Por Omar Carrillo H.
El extraño caso del Dr. Jekyll y el señor Hide de la Concacaf
México inicia el camino rumbo a Rusia 2018 con los mismos males que casi lo dejan fuera de Brasil 2014: Arrogancia y desprecio por los rivales de la zona.
El fútbol mexicano en la Concacaf es arrogante, al punto de ser odioso y rayando, si no es que ya inmerso, en la soberbia. La humildad tradicional de un pueblo entero se transforma ante un balón por un extraño proceso de metamorfosis veloz e irracional tipo Dr. Jekyll y Mr. Hide a gran escala.
Hace un par de años, cuando el Tri estaba a punto de ser eliminado en su camino para Brasil 2014, BBC Mundo publicó un artículo titulado: “¿Es México la selección “más antipática de América”?” La pregunta a lo largo del texto se iba transformando en una afirmación con argumentos.
En Centroamérica se le ve, según el texto citado, con antipatía -exclusivamente en el fútbol y más particularmente en la selección- por el hecho de que siempre ha “lastimado” a la zona futbolísticamente y lo hace con arrogancia, y desprecio. Por eso mismo, las naciones de la Concacaf –incluso varias más al sur- celebraron sus avatares y desdichas.
Un par de años después, a punto de iniciar el camino rumbo a Rusia 2018 nos damos cuenta de que aquella angustiosa lección fue mal aprendida. La experiencia -en general- se considera un accidente, un mero cúmulo de desventuras, más que una advertencia en el medio futbolístico nacional.
El Salvador será el primer rival y si bien es cierto que viajó a la Ciudad de México sin sus mejores hombres por problemas internos -exigencias económicas y de logística que sus dirigentes no quisieron atender -, las voces en México se han elevado, otra vez, inmisericordes y arrogantes. Menospreciando cuando no negando al rival y a su capacidad.
Se habla por todos lados de goleada, de inmensa autoridad. Olvidando una de las máximas del deporte que es nunca ningunear a un rival. Parece un mal arraigado en nuestro fútbol.
Aunque los números enseñan superioridad de México en la Concacaf, la forma de recordarlo y de mostrarlo dista mucho de ser la más deportiva.
Nunca verá uno a Brasil con esas actitudes en Sudamérica o a España, Italia o Alemania en Europa. Se eliminen contra quien se eliminen.
El menosprecio suele llevar a la displicencia, la displicencia a la indiferencia, los caminos de ahí a la tragedia se entrelazan y chocan entre ellos.
El gol tan apurado y angustioso de Raúl Jiménez ante Panamá o la victoria de último minuto de Estados Unidos sobre el mismo Panamá y el muy penoso pase a Brasil parecen haberse olvidado de la memoria colectiva, pero no la soberbia y el maltrato a los rivales de la zona.
Podríamos estar ante la reedición de un partido ya jugado, pero con 90 minutos aún más catastróficos que el anterior, quizá no sea mañana o muy pronto, pero más tarde que temprano se dará.
En "El extraño caso doctor Jekyll y el señor Hide", la novela escrita por Robert Louis Stevenson, con el paso del tiempo, luego de vicisitudes y avatares, Mr. Hide no consigue regresar a su forma original como el Dr. Jekyll y tiene un terrible final. Muere por su propia mano.