México puede llegar “caminando” al Mundial… si quiere
Juan Carlos Osorio encontró al once ideal de la Selección Mexicana, si es que realmente decidió acabar con las rotaciones
Juan Carlos Osorio y los 14 jugadores de los que dispuso para el partido ante Estados Unidos lograron lo que ninguna selección mexicana en 44 años había podido: ganar un partido de eliminatoria ante el vecino del norte en su territorio.
El último entrenador azteca que lo logró fue Javier de la Torre, también con un 2-1 en el Coliseo de Los Ángeles, el 10 de septiembre de 1972.
Si quitamos el fatal 7-0 ante Chile de la Copa América Centenario, la gestión del colombiano raya en la perfección. Pero más allá de los números, si Osorio decidió hoy terminar con su sistema de rotaciones, ya encontró prácticamente a su once titular.
El 1-0 al descanso le salió muy barato a una selección estadounidense que batalló para armar jugadas y al que le fue apedreado el rancho. México fue muy superior en los primeros 45 minutos gracias a que, además, tuvo en sus 10 jugadores de campo a elementos que militan o han militado en el fútbol europeo, por lo que no le son ajenos los climas gélidos de Columbus.
La línea de tres que propuso Juan Carlos Osorio tuvo como única debilidad algunas desatenciones de Diego Reyes, jugando prácticamente como lateral por derecha. A la salida de Andrés Guardado, ajustó correctamente al mover a Rafael Márquez a la contención, colocar a Carlos Salcedo y poner a Reyes en su posición habitual: la defensa central.
En ataque, podemos afirmar sin temor a duda alguna que México nunca tuvo un tridente tan peligroso en sus anteriores visitas a Columbus. Javier Hernández, Carlos Vela y Jesús Manuel Corona provocaron preocupación cada vez que tocaron el balón a partir de los tres cuartos del terreno.
En medio campo, parecía arriesgada la propuesta de tener sólo un contención natural de arranque, con Héctor Herrera, pero la propia selección de Estados Unidos ponía de su parte, pues lejos de construir jugadas, buscaba un latigazo para que su tridente (Altidore, Pulisic y Wood) concretara algo.
El gol de Estados Unidos debe ser una lección clara para Juan Carlos Osorio: Hugo Ayala tuvo un error de primaria en la marca, al entregar el lado hacia la portería para que Jozy Altidore enfilara a la jugada que terminó con el remate de Bobby Wood a las redes, en medio de la displicencia de un Héctor Moreno que hasta ese momento había hecho un partido inmaculado.
Tal como había pasado en las cuatro visitas anteriores del Tricolor a Columbus, el gol marcó un momentum psicológico en favor de Estados Unidos. Se perdieron las medias canchas y eso favoreció al juego de los locales. México perdió intensidad en la recuperación de balones y armado de la ofensiva, mientras que los tres atacantes lucieron cada vez más descobijados. Héctor Herrera tuvo desatenciones que pudieron costar la derrota y Alfredo Talavera lució nervioso todo el encuentro, pero también tuvo intervenciones muy oportunas.
El gol de la victoria fue un golpe a la historia: Estados Unidos vacunó muchas veces a México en Columbus a balón parado y fue así, en un tiro de esquina, como Rafael Márquez marcó la diferencia. No fue una jugada fortuita, fue totalmente planeada, un centro a primer poste y la técnica en el remate de cabeza que sólo da haber enfrentado a los mejores de su generación. Eso se entrena.
México dio el primer golpe de autoridad para llegar a Rusia 2018 como lo hiciera el equipo de Ricardo La Volpe hace 12 años a Alemania: caminando. El primero de diez pasos está dado, sólo quedan saber dos cosas: si Juan Carlos Osorio mantendrá este esquema de juego y si el Tri puede volver a ser poderoso como local. Lo primero, lo podremos descifrar el martes, en el estadio Rommel Fernández de Panamá; lo segundo, hasta el 24 de marzo, cuando reciban a Costa Rica.