrarremate descontaría para el 3-2 definitivo.
Pese a los intentos y un par de oportunidades, Chivas no logró igualar el encuentro y el Kashima terminó sacando la victoria y clasificándose a las Semifinales donde se medirá al Real Madrid.
¿Autocrítica? En Chivas deberá venir un juicio muy fuerte a sus futbolistas, a su cuerpo técnico y a su directiva. Un nuevo ridículo para el fútbol mexicano que sigue sin competir en un Mundial de Clubes que se ha convertido en la eterna deuda para los clubes aztecas.
Defínanlo como quieran. Pero lo de Chivas hoy debe quedar como uno de los peores episodios de su historia.