Cuando el nombre de César Luis Menotti empezó a surgir para hacerse cargo de la Selección Mexicana en 1991, apenas nadie lo creía.
César Luis Menotti, el hombre que cambió al Tri
El director técnico llegó a México en 1991 y dirigió apenas una veintena de partidos, pero cambió el rumbo de la Selección Mexicana.
El hombre ya era una figura del futbol mundial y pensar que viniera a México a dirigir con un cúpula en pleno estado de efervencia, apenas parecía un rumor insostenible cuando no fantasioso.
Aquel corto periodo de 23 partidos, quedó marcado como la época en que cambió la mentalidad de la Selección Mexicana.
Y es que, un par de años antes, se descubrió que en el XII torneo juvenil de la Concacaf celebrado en Guatemala en junio de 1988 varios de los futbolistas mexicanos excedián la edad límite y México fue suspendido de todo torneo oficial de cualquier categoría, incluído el Mundial del 90.
Claro está que el reacomodo institucional fue tremendo tras el incidente y provocó un desfile de directivos, y técnicos en la selección.
Mario Velarde, Alberto Guerra, Manuel Lapuente, César Luis Menotti y finalmente Miguel Mejía Barón desfilaron entre 1989 y 1993 en la direccion técnica del equipo.
La Era de Lapuente terminó tras quedarse México en las Semifinales de la Copa Oro del 91 luego de caer ante Estados Unidos. En ese escenario tumultuoso, ir al Tri se veía con reservas.
Nunca fue la Selección Mexicana un dechado de mentalidad ganadora, antes de eso, pero aquellos días es probable que fueran los peores.
La administración de la FMF tenía a Emilio Maurer y Francisco Ibarra al frente cuando se anunció la llegada de Menotti al Tri en noviembre de 1991.
Aquel espigado y enjuto hombre de cabello largo con conceptos e ideas claras, habló nada más llegar del sueño de ganar una Copa del Mundo con el Tri así como de jugar con los mejores, y dejó a todos boquiabiertos.
¿Pero qué fue lo que inyectó Menotti a la Selección Mexicana?
Jorge Campos alguna vez dio con la clave de aquello en declaraciones a la revista Soccermanía.
"Era diferente, el marcó una época distinta. Nos empezó a dar consejos, confianza. Algo que no teníamos a nivel de la selección, aunque yo nunca había estado en la selección. Llegamos y esa confianza fue importante", explicó el "Brody".
'El Flaco' tuvo el ojo, además de convocar a jugadores que en un futuro serían figuras, además de Campos, Claudio Suárez, Ramírez Perales o Ramón Ramírez.
Apelando a esa confianza y a lo que había dicho, México jugó varias veces en Europa en el 92 con rivales como Alemania, Croacia, Rusia, Rumania y Bulgaría.
También fue él quien convenció a Maurer y a Ibarra, según explica Jorge Witker en una columna de Mediotiempo del 2011, para negociar la inclusión de México en torneos ajenos a la Concacaf y que finalmente se dio en la Copa América en el 93.
Sin embago, el ajetreo y los cambios siguieron en la cúpula del futbol mexicano y Maurer e Ibarra debieron dejar la FMF. En un acto de coherencia deportiva, Menotti, sin la gente que lo llevó y lo apoyó al frente del Tri, decidió hacerse a un lado.
Apenas fueron 23 encuentros y su gestión duró poco más de un año, pero los detalles y la enseñanza que dejó en México fueron hilando un verdadero cambio que poco después, con muchísimo aporte de Miguel Mejía Barón, se vieron reflejados en la Copa América del 93 y la Copa del Mundo del 94.