La expulsión de Guido Rodríguez y un autogol de héctor Bellerin echaron por la borda el trabajo del Betis que se llevó la derrota ante el Sevilla que supo capitalizar las ventajas que le dio el rival y con ello escaló al tercer lugar en la clasificación de LaLiga. Andrés Guardado Salió al minuto 63 y Diego Lainez se quedó en la banca.
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Una expulsión y un autogol terminaron por condicionar un partido que estaba parejo, pero al final los sevillanos aprovecharon la ventaja para quedarse con los tres puntos.
Como se esperaba al ser un derby el partido estuvo parejo y las acciones de peligro fueron pocas. Del lado del Betis al minuto 21 Rodri sacó un disparo de larga distancia que fue bien resuelto por Yassine Bounou; 15 minutos después Guido Rodríguez filtró un pase para Héctor Bellerin quien ingresó al área y mandó el balón al fondo de las redes pero la anotación fue anulada por fuera de lugar. En la siguiente jugada Rafa Mir se barrió para rematar dentro del área pero el esférico salió a las manos de Claudio Bravo, en la jugada más peligrosa para los visitantes.
La mala noticia para el Betis llegó sobre el final del primer tiempo pues Guido Rodríguez cometió una falta en medio campo que el silbante sancionó con tarjeta amarilla y al tratarse de la segunda el futbolista argentino tuvo que irse temprano a las regaderas dejando con diez a su equipo para la segunda mitad.
El Sevilla no perdió el tiempo y para el tiempo complementario salió a avasallar a los verdiblancos y al 54' la superioridad obtuvo su recompensa pues luego de dos avisos claros Marcos Acuña hizo un golazo con el sello de Argentina pues Lucas Ocampos le puso el balón en los linderos del área para que su compañero sin pensarla, de primera intención la prendiera con la pierna izquierda para ponerla en el ángulo.
El equuipo local tuvo unos minutos intensos en los que generó peligro en el área rival a pesar de tener diez jugadores, pero no estuvo fino en la zona de definición mientras que al rival le salía todo pues cuando estaban siendo dominados Gonzalo Montiel sacó un centro por la banda derecha que pasó por toda el área y llegó hasta Bellerin, quien en su afán por despejar terminó metiendo el balón en su portería para sentenciar el encuentro.