Atlas

    En duelo de ajedrecistas, “El Profe” hizo jaque-mate al “Tuca” y al campeón Tigres

    El Atlas rompió las quinielas al doblegar 2-0 al cuadro de lujo de Ferretti, quien arriesgó y se equivocó en los cambios.


    Por:
    TUDN

    Ricardo Ferretti puso a lo mejor aunque las variantes no fructificaron.

    Imagen Cristian de Marchena (Agencia Mexsport).
    Ricardo Ferretti puso a lo mejor aunque las variantes no fructificaron.

    José Guadalupe Cruz demostró que los entrenadores también juegan su parte en el fútbol y modificó su escuadra con brillantes resultados ante un Tigres que en la previa parecía sumamente superior.

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    Rafa Márquez fue colocado como mediocampista de contención y el colombiano Leyton Jiménez entró al quite como zaguero haciéndole una marca pegajosa a André-Pierre Gignac. “El Profe” apostó por los jóvenes: el flanco derecho rojinegro vio a Madueña y a Bryan Garnica enloquecer a Jorge Torres-Nilo y a “La Chilindrina”.

    Fue Garnica quien fabricó el 1-0 con alegría y atrevimiento. Se sacudió a Torres-Nilo y, aunque no tenía compañeros en el área, igual sacó un poderoso servicio que acabó en el fondo de las redes de Nahuel, muy mal rechazado por Hugo Ayala. “Echó un rayo a ver quién lo desviaba”, se diría en el llano para describir lo hecho por Garnica.

    “El Tuca” hizo cambios durante el entretiempo: metió a Javier Aquino y a Lucas Zelarayán por Damián Álvarez y “El Guti” Estrada. Tigres se quedó con un solo mediocampista de contención (Jesús Dueñas se retrasó a la posición de lateral) con el propósito de emparejar las cosas pero fue cuando Atlas se manifestó más peligroso.

    Cruz debutó al ghanés Clifford Aboagye, quien puso a bailar al campeón al ritmo de una danza africana. Mostró detalles de calidad el refuerzo atlista y Guido Pizarro no se quedó con las ganas de dejarle un pequeño recuerdo.

    Márquez aprovechó que Tigres ya no tenía media de contención y filtró por dentro un servicio para Fidel Martínez. El ecuatoriano a su vez asistió a “El Chavo” Alustiza que definió de modo simple para el 2-0 final. Parece que el Estadio Jalisco será una bonita vecindad.

    Da gusto que el Atlas con chavos venza a unos Tigres súper –campeones. La duda es si el campeón padece la famosa “campeonitis”.

    El mundo del fútbol es un universo de historias y entre ellas está la de la apariencia física de cada jugador, que en muchas ocasiones puede ser una ventaja y en otras resulta incluso algo sorprendente entre propios y extraños.
    Adebayo Akinfenwa es un delantero de Reino Unido conocido como 'La bestia' por su corpulencia física. Es delantero de Wycombe Wanderers, de la cuarta división de Inglaterra.
    Con un peso de 100 kilogramos y 1,80 metros de estatura, este atacante de 34 años es una pesadilla marcar cuerpo a cuerpo para cualquier defensa, no necesariamente por su talento.
    Steve McNulty ha sido rival de peso para 'La Bestia'. Este defensa de 33 años juega en el Tranmere Rovers y en su carrera ha ayudado al ascenso de tres equipos en los que ha estado (Barrow, Flletwood Town y Luton Town).
    El liderazgo de McNulty es notable, además de buen juego aéreo y cualidades técnicas, que lo hacen un gran organizador de juego desde la defensa.
    A nivel más competitivo, el arquero francés Gregory Coupet fue uno destacado con su país, a pesar de su 1,81 de estatura, que es menor que la habitual en los que ocupan esa posición.
    Con Francia, Coupet fue mundialista en 2002 y 2006 (subcampeón) y campeón de Eurocopa y Copa Confederaciones en 2003, además de ganar 7 ligas, 6 Supercopas y una copa de Francia con Olympique de Lyon, más otra Copa con PSG antes de su retiro en 2011.
    El inglés Peter Crouch vive una situación diferente a la de Coupet. Con 2,01 metros de altura, este delantero sobresale en la Premier League. Su condición le ayuda en el juego aéreo, pero a pesar de lo que se podría pensar tiene buena condición técnica.
    La capacidad de Crocuh lo hizo durante muchos años referente con Liverpool e incluso lo llevó a la Selección de Inglaterra. Ahora hace parte del Stoke City.
    El brasileño Hulk (como el personaje de los comics) tiene muy bien ganado su apelativo: el delantero tiene una corpulencia que no compite con su talento, el mismo que lo llevó a ser campeón con Porto en Portugal de tres Ligas, tres Copas y tres supercopas y con Zenit en Rusia de una Liga, una Copa y dos Supercopas.
    Hulk fue mundialista con Brasil en 2014, cuando el equipo quedó en el cuarto lugar y campeón de Copa Confederaciones en 2013, además de obtener medalla de plata en los Juegos Olímpicos de 2012.
    El inglés Nathan Dyer es un jugador que con su 1,65 de estatura y contextura delgada parecería estar en desventaja en la fuerte Premier League, pero que en 2016 fue campeón como volante del Leicester City.
    La velocidad y agilidad hacen de Dyer un jugadr importante en el ataque y desequilibrante en ambos frentes.
    El caso del volante belga Marouane Fellaini es totalmente diferente al de Dyer. Su contextura delgada y su estatura (1,94 metros), sumada a su corte afro, lo hacen un jugador llamativo. A eso le suma su capacidad física, con lo que es muy competitivo con el Manchester United en la Premier League.
    Fellaini es un jugador polivalente en la cancha y tiene como gran cualidad su buen juego aéreo tanto endefensa como en ataque. No pasa desapercibido.
    El camerunés George Elokobi ha trabajado su físico como una de sus grandes cualidades. Es jugador del Oldham Athletic de la tercera división de Inglaterra.
    Este lateral izquierdo, fanático del gimnasio, se caracteriza por su entrega en la cancha y a sus 30 años tiene más 13 de carrera en el fútbol inglés.
    El suizo Xherdan Shaqiri tiene una cualidad que parece poco evidente a primera vista: la contextura muscular en sus piernas frente a su 1,68 metros de estatura, con lo que logra la potencia que lo caracteriza.
    Shaqiri es una de las grandes figuras del fútbol mundial e incluso ha sido mundialista con su selección en 2010 y 2014, ha estado en Eurocopa en 2016 y fue campeón con Bayern Munich tres de tres Bundesligas, dos Copas de Alemania y una Supercopa y con Basilea de dos Superligas y una Copa de Suiza.
    Imposible cerrar esta lista sin hablar del trabajo físico que ha hecho alrededor suyo Cristiano Ronaldo. El portugués ha mezclado toda su capacidad con mucho trabajo de gimnasio, en una combinación que lo ha constituido en una máquina sincronizada entre agilidad, técnica y fuerza.
    El resultado del trabajo de Cristiano Ronaldo lo ha llevado, junto a su disciplina y constancia, ha obtener cuatro Balones de Oro como el mejor jugador del mundo, todo un fuera de serie por su talento y por su presencia física.

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    Imagen Getty Images
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