Así fue el primer México vs. EEUU, que dejó al Tri sin un Mundial

Juan 'Trompo' Carreño por fin consiguió conquistar una chica en aquel viaje. Era francesa y se llamaba Joanna. Trabajaba en el 'Hotel Albergo Boston', donde se hospedaba la Selección Mexicana. Sin embargo, había un pero, la camarera le había prometido salir con él en su noche libre del 23 de mayo. 

Eso era solo unas horas antes del México - Estados Unidos, el primero de todos y último partido clasificatorio para ambos representativos para el Mundial de Italia 34 que la FIFA, ante la inscripción tardía de los estadounidenses, había decidido se disputara en Roma.

Seguro que el 'Trompo' se lo pensó, dudó un poco, quizá, pero no pudo resistir. Era demasiada la tentación. El día acordado fue a bailar con Joanna y después se recluyeron en su habitación lo que quedó de la noche, según cuenta Carlos Calderón Cardoso en el libro 'Anecdotario del fútbol mexicano'.

No hay mucho más que decir. Carreño llegó al juego vacío, pero aun así realizó las asistencias de los dos goles de México. La primera a Alonso y la segunda a 'Nicho' Mejía.

El marcador fue 4-2 en su contra. Hay quien piensa que con el delantero estrella del equipo mexicano menos cansado y más en forma, el marcador y la clasificación a la Copa habría sido de México. Es muy probable que ni así.

Una de 'Piratas'

Dos días antes del duelo, otra anécdota hilarante sucedió. Luis de la Fuente tenía 20 años y era la revelación de la campaña en la Liga Mayor del DF y Rafael Garza 'Récord' Gutiérrez, el técnico del Tri en esos días, decidió llevarlo al vital duelo.

Ya en Roma, el popular 'Pirata' salió a pasear con Fernando Marcos otro histórico del fútbol mexicano que a lo largo de su vida fue futbolista, técnico, árbitro y finalmente comentarista.

“ Benito Mussolini era el poderoso de Italia. Los Camisas Negras realizaban una manifestación, nosotros nos metimos entre ellos y cantábamos, ‘me importa madre Benito Mussolini’. Al tambo (cárcel) por insultos. En el estadio no nos extrañaron”, cuenta el propio Marcos en el libro “Fernando Marcos, ayer, hoy y siempre” de JC Vargas.

¿Habría hecho alguna diferencia la presencia del 'Pirata' y Marcos sobre el campo? Lo más seguro es que tampoco.

Quince días en barco y quince kilos más

La Selección Mexicana partió a Europa el 20 de abril de 1934 a bordo del barco alemán Orinoco. La actividad en altamar era muy reducida, “por las mañanas hacemos ejercicios en cubierta, por las tardes jugamos a la brisca y por las noches dormimos como 14 horas al hilo”, describió en esos días uno de los jugadores al diario La Afición.

Lo que el futbolista no explicó fue que abordo también viajaban bailarinas y camaristas cubanas y europeas. Los mexicanos no perdieron el tiempo con ellas y a la hora de entrenar eran varios los que no se presentaban. Además, la comida era opípara. “Fueron 15 días en barco y 15 kilos más”, aseguró Fernando Marcos en el texto citado.

Mientras tanto, desde Estados Unidos llegaba información que decía que el conjunto de aquel país se había entrenado durante dos meses. De sus 19 jugadores, 11 eran profesionales y ocho amateurs.

Estrictamente hablando todos los mexicanos eran amateurs, no hubo profesionalismo en tierra azteca hasta 1943. También se leía que la inmensa mayoría de los futbolistas del vecino del norte no eran nacidos en aquel país.

Un grupo de futbolistas amateurs contro otro de atletas profesionales

Ya en Italia, la agencia de noticias 'Universal Service' hizo una descripción detallada del juego de ambos equipos

Sobre México escribió: "son muy rápidos y pequeños, y han adoptado el mejor fútbol que podían tener: el del pase corto y rápido. No son grandes chuteadores (sic), pero poseen rapidez de tiro y puntería, lo cual vale mucho. Tuvieron una práctica no estruendosa, no ruda, sino científica, de mejoramiento de su juego, ahora que me parece que no se preocupan debidamente del acondicionamiento físico de sus hombres. Practican fútbol: pero no parecen preocuparse mucho por darles ejercicio para tenerlos en buena condición física, con mucho aire, cosa que es esencial".

Y así describió al grupo estadounidense: "Tienen un equipo totalmente diverso a los mexicanos. Todos ellos son fuertes, bien dados (sic), están en magnífica condición física. Según pude ver en la práctica se preocupan más por estar en buena condición que por practicar jugadas de fútbol. Su juego es casi todo por alto, y pude notar que es un conjunto de estrellas, o al menos que se creen estrellas, que juegan cada quien para su santo, sin haber mucha coordinación en sus líneas".

Eran las mismas condiciones que los habían llevado al tercer lugar en la justa de cuatro años atrás en Uruguay. Contaban todavía en sus filas con Moorhouse, Gonsalves, Gallagher y Florie, miembros de aquella hazaña.

Un juego ante el Duce

El día 24 de mayo de 1934, en el Estadio Nacional Fascista, ante 50 mil almas, incluida la de Benito Mussolini, México perdió 4-2 ante los Estados Unidos.

El duelo estaba programado para iniciar a las 3:00 pm, pero hubo que esperar al Duce y el silbatazo inicial fue a las 3:15.

México, que saltó al campo con playera roja y pantaloncillos negros, no estaba preparado ni física ni mentalmente para el duelo.

La crónica de 'Universal Service' decía a la letra: "no fue un juego ganado por los americanos, sino un match perdido por los mexicanos".

Al final del encuentro, los triunfadores pasaron frente al palco del Duce Mussolini, saludaron al estilo fascista, mientras éste aplaudía.

Una banda tocó enseguida el himno estadounidense, aquella era una pequeña ceremonia destinada a los vencedores.

Unos días después, el 27 de mayo, Italia apabulló al equipo de las barras y las estrellas, ahora sí en juego de la Copa del Mundo.

Lo hizo con un escandaloso 7-1 y de pasó lo echó de la competencia en un Mundial que se jugó a eliminatoria directa.