El futbol regresó pese al coronavirus en Corea del Sur en todas sus categorías, y aunque con algunas restricciones de por medio, algunos jugadores no las respetaron y festejaron con abrazos y aglomeraciones después de un gol.
Futbolistas celebran gol en Corea del Sur a pesar del coronavirus
La KLeague regresó con algunas restricciones, unas se toman, pero otras se olvidan.
En el compromiso entre Seoul y Jeju por la Segunda División, los locales empataron el partido y la euforia del gol llevó tanto a futbolistas como a la banca a festejar efusivamente.
Abrazos, choque de manos y aglomeraciones se dieron al por mayor. En las imágenes del partido se observa a los futbolistas alegres por la anotación, sin embargo, una vez pasado el momento, se dan cuenta que no podían festejar de tal forma e incluso el árbitro platica con el capitán para recalcar la situación.
HT | @gwfc2008 0-1 @FCSEOUL
— K League (@kleague) May 10, 2020
1⃣🆙 Park Dong-jin has the visitors up at the the break with this effort from just inside the box. Can Gangwon equalise in the 2nd half?#KLeague | #K리그 | #GANvSEO pic.twitter.com/H5UQNPnipC
En otro encuentro entre Bucheon y Asan, un futbolista cayó al terreno de juego y pidió ayuda al árbitro para poder levantarse, pero éste se negó al no poder hacer contacto con las manos, entre risas de ambos.
En el primer partido de Corea del Sur ante la reanudación por el coronavirus, cuando Jeonbuk salió del túnel, los jugadores de Suwon le hicieron pasillo de honor como campeón de la temporada anterior, aquella que concluyó en diciembre.
Eso fue poco antes de que el COVID-19 pusiera el mundo patas arriba, obligara a cancelar el futbol en medio mundo (salvo contadas excepciones como Bielorrusia, Nicaragua o Turkmenistán) y comenzara a redibujar el peculiar modo en que las competiciones deportivas se van a empezar a disputar en los próximos meses.
No fueron solo las gradas vacías o ese desgañite de los jugadores sobre la cancha que suele escucharse cada vez que un partido tiene que disputarse a puerta cerrada: los pequeños detalles contribuyeron a ahogar buena parte del regocijo.
Tras el pasillo de honor, no hubo apretones de mano entre jugadores, una de las nuevas reglas no escritas en la liga surcoreana, que pide ahora a sus futbolistas que eviten celebrar los goles en grupo, que conversen de cerca o que se encaren, algo así como pedirle al futbol que sea un poco menos futbol.
Cada tanto, la megafonía del estadio reprodujo los cánticos de la afición del equipo de casa para animar a los jugadores, de seguro descolocados cada vez que echaron la vista a los banquillos, donde el uso de mascarillas es ahora obligatorio.
Poco más dejó este fantasmagórico primer partido de la era del futbol-asepsia, a excepción del esperanzador mensaje escrito en la grada del estadio y dirigido a todos aquellos que aman este deporte: "Les veremos pronto. Sigan fuertes".