El representante más poderoso del fútbol mundial lógicamente tiene intereses en el Porto. Cuando Nuno Espírito Santo, actual entrenador de los Dragones, asumió las riendas del Valencia en el verano de 2014 no esperó mucho para desprenderse de Andrés Guardado. Acto seguido, el cuadro valencianista le compró casi toda la plantilla a Jorge Mendes.
Jorge Mendes ¿contra los mexicanos del Porto?
Los intereses del representante más poderoso del mundo han comenzado a tener injerencia negativa en los mexicanos que juegan en Porto.
Los mexicanos del Porto viven una situación peculiar siendo dirigidos por un hombre de Mendes. A diferencia de Raúl Alonso Jiménez (quien sí está representado por él), ni Reyes ni Corona ni Herrera ni Layún llegaron a Portugal con su intermediación. A pesar de que la temporada pasada el Porto sufrió escasez de defensas centrales, Espírito Santo tampoco esperó mucho para desprenderse de Diego Reyes.
La filtración de varios contratos confidenciales de futbolistas por hackers rusos tocó también a los mexicanos de Oporto. Jesús Manuel Corona y Diego Reyes son representados por agentes anónimos en Holanda (la carta de ‘Tecatito’ sólo era parcialmente propiedad del Twente). Miguel Layún aterrizó en Portugal vía los litigios de la familia Pozzo (dueña del Udinese de Italia, el Granada de España y el Watford de la Premier). Héctor Herrera, por su parte, depositó su confianza en un escocés llamado Nicky Blair, hijo del ex primer ministro británico Tony Blair.
Ninguna de las cartas de los cuatro mexicanos está en el fichero del escritorio de Jorge Mendes y esto podría tener consecuencias mientras Espírito Santo sea la autoridad en el vestidor.
Cuando filtraron docenas de contratos de futbolistas regados por varias ligas europeas, los hackers rusos encubiertos bajo el nombre ‘FootballLeaks’ argumentaron que su intención era transparentar los dineros del fútbol. La transparencia podrá ser un objetivo a largo plazo; lo inmediato es el dejar en evidencia a representantes como Mendes, instituciones como el Manchester United y el Real Madrid, y sociedades inversoras que nadie conoce en los Países Bajos.
En el balompié los resultados mandan y ningún técnico se sostiene en su banquillo sin ellos. Pero ¿qué ocurrirá con los mexicanos de un Porto visto de reojo por Mendes?