Clásico Nacional

    América es imparable en casa y no hay empates desde hace tres años con Chivas

    América ha demostrado que en su casa es muy dificil ganarles y hasta el momento marchan con paso perfecto. No hay un empate en el Clásico desde hace tres años.


    Por:
    Juan Carlos Cedeño.

    Las Águilas del América han logrado convertirse en un equipo sólido cuando juegan en el Estadio Azteca durante este Torneo Grita México A21 de la Liga MX.

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    América suma hasta el momento cuatro triunfos y nadie ha logrado arrebatarle unidades jugando en casa. Las Águilas no solamente presumen una fortaleza en el Estadio Azteca, ya que también sus mejores números defensivo se han dado en el Coloso de Santa Úrsula.

    Única únicamente los Rayos del Necaxa han logrado anotar, lo hicieron en la Jornada 2, por conducto de Alex Zendejas, de ahí en fuera nadie más ha logrado hacerles gol.

    En el Estadio Azteca durante este torneo América registra ocho goles a favor por únicamente uno en contra; por si fuera poco no es el único factor positivo con el que llegan rumbo al clásico nacional ante Chivas, toda vez que él era reciente los triunfos en temporada regular están de su lado y hay pocos empates en contra de los tapatíos.

    Es su primer Clásico Nacional durante temporada regular, Santiago Solari presume un triunfo de 0-3 en calidad de visitante, algo que sin duda es alentador para el equipo que por el momento se encuentra en lo alto de la tabla.

    Parece que los goles o el triunfo para uno de los dos lados está garantizado y es que en los últimos clásicos nacionales no han existido empates, siendo el último el del 30 de septiembre de 2018 cuando culminaron 1-1. Cuatro triunfos registra el América desde aquel empate en el que los anotadores fueron José Godínez por Chivas y Oribe Peralta por las Águilas del América.

    Recuerda que el clásico nacional se llevará a cabo el próximo 25 de septiembre en el Estadio Azteca y el partido lo podrás ver a las 7:00 p.m. en el Pacífico, 9 p.m. en el Centro, y 10 p.m. en el tiempo del Este a través de TUDN en todas sus plataformas.

    El líder del torneo, América, se metía al Infierno para demostrar que su posición en la cima no era casualidad.
    Toluca, el segundo en la General, quería demostrar ante su gente que podían quitarle el invicto a las Águilas de Solari.
    Los aficionados apenas se acomodaban en sus asientos cuando cayó el primer gol de Toluca tras un tiro de esquina.
    El central Haret Ortega le ganaba la espalda a Jorge Sánchez al minuto 1 sobre el poste más lejano para clavar su cabezazo y vencer a Ochoa.
    Ortega, excanterano de América, apenas celebró su gol por respeto a su exequipo.
    Toluca hacía cumplir el pronóstico desde temprano: desde 32 años, Diablos y Águilas siempre se manifestaban en el marcador.
    El júblio del Infierno duró poco: 4 minutos después, Henry Martín equilibraba el marcador con un sensacional cabezazo.
    El delantero yucateco prendió un centro de Luis Fuentes y anticipó a la marca para girar la cabeza y cruzar el remate del empate.
    A la media hora de juego, Ochoa se convertía en factor al sacar un balón imposible a una mano y así evitar que Toluca se fuera arriba en el marcador nuevamente.
    Haret Ortega tendría que salir por unos minutos para parar detener el sangrado en un costado de su cabeza tras un codazo accidental.
    Al 37', Braian Samudio volvía a ganarle la espalda a los centrales americanistas para marcar el 2-1.
    Al 60' y con un hombre menos, Toluca anot{o el 3-1 y Hareto Ortega obtenía su doblete, el cual ahora sí festejó a todo pulmón.
    América vivía sus peores minutos de todo el encuentro y no veía cómo frenar el ataque de los Diablos.
    De mal en peor, América se quedaba sin Sebastián Cáceres, quien veía la roja al 84' y con ello sentenciaba su ausencia en el Clásico Nacional.
    En la recta final, Rubens Sambueza y Canelo se daban el lujo de perdonar dos goles cantados, pero Toluca aseguró la victoria y empató al líder en puntos.

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    Imagen Mexsport
    El líder del torneo, América, se metía al Infierno para demostrar que su posición en la cima no era casualidad.
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