Hoy por hoy el equipo que enamora a todos los fanáticos del fútbol internacional es el asombroso Tottenham de Mauricio Pochettino. Fueron precisamente los “Spurs” quienes acabaron con los pasos victoriosos del Manchester City primero, y del Chelsea después. Y parece que son el caballo negro de la Premier.
Mónaco máquina goleadora infernal: las garras del Tigre
Pese al pasar de los partidos, el club monegasco de Radamel Falcao sigue siendo un rodillo goleador que le pasa encima a sus rivales.
Pues bueno, resulta que ese asombroso Tottenham fue eliminado a las primeras de cambio de la Champions League por el Mónaco entrenado por el portugués nacido en Venezuela, Leonardo Jardim. Fue 2-1 en Londres y 2-1 en Monte Carlo para los del Principado. Chau, Spurs.
Según las cifras oficiales de la Ligue 1 de Francia, en 19 jornadas los monegascos han marcado 56 anotaciones lo cual en promedio es tres goles por partido. Para poner las cosas en contexto, las dos temporadas previas (38 partidos cada una) en Mónaco habían sido de 51 y 57 anotaciones respectivamente.
Falcao, quien comenzó la temporada con la incertidumbre de si volvería a ser el mismo de antes, ya también se enganchó al buen paso de su escuadra: en 13 partidos acumula 11 goles, lo que constituye la famosa “regularidad goleadora” tan preciada por distintos directores técnicos. Y apenas viene lo bueno del año.
Pero esta máquina goleadora infernal no sólo depende de “El Tigre de Santa Marta” para sostener su paso arrollador: mediocampistas como el francés Thomas Lemar y el brasileño Fabinho han contribuido con seis y cinco goles por su parte.
Subestimado, el delantero argentino ex Estudiantes, Guido Carrillo lleva también sus muy decentes siete tantos.
Quizás es el Mónaco, y no el Niza, el enemigo más amenazante del París Saint-Germain por el título de liga en Francia. Lo que es más: el conjunto monegasco está emparejado contra el agonizante Manchester City de Pep Guardiola en los dieciseisavos de final de la Champions.
Los “Citizens” son ahora una coladera de goles. Y les viene encima un Mónaco Máquina Goleadora Infernal. Peligro, peligro, peligro.